Imágenes de Brauer Photos de la cena de gala


Princesa María Anunciata de Liechtenstein y su marido, Emanuele Musini


Alberto e Isabel, Príncipes de Thurn y Taxis


Príncipe Alberto Ernesto y Princesa Ángela de Oettingen-Spielberg


Príncipes Víctor y Jungeun Anés de Isenburg

Ya no tengo la menor duda de que la civilización occidental se acerca a su fin. La boda habrá sido todo lo esplendorosa que se quiera pero los asistentes, novio incluido, iban de alarido. Por favor, que no es tan difícil.

Empezamos fuerte. El novio en un frac INDESCRIPTIBLE, donde todo le queda mal. Por supuesto no consideró que su boda fuese una ocasión como para plancharse la banda de su orden. Además de que no la lleva colgada de la oreja porque San Conrado (el santo familiar, hijo de un duque de Baviera medieval) no quiso.
Las mangas y perneras demasiado largas, la tripa desbordándose bajo ese chaleco demasiado pequeño... en fin, ya desde esta foto he comprendido que hoy iba a ser un día negro.



Compenso el primer disgusto con el chico de los Thurn un Taxis, que va impecable. Yo hubiera introducido un poco de color en alguna parte, pero eso ya va en gustos y su acompañante no va precisamente de luto.



¿Para qué sirve ser príncipe heredero de Leiningen (aparte de para morirse y que Hernán te saque en sus hilos)? Pues hoy en día seguramente solo le dé lustre a su título acudiendo a eventos llenos de los miles de royals alemanes que hay por todas partes. Y para eso, nada mejor que aparecer en los sitios con cara de llevar una semana durmiendo con el chaqué puesto y ponerse un chalequete verde caza (!!!) que seguramente se compró antes de desfondarse. A su favor: no lleva el móvil en el bolsillo. No digo que le mejore, pero empeorarle tampoco (era difícil).



Aquí tenemos a Humberto, representando fenomenal a la casa de Sajonia con unos pantalones de largo correcto. Tampoco estamos hablando de neurocirugía.



Eilika de Oldenburgo estaba tan ocupada siendo la más rancia de la boda que se le olvidó decirle a su marido que le asomaba la corbata por debajo de ese chaleco que, ay, se le ha quedado pequeño. Luego que si la caída de los Imperios...



Muy bien el novio de la infanta portuguesa María Francisca. Se ve que nuestros vecinos aún conservan nociones sartoriales.



Luego sigo, que necesito un dubonnet...

Gracias por identificarles

Que alegría que nos han dado con le cena de gala se echaba mucho de menos un evento de este tipo (lástima que no pudiéramos ver tiaras en la coronación de Carlos de Inglaterra), quizás muchos fallos en cuanto a los trajes pero al menos han lucido unas cuántas joyas

Una duda sobre la banda de la orden caballeresca de San Huberto que llevan Francisco, Duque de Baviera y su pareja, Thomas Greinwald. andrea.monti comentó lo siguiente (se puede ver en el hilo Condecoraciones: ¡Así no! post391552.html?hilit=saboya#p391552):



Siendo él, el pretendiente al trono del reino de Bavaria y jefe de la familia real, ¿no sería lo correcto que las llevasen por encima del chaleco en vez de llevarlas por debajo?


Me había hecho a la idea de que los príncipe de Prusia habían vendido esta tiara, que alegría ver que la siguen teniendo en su poder y que la hayan lucido

Ya tardaban en aparecer los niños Luxemburgo y sus chaqués reventones. Este me parece que es el que fue padre como a los 16 años. Lo sé porque le chifla llevar móviles gigantes en un bolsillo y un tirachinas, dos ranas y seis canicas en el otro. María Gabriela, dale con el bolso en los dientes.



Mirad esas pinzas dadas de sí, por culpa de los kilitos y del móvil gigante.



Radu de Rumanía, la perfección.



Aquí tenemos el caso contrario, el príncipe Adalberto de Baviera, que ha pensado que, para lo que le queda en este mundo, para qué vamos a arreglar el chaqué ahora que hemos menguado un poco.



Este señor directamente se pisa los pantalones. Y eso que se apellida Taylor (sastre). Se podría haber apellidado Vagabond.



Ya tenía que estar avisado, visto su frac, pero el aspecto del novio el día de su boda es una meditación. Lleva un teléfono en el bolsillo solo para darme el disgusto.

Octavius

Confiesa, las bodas alemanas las que más te gustan/horrorizan.

_________________

¡Maravilloso! De principio a fin.