Se han cumplido 17 años del fallecimiento del rey Balduino y recuerdo su vista a la Argentina en 1965.
En casa se comentó mucho esta ocasión ya que el anfitrión había sido Julio Steverlynck.
Don Julio era un belga que había fundado en Jáuregui, un pueblo a pocos kilómetros de Buenos Aires, una fábrica textil que se convirtió en un establecimiento
moderno y de los más importantes en el rubro: Algodonera Flandria.
Como era común en esos años (1928) alrededor de la fábrica y por el impulso de su creador, se instalaron escuelas, un club, el correo, la iglesia y así se fue desarrollando un pueblo pujante.
Don Julio hasta creó, alrededor de la fábrica, un paisaje típicamente europeo con puentecitos sobre el río y bosque con coníferas. Aún hoy puede verse este rincón de Bélgica en la provincia de Buenos Aires.
Y este fue el paisaje que recibió a Balduino y Fabiola en su vista. Incluso en Santa Elena, el campo de los Steverlynck que ellos visitaron, había un zoológico con fauna autóctona pero también europea.
Les cuento todo esto porque lo viví de cerca: muchos de mis tíos trabajaban en la fábrica y, en los veranos, solía yo misma andar en bicicleta por esa “little Bélgica”. Todos los enero los pasaba en uno de los chalets que estaba en frente de la fábrica y muchos de mis amigos de correrías eran hijos de otros belgas que don Julio había invitado a unirse a esta patriada americana.
A los anfitriones y a los reyes de Bélgica los unía, entre otras cosas, una ferviente devoción religiosa. De hecho, la orquesta de la fábrica que tocó durante su visita, se llamaba Rerum Novarum en honor a la encíclica papal.
Imaginarán cuánto se habló en los años posteriores de esta visita real en la que estuvieron presentes, por supuesto, mis tíos más mayores. Cada verano posterior en algún momento se mencionaba el tema: que aquí fue donde Balduino y Fabiola caminaron, que eso pasó antes de que viniera Balduino, etc etc…
Gracias a Internet encontré un artículo del diario El Civismo con detalles de esta visita y una foto que comparto con ustedes…
Tal vez algún forista argentino pueda aportar más fotos y datos. Me encantaría.
Cuando los Reyes visitaron Jáuregui Un día para la historiaBalduino I y Fabiola fueron acompañados por el entonces presidente Illia y su esposa. Fueron recibidos y guiados durante su estada por Julio Steverlynck y familia.
La historia como exposición sistemática de los acontecimientos del pasado, se ocupa en un amplio sentido, de recuperar para las generaciones futuras todo lo relativo a las sociedades y sus múltiples representaciones políticas, sociales, institucionales, científicas, artísticas, etc.
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Cuatro décadas atrás, la comunidad de Jáuregui fue testigo de un hecho nada habitual, como fue la visita de los Reyes de Bélgica.
Merced al material brindado por la Revista El Telar -de ejemplar continuidad a lo largo de muchos años-, y el material gráfico cedido por Margarita Bonfanti, fue posible recuperar aquella jornada inolvidable para los vecinos de Villa Flandria.
Un día especial
La crónica de aquellos días fue categórica: "el viernes 5 de noviembre de 1965 marca una fecha de recordación para el partido de Luján en general y en particular para Jáuregui". Ese día fueron huéspedes del lugar el Rey de los belgas Balduino I y su esposa Fabiola de Mora y Aragón, quienes arribaron en el avión presidencial "Independencia", acompañados por el presidente de la República, Dr. Arturo Illia y su esposa. A su arribo fueron recibidos por el presidente de Algodonera Flandria, Don Julio Steverlynck, su esposa e hijos; el gobernador de la provincia de Buenos Aires y el intendente de Luján, Silverio Pedro Sallaberrry, llegados con anterioridad. Asistieron además otras autoridades nacionales, miembros del cuerpo diplomático y representantes de diversas entidades locales.
En el inicio del acto, la Banda de Música Rerum Novarum entonó los acordes de la marcha Ituzaingó, y luego de los saludos de protocolo, fueron interpretados los Himnos Nacionales de Argentina y Bélgica, recibidos con muestras de indescriptible entusiasmo por la concurrencia. El momento de la recepción -según la crónica- dio lugar a un hermoso colorido, atendiendo a la gran cantidad de escolares de los establecimientos educacionales locales y los Scout del Colegio San Luis Gonzaga.
Los ilustres visitantes, siempre acompañados por las autoridades locales, recorrieron las instalaciones de Algodonera Flandria y Linera Bonaerense que conjuntamente con la Fabril Linera, constituían el complejo industrial más importante de la zona.
En ella pudieron observar detenidamente los adelantos técnicos logrados, el orden, la higiene y la organización, que merecieron unánimes elogios. En su paso por las distintas secciones de la fábrica, y en todas sus calles, Balduino, Illia y Steverlynck fueron objeto de cálidas demostraciones de simpatía y afecto; siempre se los vio sonrientes, comprensivos, amables, despojados de sus altas investiduras, estrechando las manos de la mayoría y conversando con los más cercanos, retribuyendo las atenciones con simpatía y cordialidad.
Por su parte, el personal fabril, en todo momento dio muestras de simpatía y respeto, lo que contribuyó a dar brillantez al acto.
El paseo de la Reina
Mientras el pueblo daba rienda a esta espontánea y desbordante euforia de alegría, Fabiola, junto a las señoras de Illia y de Steverlynck, efectuó sendas visitas a la Escuela Hogar Inmaculada Concepción, a la Iglesia Parroquial donde se arrodilló y oró, y al Colegio San Luis Gonzaga. En todos estos sitios, un desborde popular y juvenil rodeó a la soberana y sus acompañantes.
Ella tuvo rasgos de sencillez y delicadeza hacia los niños que pugnaban por saludarla, lo que alcanzó matices emotivos. La Reina besó a muchos de esos niños y niñas y saludó agradecida al pueblo que la ovacionaba. En ese recorrido, también visitaron a un enfermo postrado desde su nacimiento, llevando a sus familiares, madrileños como Fabiola, palabras de aliento.
El Círculo Criollo, presente en todos los grandes eventos de la comunidad, desde el comienzo de la visita formó un marco de honor con su grupo de jinetes vestidos a la usanza criolla con sus mejores galas. El cuerpo de baile de la entidad amenizó durante el almuerzo con danzas y canciones de nuestra tierra, acción que mereció la aprobación unánime de los concurrentes, y que sirvió para que los monarcas belgas conocieran de cerca la riqueza del folklore nacional.
Los huéspedes inquirieron después detalles sobre la carreta "La Paloma", presente en el escenario de los actos, y réplica de las antiguas carretas utilizadas por nuestros gauchos, propiedad del "Martín Fierro" y utilizada reiteradamente para entronizar la Virgen de Luján por los caminos de la Patria.
El Rey Balduino y su comitiva, juntamente con el Presidente y su señora, regresaron a Buenos Aires en el avión "Independencia", agradeciendo todas las gentilezas recibidas, y resaltando "la magnífica obra desplegada por Julio Steverlynck, orgullo y progreso para la Nación Argentina y honra para la colectividad belga, que ve en su esfuerzo y decisión, el premio de tantos años de lucha al servicio de un ideal".
http://www.elcivismo.com.ar/edicion/2005/7077/esp01.htm