ABC, España Medios y Redes El abuelo de Jaime de Marichalar, ministro por accidente Su nombramiento, como titular de Fomento en 1917, pudo ser fruto de un malentendido lingüístico bitacoras.com Día 23/11/2011 - 11.31h
Cuando la mayor parte de España se pregunta cuál será la composición del futuro Ejecutivo que presidirá Mariano Rajoy, hoy destacamos en nuestro resumen diario de la blogosfera una divertida anécdota sobre el nombramiento del abuelo de Jaime de Marichalar como ministro de Fomento a comienzos del siglo pasado.
Según podemos leer en el blog “La Aldea Irreductible”, en la primavera de 1917, Eduardo Dato había recibido el encargo de formar un nuevo gabinete ministerial, una tarea que se le antojaba un tanto complicada. Durante un paseo por el parque de El Retiro, Dato iba comentando a su amigo el también político Francisco Bergamín sus dudas sobre los posibles candidatos para ocupar cada una de las carteras.
Sin embargo, según señala el libro de Pancracio Celdrán “Anécdotas, frases y curiosidades de la Historia", Bergamín apenas prestaba atención a las palabras de Dato, pendiente solo de las mujeres guapas que paseaban por el parque. En un momento dado, mientras Dato comentaba que no encontraba a quién encomendar el ministerio de Fomento, una bella e impresionante joven pasó por delante de ellos y Bergamín, que no había estado prestando ninguna atención a Dato, exclamó con su acusado acento andaluz: “Eduardo, ¿’ze ha fijao uzté en eza’?”
Eduardo Dato se golpeó la frente y respondió: “¡Tiene usted razón! Eza para la cartera de Fomento. ¡Gracias Don Francisco!”, creyendo que se refería al Vizconde de Eza, D. Luis de Marichalar y Monreal. Efectivamente, unos meses después, el abuelo del exmarido de la infanta Elena fue nombrado ministro de Fomento, tal y como puede comprobarse en esta página del diario ABC del 12 de junio de 1917.
Durante las próximas semanas, Mariano Rajoy tendrá que enfrentarse a la difícil tarea de formar un Gobierno que saque a España de la crisis. Solo esperamos que se concentre mucho más que Dato y no tenga que recurrir al consejo de amigos tan despistados como Bergamín.
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