Una opinión muy válida.
Utilizando los mismos argumentos, las repúblicas también han existido desde la antigua Roma, podemos decir que son igual de arcaicas, igual de
modernas o antiguas; también que no dejan de aportar vanidad a la Jefatura del Estado, pues ya lo hemos comprobado en multitud de familias presidenciales (los Trump, los Sarkozy, los Kennedy...) y pueden seguir siendo incapaces de solucionar problemas tales como el analfabetismo de los niños y el hambre (si tuvieran esa varita mágica, todo el Globo sería republicano, yo misma). Las repúblicas en muchos Estados cumplen una labor meramente ceremonial (Italia, Alemania, Portugal, Grecia...) o todo lo contrario, es el órgano máximo de decisión acerca de todo lo que ocurre en el país (EE.UU., México, Francia, Sudáfrica...). Eso no implica que sean más o menos útiles que las monarquías, más o menos beneficiosas.
Las monarquías en Europa no son una forma o sistemas de gobierno, no reinan, no gobiernan, ejercen la representación de un país, de su cultura, su historia, su gente, por eso no son elegidas en unas elecciones (aunque sus monarcas deben ser reconocidos por las Cortes del país). Para ello, para ejercer esa función, ese cometido, son educados y preparados desde la cuna, pasando por todos los estamentos (incluso las fuerzas armadas). Uno de los puntos beneficiosos que podemos encontrar en una monarquía constitucional o parlamentaria (no incluyo a las monarquías totalitarias o dictaduras monárquicas, esas jamás), es que aportan neutralidad política al seno de la Jefatura del Estado, no existen ambiciones políticas, no entran dentro del juego de los partidos, no se rinden a ellos, ni son manipulados por éstos, se ciñen a lo que para ellos dicta la Constitución, la Carta Magna del Estado. Es algo que implica cierta estabilidad política. Muchas personas en España no imaginamos a un Rajoy, Sánchez, Rivera o Iglesias ejerciendo la representación del Estado (politizando la máxima Jefatura del Estado), cuando ni siquiera están bien formados y preparados para salir al mundo. Mucho menos imaginamos un país presidido por uno de estos políticos, con un primer ministro gobernando y que puede ser de un signo político distinto al presidente de la República (como ya ocurre en muchos países). ¿Si ya crean problemas e inestabilidad en la actualidad que ocurriría entonces?
Y en cuanto al dinero que supone mantener a una y otra institución (monarquía y república), creo que ya ha quedado demostrado que al final, cuestan lo mismo. Es una falacia que una Familia Real salga más cara que una Familia Presidencial. Obviamente, no despiertan el mismo interés, pues para muchos la historia de las monarquías, sus reyes, sus miembros, sus palacios, es mucho más atractiva que alguien surgido de un partido político. Por alguna razón la Familia Real británica, su patrimonio y sus eventos (bodas, funerales, coronaciones, jubileos...) son un atractivo turístico genuino que reporta millones de libras al año en Reino Unido.
Por último, respecto al punto de vista más frívolo o banal, no puedo negar que la majestuosidad del ceremonial de las monarquías, incluso para recibir a jefes de Estado y de gobierno, es un punto a favor para sus países, algo que los pone en el mapa, algo que resalta la prensa internacional, aunque obviamente es algo que no todo el mundo pondrá en valor. Pero también es cierto que muchos reyes y príncipes preferirían que se hablase más de su labor, de sus discursos, de sus fundaciones, si sus viajes oficiales ha conseguido contratos o acuerdos comerciales, en lugar de sus joyas (casi siempre las mismas e históricas), ropas o actitudes. Pero así somos en este foro, nos gusta todo, la historia, los aspectos más serios, pero nos pirra y nos entretiene muchísimo el lado frívolo y glamuroso. Ellos no tienen culpa de eso.
No son dioses (eso de darle una importancia que solo merece Dios... creo que hay bastantes ateos monárquicos), no son mejores que nosotros (lo prueban los muchos errores que cometen, que les pueden costar el trono, como en la propia España), no hay que adorarlos como si fueran intocables, deben ser criticados y fiscalizados. Pero para muchos, representan a nuestro país, a lo que somos como comunidad y sociedad, mucho mejor que los políticos, sobre todo los actuales, que no han demostrado nivel suficiente, muchas veces, ni para gobernar.