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En 1271 con la incorporación del Condado de Toulouse a la Corona francesa se cerraba la política de recuperación de la soberanía territorial del sur de Francia llevada a cabo por los reyes franceses desde comienzos del siglo XIII. Habiéndose extinguido de manera nominal la rama principal de los condes de Toulouse la herencia histórica de la Casa David-Toulouse, así como el título de conde de Gévaudan, serían reclamados en la segunda mitad del siglo XIX por la Casa Gavaldá, una rama menor de la Casa de los condes de Rouergue.
Índice 1 Orígenes de la Casa David-Toulouse : El Condado de Toulouse 2 La dinastía Guillémida 3 La Casa de Rouergue y los Condes de Gévaudan 4 La Casa de Gévaudan y Septimania desde el siglo XVI 5 Anexo 5.1 Fuentes 5.2 Bibliografía Orígenes de la Casa David-Toulouse : El Condado de Toulouse
Escudo de armas de los antiguos Condes de Toulouse Los orígenes de la Casa David-Toulouse se encuentran en el Condado de Toulouse feudo creado en el siglo VIII por el rey Pipino el Breve, y gobernado de manera independiente por sus condes en calidad de vasallos del reino franco hasta el siglo XIII.
El primer conde de Toulouse fue Corso, quien lo gobernó durante doce años, pero Carlomagno decepcionado con él lo sustituyó por su primo Guillermo, quien se convirtió en Guillermo I de Toulouse en 790. Guillermo era hijo de Auda Martel, hermana de Pipino el Breve, y del conde de estirpe real judía Teodorico de Autun, descendenciente del rey David de Israel, por lo que la Casa de Guillermo llegaría a denominarse Casa David-Toulouse. Guillermo además se convertiría en duque de Septimania por herencia de su padre, quien estableció un reino judío en aquel territorio del sur de Francia a invitación de Pipino el Breve cuando casó con Auda.
La dinastía Guillémida Guillermo I de Toulouse (755-812) realizó sus primeras campañas bélicas contra sajones y musulmanes en Al-Ándalus bajo las ordenes de su primo Carlomagno. En sus acciones demostró valentía lo que propició que el rey de los francos le asignara las regiones de Toulouse y Aquitania, además del encargo de crear una franja territorial de seguridad entre los francos y los musulmanes, territorio que recibiría el nombre de Marca Hispánica. Después de años guerreando contra los musulmanes y pacificadas Septimania y Gothia Guillermo de Toulouse decidió retirarse a la vida monacal el resto de su vida. En 806 Guillermo junto a otros monjes fundó el monasterio de Gellone en Saint-Guilhem-le-Désert, de ahí que fuera llamado en adelante Guillermo de Gellone. Al ser canonizado en 1066 fue venerado como San Guillermo de Gellone. Murió en mayo de 812.
En 806 Guillermo confió el condado de Toulouse y Septimania a su lugarteniente el conde Begón de París, mientras su heredero político sería su hijo Bernardo, llamado Bernardo de Septimania por los dominios conseguidos por él en ese territorio a partir de 828. En 816 el noble Berenguer de Toulouse es investido con el Condado de Toulouse a la muerte de Begón, y en 832 consigue la posesión de casi toda la Septimania y Gothia que estaba en poder de Bernardo de Septimania. En esos momentos las disensiones y enfrentamientos entre Bernardo y el emperador Luis el Piadoso, en el contexto de las luchas del soberano franco con sus hijos, debilitarían las posiciones de Bernardo. Pero éste recuperaría sus territorios una vez fallecido Berenguer en 835. Nueve años después de recuperar sus posesiones Bernardo murió ejecutado como consecuencia de la lucha que venía produciéndose en Aquitania entre Pipino II de Aquitania (nieto de Luis el Piadoso) y su tío el rey de los francos occidentales Carlos el Calvo. En esta lucha Bernardo apoyaba a Pipino, como también lo hizo después su hijo Guillermo de Septimania a quien Pipino II confía el Condado de Toulouse convirtiéndose en Guillermo II de Toulouse. Pero el gobierno de Guillermo II en Toulouse sería breve ya que en 849 el condado cayó en manos de Carlos el Calvo, quien confirmó en el mismo al conde Fredol I de Rouergue, sobrino-nieto de Guillermo I de Toulouse.
A pesar de que a partir de Fredol I de Rouergue casi todos los condes de Toulouse pertenecerían a la Casas de Rouergue y Poitiers (en los últimos años del condado) dos miembros más de la dinastía guillémida gobernarían en el condado entre 872 y 887: Bernardo III Plantapilosa <872-886>, hermano de Guillermo II; y Guillermo III el Piadoso <886-887>, o Guillermo I de Aquitania, hijo de Bernardo Plantapilosa, quien moriría sin descendencia.
La Casa de Rouergue y los Condes de Gévaudan
Escudo de armas de los antiguos Condes de Gévaudan A partir del gobierno del conde Raimundo I de Toulouse y de Rouergue, hermano de Fredol I, el cargo de conde se convertiría en hereditario, siguiendo lo dispuesto en la Capitular de Quierzy (877) promulgada por el rey Carlos el Calvo, que otorgaba en Francia Occidental la heredabilidad de los honores otorgados por los monarcas. Daba comienzo así oficialmente el feudalismo.
Raimundo de Rouergue y Toulouse casaría con Berta de Reims quien le daría como descendencia a Eudes I (832-918). El conde Eudes tuvo dos hijos varones con la condesa Garsinda de Albi: Raimundo y Armengol. Con la sucesión de Eudes los condados de Toulouse y Rouergue se dividirian, correspondiendo Toulouse a Raimundo II y Rouergue a Armengol I (869-936). Armengol I tuvo seis hijos de su mantrimonio con Adelaida de Carcasona: Adelaida, Riquilda, Raimundo II conde de Rouergue, Hugo I conde de Quercy, Esteban I de Gévaudan y Garsinda.
Esteban I de Gévaudan (915-967) casó con Ana de Brioude con quien tuvo por descendencia a Bertran I (938-993), primer vizconde de Gévaudan, y a Almodis. Bertran I tuvo por hijos a Emildis, quien casó con el conde Rotbaldo de Provenza, y a Esteban II vizconde de Gévaudan (957-972), que casó con Adelaida de Anjou. De este último matrimonio nació nació Ponce I (970-1016), titulado ya conde de Gévaudan. Ponce I y su esposa Teoberga tuvieron por hijo al sucesor en el condado Ponce II, quien murió posiblemente sin descendencia. Una vez fallecido el condado de Gévaudan se disgregó, y el título pudo ser portado entonces por Bertran II (980-1038?), hijo de Esteban II de Gévaudan.
Después de morir Bertran II el título de vizconde de Gévaudan sería portado por la Casa de Millau, por el matrimonio del vizconde Ricardo de Millau con Ermengarda, hermana de Bertran II de Gévaudan. El título de vizconde de Gévaudan pasaría a Ricardo II de Millau, hijo de Ricardo I e hijastro de Ermengarda. El matrimonio de Ricardo II con Rixinda daría por fruto el nacimiento de Berenguer II de Millau, quien casó con Adela heredera de los vizcondados de Carlat y Lodeva. El hijo de Berenguer y Adela, Gilberto I de Gévaudan (1060?-1111), se convertiría en vizconde de Millau, Carlat, Lodeva y conde de Gévaudan. Además su matrimonio con la condesa Gerberga de Provenza convertiría a su hija Dulce de Gévaudan y Provenza en la heredera de importantes feudos, que serían la base del dominio de la Casa de Barcelona en el sur de Francia por el matrimonio de Dulce con el conde Ramón Berenguer III de Barcelona.
El Condado de Gévaudan pertenecería de iure a la Casa de Barcelona hasta 1258 con ocasión de la firma del Tratado de Corbeil entre Jaime I de Aragón y Barcelona y el rey francés Luis IX. En el mismo, el rey aragonés cedía a la corona francesa los feudos de Gévaudan y Millau, mientras el rey francés renunciaba a sus derechos feudales sobre los Condados Catalanes. A partir de 1307 los obispos de Mende, en base a privilegios temporales adquiridos en 1061, utilizaron el título de conde de Gévaudan hasta 1792, cuando con motivo de la Revolución francesa y la eliminación de los derechos feudales tuvieron que dejar de utilizarlo.
En el caso del feudo de Toulouse, en 1271 moría sin descendencia Juana de Saint-Gilles, ultima condesa hereditaria de Toulouse, casada con Alfonso de Poitiers hermano de Luis IX de Francia. Tras la muerte de Juana I de Toulouse el condado pasó a ser dominio de la corona francesa, de acuerdo con lo pactado en 1229 entre el padre de Juana el conde Raimundo VII y el monarca francés, que estipulaba que si del matrimonio de Juana y Alfonso no existía descendencia el condado pasaría a ser dominio real de Francia.
La Casa de Gévaudan y Septimania desde el siglo XVI La anexión en 1271 del Condado de Toulouse a Francia suponía la definitiva incorporación del Midi occitano al dominio real de la corona francesa. Extinguida la rama principal de los condes de Toulouse en el siglo XIII, la herencia histórica de las Casas David-Toulouse y Rouergue, así como el título condal de Gévaudan, serían reclamados en la segunda mitad del siglo XIX por la Casa de Gévaudan.
José de Gavaldá, descendiente de Bertran I, sería quien iniciaría las instancias históricas ante el Estado francés de los derechos de su sangre y estirpe, retomando el título de principe real de Septimania y conde de Gévaudan. Los antepasados de José de Gavaldá aparecen reflejados en la obra de P. Louis Lainé Archives généalogiques et historiques de la noblesse de France (1828) en la que se refleja la posición de la familia Gévaudan desde principios del siglo XVI hasta el primer tercio del siglo XIX. La sucesión genealógica de estos nobles de la Casa de Gévaudan es la siguiente
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