Jaén es una ciudad discreta donde las haya, ni grande ni pequeña, ni bonita ni fea, y su patrimonio va a juego, con la excepción destacada de su catedral, una de las pocas españolas que fue construida casi del tirón (y con el mismo estilo), reflejo del momento de esplendor que vivía entonces la ciudad (siglo XVI), y que se fue para no volver... En cuanto a arquitectura residencial nunca ha tenido palacios de primer orden, sí algunas mansiones realmente destacables, y no todas se han conservado. Así que, visto lo visto, prefiero englobar todo lo que vea interesante en esta materia en un solo hilo, porque hay que reconocer que tampoco hay para más de uno

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Y comienzo con el palacio de los Vilches. No me preguntéis quiénes eran porque no lo sé. Se encuentra en la plaza del Deán Mazas, uno de los puntos neurálgicos de la ciudad. Ahora esta plaza, ajardinada y peatonal, queda muy recoleta delante de esta casa, pero antes, cuando se construyó el edificio, era mucho más grande por la parte de abajo. En realidad la plaza sigue siendo igual de grande, lo que pasa es que en mitad una mente pensante decidió construir la delegación de Hacienda dividiendo la plaza en dos...
La fachada de la casa se adelanta a las fachadas colindantes con un pórtico, y se piensa que puede ser porque en aquella época toda la plaza estaba porticada. Se divide la fachada en tres cuerpos, el cuerpo bajo es el pórtico, de cinco arcos al frente, y uno más en cada lateral; el primer piso con ventanas, y el segundo piso con una típica galería corrida de arcos de ladrillo. todos los vanos son arcos de medio punto. El interior se estructuraba en torno a un amplio patio cuadrado con doce columnas; estas columnas se conservan, pero sospecho que nada más del interior, que hoy es una entidad bancaria.

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¡¡Qué falta de todo!!

Me gustaría que las RRMMFF manden al pornógrafo heráldico de Vandal a tomar vientos. ¡¡¡Ha dicho teta!! ¡¡"teta fuera" más concretamente!!

Vivo sin vivir en mi y tan alta vida espero que muero porque no muero...

Bueno, para compensar tamaña desvergüeeenza aquí dejo lo único que queda ya del palacio de Montemar...
Fue construído por la familia de los señores y condes de Garcíez en el siglo XVI, justo enfrente de la catedral, nada menos, y allí se mantuvo en mejor o peor estado hasta que a principios del siglo XX fue demolido para construir en su solar el actual edificio del Ayuntamiento. Había pasado por herencia a los duques de Montemar, y ambos títulos engrosaron luego la vasta lista de mercedes de los Osorio de Moscoso. Imagino que no mucho después (siglo XIX) el palacio debió ser vendido, sé que por entonces se usó como imprenta de las primeras publicaciones periódicas que circularon por Jaén. Las fotos son de http://www.redjaen.es, en la primera aún aparece un balcón cubierto a la derecha que era conocido como el "balcón de Pilatos", en la segunda, fechada en 1904, ya no está; el resto no tardaría mucho en caer...

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En esta imagen aérea podemos ver las espaldas de la catedral, delante la plaza de Santa María, y frente a la catedral, al otro lado de la plaza, la fachada del Ayuntamiento a nuestra izquierda; ahí estaba el palacio de Montemar.

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Planta y sección del palacio de los Vilches, en el "Catálogo Monumental de Jaén y su término" del IEG. Comparando con la foto que puse del patio se puede ver que el interior ha sido totalmente alterado.

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Palacio de Medinaceli en Castellar.

El siguiente palacio (o lo que queda) no está en la capital, sino al norte de la provincia, en un pueblo llamado Castellar de Santisteban, o Castellar del Condado, que les gusta a ellos más. Castellar, Santisteban y las Navas pertenecieron desde la Edad Media a la casa de Benavides. El señorío principal y cabeza del mayorazgo era Santisteban del Puerto, concedido a Men Rodríguez de Benavides por Enrique II por su apoyo en la guerra contra Pedro I (siglo XIV). Este Men era Biedma por varonía, pero heredó la Casa de Benavides de un primo, de forma que sumando ambas casas y las mercedes concedidas por el trastamara alcanzó una posición bastante notable en el Reino de Jaén, que sus sucesores se encargaron de asegurar y fortalecer. Su hijo sería nombrado Caudillo Mayor del Obispado, y los nietos de éste definirían las tres grandes ramas del linaje, Santisteban, Frómista y Jabalquinto; la primera alcanzaría entonces, siglo XV, la categoría de condado, y en el XVIII el ducado, mientras que las otras dos (en Palencia y Jaén respectivamente) serían elevadas más adelante a marquesados…

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La señora de la "teta fuera" es Venus, haciendo pareja con el caballero del yelmo que es Marte o pueden ser Medea y Jasón, que también son muy comunes en las fachadas de los edificios desde el Renacimiento, vaya usté a saber por qué, no es que la suya sea una historia de final feliz todo hay que decirlo.

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La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.

Por el detalle de la ubre al aire yo me inclino más por Doña Venus, pero sí, cualquiera sabe...

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En Castellar los Benavides levantaron un pequeño castillo (aunque sobre restos anteriores) de estructura sencilla formado por una torre de 10 m. de lado, unos 15 de altura y tres plantas, y rodeada de una muralla, todo en sillarejo, y algunas dependencias interiores de las que apenas se conservan restos; sí quedan por ejemplo el aljibe y partes de columnas que conformaron una galería que daba al patio, junto a la torre y que han sido datadas en el siglo XIII. La planta del conjunto, a pesar de su irregularidad, es aproximadamente cuadrangular, de unos 33 m. de lado más o menos (metro arriba metro abajo), con un chaflán en la esquina noroeste, cerca del acceso principal y primitivo del castillo, que se localiza en el lienzo norte y estaba precedido por un foso.

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Finalmente los Benavides transformaron el castillo en palacio ya en época renacentista. Sobre el lienzo este del castillo y al interior del recinto, entre la muralla y la torre, sin llegar a tocar ésta, se construyó una amplia crujía de unos 11 m. de profundidad que abarcaba todo lo ancho del castillo, esos 33 m. aproximados que decía antes, con dos plantas y unos cinco metros de altura cada una... La portada de la casa se descentró hasta el extremo sur de la nueva fachada para que la entrada diera directamente a la plaza del pueblo, mientras que en otro lateral de la misma plaza los Benavides construyeron una colegiata que aún se conserva. Quedó así conformado un conjunto monumental modesto pero notable y que imagino quedaría completado con algunas casonas de hidalgos y algún edificio público, pero eso ya no lo sé... Lo más destacado del palacio era sin duda la portada, aún con reminiscencias medievales, austera y poderosa, con arco de medio punto y enormes dovelas, escudos en la clave y en las enjutas, y alfiz enmarcando todo el conjunto. Las salas principales se cubrían, como era usual, con buenos artesonados.

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Pero ésta no dejaba de ser una residencia secundaria (recordemos que la cabeza del mayorazgo era Santisteban, no Castellar) que fue perdiendo aún más importancia con la marcha de los Benavides a la Corte. El palacio, es la misma historia de tantos otros palacios, dejó de ser visitado asiduamente por sus propietarios, comenzó a albergar otras funciones, principalmente administrativas (para la gestión del patrimonio familiar en la zona) y se descuidó su mantenimiento. En el siglo XVIII el deterioro del edificio era ya tal que hubo de hacerse una reparación general con carácter de urgencia, pero ésta se realizó con fines prácticos y funcionales y sin respeto por el carácter monumental del palacio, lo que condujo a la alteración total del interior del edificio, la desaparición de la escalera principal, el cegado de las galerías del patio, etc. Peor aún, tampoco se respetaron los valores meramente estructurales y constructivos, construyéndose pilares en un nivel superior sin que en el inferior existiese sustento alguno o concediendo a simples tabiques el valor de muro de carga, todo lo cual sólo consiguió a la larga afectar a la solidez y estabilidad del palacio.

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