Mi Primera Comunión: Doña Leonor, una princesa sentada en segunda filaNo habrá vestido de organdí, ni diadema de flores, ni ceremonia privada en la ermita del Palacio de la Zarzuela en la Primera Comunión de la Princesa Leonor, prevista para el próximo miércoles, 20 de mayo. La primogénita de los Reyes, que tiene ahora nueve años, va a recibir por primera vez el santo sacramento de forma exactamente igual que el resto de los 19 niños de su clase, el grupo B de 4° de Primaria del Colegio Santa María de los Rosales, en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de la localidad madrileña de Aravaca. Será a las 11:30 de la mañana del próximo miércoles. Los Reyes, acompañados por los abuelos paternos de la Princesa Leonor, los Reyes Juan Carlos y Sofía, y los maternos, Jesús Ortiz y Paloma Rocasolano, serán los familiares que acompañarán a su nieta mayor en un momento tan importante para ella, junto con su hermana, la Infanta Sofía. Según informan antiguas alumnas del colegio, desde siempre ha sido así a pesar de los últimos rumores críticos con el límite de asistentes permitido por familia este año, que achacan a la presencia de la primogénita de los Reyes. «Padres, abuelos y hermanos por banco, alrededor de seis», informan. «Nada ha cambiado».
Porque desde un primer momento la intención de los Reyes ha sido rechazar cualquier tipo de privilegio –que incluso les ha ofrecido el colegio–, como sería ocupar un sitio preferente en el templo o disponer de más de un banco. El orden establecido para la colocación de los niños y sus familias en los bancos de la parroquia de Aravaca es el alfabético y ése es el que han aceptado los padres de Leonor.
El sacerdote que oficiará la misa es el capellán del Colegio, fray Javier, el mismo que les administrará la sagrada forma a los niños y que ha sido también el responsable de darles las clases de catequesis a los alumnos del Rosales durante los dos años de preparación. Lo habitual es que sea el profesor de religión de la clase, sacerdote, el que dé el santo sacramento a los niños.
Hace poco menos de un mes, los veinte niños y niñas que hay aproximadamente por cada una de las tres clases celebraron su primera confesión en el colegio, y entre ellos se encontraba la Princesa de Asturias. Como marca la tradición, los Reyes, al igual que los demás padres, acudieron al centro educativo para estar con sus hijos esa primera vez en que se cumple con el sacramento de la penitencia y respaldar con su presencia un acto de gran trascendencia para ellos, ya que se trata de confesar ante el sacerdote las faltas y pecados cometidos de los que quedan liberados tras el perdón que reciben y después de cumplir la penitencia impuesta.
Desde la fundación del colegio –un centro laico pero en el que los colegiales que lo desean reciben enseñanza religiosa–, sus alumnos han recibido su Primera Comunión vestidos con el uniforme y se ha prescindido de todo elemento que pudiera distorsionar el sentido de ese Sacramento de la comunión.
Las niñas del Rosales no han usado nunca trajes de organdí con jaretas, bordados o encajes ni tampoco túnicas de corte religioso, ni los niños han vestido de marineros ni menos aún de capitanes de fragata. «La idea es “cero tontería” y evitar un desfile de
modelos». El que todos los alumnos sean iguales se cuida a lo largo del año en cualquier detalle: «Hubo un año que hasta se pensó que todas lleváramos el mismo abrigo husky en invierno».
Para la comunión vestirán los uniformes de siempre con algunas diferencias: falda sin peto del mismo color para las chicas, y para los chicos pantalón gris y camisa blanca, corbata azul y amarilla, zapatos tipo mocasín y calcetines, ambos de color azul marino, y una «blazer» también azul marino con el escudo del colegio bordado en tonos azules y dorados sobre el bolsillo colocado a la izquierda de la chaqueta, tanto ellos como ellas. La chaqueta es la única prenda distinta que llevan ese día, ya que a diario usan una chaqueta de punto azul marino encima de la blusa blanca. En el Rosales, los alumnos tienen un uniforme único, no existe el uniforme de gala como era tradicional en los colegios privados de hace treinta o cuarenta años.
Durante la ceremonia, el coro del Santa María de los Rosales, muy elogiado por la alta calidad de sus voces y que está compuesto por alumnos de Secundaria, intervendrá en los momentos mas importantes de la Misa y sus voces sólo tendrán el apoyo instrumental de un piano.
Ellos cantan los días en que se celebran
primeras comuniones, todas ellas celebradas en días de diario, los martes, miércoles y jueves de cada semana hasta completar la totalidad de los alumnos que hacen su primera comunión. Es tradición del centro que este día los niños acudan antes a las instalaciones del colegio para hacerse unas fotos previas a la ceremonia religiosa pero, según ha podido saber La Razón, lo mas probable es que la Princesa Leonor y su familia vayan directamente al templo. También informan familiares de los compañeros de la Princesa que aunque no ha trascendido como celebrará la Familia Real el acontecimiento, lo normal para la mayoría de los niños es que después de la ceremonia haya una comida familiar, y en algunos casos se reserve el fin de semana para celebrarlo.
La toma de la primera comunión de la Princesa de Asturias ha despertado, tal y como era previsible, una gran expectación entre los medios de comunicación que quieren captar imágenes que den testimonio de un día tan especial para los Reyes y sus familiares. Eso hace pensar que sería lógico por parte de la Dirección de Comunicación de la Casa del Rey que se organice algún tipo de dispositivo para que los gráficos y redactores puedan cumplir con su labor informativa sin interferir en un acto en el que están implicados los familiares del resto de alumnos del Colegio Santa María de los Rosales, que no tienen por qué sufrir las molestias e inconvenientes que se puedan ocasionar por el interés de los profesionales en los actos que protagoniza la Familia Real. De esta manera, se evitará que se altere el curso de una jornada tan importante para los niños que comulgan por primera vez y al mismo tiempo, que se pueda llevar a buen término la labor de informar.
No obstante, los compañeros de colegio de la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía ya están acostumbrados a la seguridad que la rodea, ya que a diario ven a los escoltas que protegen a las niñas: no entran en las clases pero sí se quedan en el pasillo y en los alrededores del centro escolar. «Antes el colegio estaba rodeado por muro y valla, y un año antes de que entraran las niñas se levantó y se hizo que todo fuera un muro para aumentar la seguridad», informa una de las antiguas alumnas. «De todos
modos la seguridad que de por sí tiene el colegio es muy grande, hay cámaras por todos lados, como pensaras irte del colegio en medio de las clases a los dos minutos estaban llamando a tu casa», cuentan.
También salen al paso de las informaciones que han polemizado sobre la supuesta prohibición de llevar teléfonos móviles al colegio desde que Doña Leonor y Doña Sofía son alumnas. «Yo no niego que se hayan aumentado medidas de seguridad para proteger a las niñas, pero a mí me requisaban el móvil en clase y en teoría no se podía llevar al colegio, otra cosa es que lo tuvieras que llevar por una urgencia o estuviera justificado».
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