Nos volvemos a tierras patrias....
BUBION (Alpujarra Granadina)
Un poco de historia de la Wiki
Los orígenes de Bubión se remontan posiblemente a la época de los romanos, pues en el siglo XIX se hallaron restos de enterramientos de esta civilización. También constan datos de Henríquez de Jorquera que atribuyen a los godos un pequeño asentamiento en esta zona a finales del siglo IV. No obstante, es con los árabes cuando alcanzó una mayor relevancia. Desde el siglo XIII el pueblo era la cabeza de la Taha de Poqueira, que abarcaba los pueblos de Capileira, Pampaneira, Bubión y el desaparecido poblado de Alguástar, siendo el primer ayuntamiento en ser constituido.
Tras la Conquista de Granada en 1492 por los Reyes Católicos, la población se vio paulatinamente sometida a una presión que llegó a convertirse en intolerable y, en 1568, un rico terrateniente de la zona, Fernando de Válor, que tomó el nombre de Abén Humeya, se levantó en armas contra Felipe II, provocando una revuelta general el 24 de diciembre entre los moriscos de todo el Reino de Granada.
Las distensiones internas entre los propios moriscos, que, en 1569, dieron muerte a Abén Humeya, permitieron que Juan de Austria acabara pronto con el levantamiento. Los moriscos serían definitivamente expulsados en 1609. El pueblo fue repoblado con colonos y campesinos procedentes de Galicia, León, Asturias y Castilla.
Leyenda de Bubión:
Cuentan que en tiempos pasados existió un castillo en la Alpujarra, cuyos restos se pueden ver aún cerca de Bubión. En él habitaban un rico señor feudal y su hija, a la que guardaba celosamente. Cuando la joven hubo cumplido 20 años, el padre la prometió en matrimonio a un señor de la comarca, tan rico y poderoso como él, pero igual de déspota y brutal, sin sospechar que, pese a su encierro, la joven se había enamorado de un pastor de la zona y era correspondida.
Cuando conocieron la noticia y a pesar de saber que no había esperanza, los amantes decidieron escapar y morir si era necesario, antes que separarse.
Así, al caer la noche, el pastor se dirigió en busca de su amada, encontrándose en el camino con un hombre que dijo ser el diablo y que le ofreció su ayuda, proporcionádole una escoba capaz de hasta llegar a las inmediaciones del Mulhacén, donde la escoba comenzó a barrer de tal
modo, que sepultó a sus perseguidores bajo la nieve que despedía.
Y cuenta la leyenda que la escoba quedó allí olvidada por los amantes y que aun hoy sigue barriendo la nieve.