Corinna, alejada del Rey, se vuelca en los príncipes de MónacoCONSUELO FONT. Actualizado: 23/11/2013 06:32 horas "Corinna Zu Sayn Wittgenstein no ha vuelto a pisar territorio español al menos desde este junio, y por tanto tampoco ha mantenido nuevos encuentros con el Rey Juan Carlos", ha asegurado a La Otra Crónica un miembro del entorno de la princesa.
Sin embargo, a lo que no parece dispuesta la amiga entrañable del Monarca es a desaparecer del mapa, pues nuevamente ha vuelto a las portadas del papel cuché, lo cual resulta paradójico en alguien que, según ella misma asegura, no desea convertirse en una 'celebrity'.
Pero esta vez su protagonismo no tiene que ver con el soberano español, sino con otro monarca reinante, aunque su título sea de príncipe y su país un tanto de opereta: se trata de Alberto de Mónaco.
Corinna se ha convertido hoy por hoy en una de sus consejeras más allegadas, y está especialmente volcada en su esposa, Charlene Wittstock, a quien asesora en cuestiones de imagen.
"Para la consorte monegasca, una ex nadadora que no acaba de encontrarse en su papel, los consejos de Corinna están siendo de gran ayuda. Algo que tranquiliza sobremanera al príncipe Alberto, que está preocupado por su mujer. Ya se conocían, incluso la aristócrata alemana fue invitada a la boda real monegasca, pero es actualmente cuando están cimentando una estrecha amistad", asegura la fuente antes citada.
Prueba de ello fueron las sorprendentes imágenes publicadas el mes pasado del viaje a Rusia de los soberanos monegascos, en cuyo séquito oficial Corinna ocupó un lugar preponderante, incluso en el encuentro con el patriarca de Moscú.
Días antes, había acompañado a la pareja a Nueva York, en una visita a la ONU, y a Charlene a una cena de gala en París ofrecida por Ralph Lauren. No en vano, tras verse obligada a abandonar Madrid, donde residía, a raíz de la crisis del elefante de abril del 2012, que hizo saltar a la palestra su relación con el Monarca por esa inoportuna fractura de cadera en Botswana, Corinna se afincó en Montecarlo, desde donde viaja con frecuencia a Londres.
Allí, en el edificio Le Montaigne, un lujoso bloque de 19 pisos ubicado en la elitista avenida Grace de Mónaco, construido encima de la playa, la princesa ocupa uno de los tres apartamentos que tiene alquilados por 30.000 euros al mes.
Una panorama muy distinto al de la finca La Angorrilla, situada en el monte de El Pardo y limítrofe con el palacio de La Zarzuela, donde la aristócrata alemana residió esporádicamente con su hijo durante los años de apogeo de su amistad con el Rey. Entonces, el CNI, que la custodió día y noche, la bautizó en clave como Ingrid.
Las uvas, juntosSu relación con Don Juan Carlos se enfrió bastante tras ser invitada a abandonar el territorio patrio y trasladarse a Mónaco en la primavera de 2012, pese a lo cual todavía hizo algunos viajes a España e incluso pasó la Nochevieja de ese año en una finca cercana a Madrid donde también se comió las uvas Don Juan Carlos, según revelan en su círculo.
Pero la alemana no es mujer de medias tintas, y acostumbrada a jugar fuerte, maquinó un órdago que desató un efecto demoledor. Órdago que se tradujo en sendas entrevistas a este periódico y otra posterior a la revista '¡Hola!', donde bajo la excusa de salvaguardar su imagen salpicada por los tejemanejes de Urdangarin en el caso Nóos, habló abiertamente de su "amistad entrañable" con Don Juan Carlos, a quien, según sostienen en Zarzuela, jamás pidió permiso.
Esto hizo estallar un escándalo que traspasó nuestras fronteras y llevó la ya maltrecha popularidad del Monarca a sus cotas más bajas, provocando un enfado considerable en la cúpula de Zarzuela, que lo consideró una traición en toda regla. "Lo único positivo es que esa bruja dice que no volverá a pisar España", aseguró en aquellos días uno de sus miembros.
¿Cumplió Corinna su promesa? Extraoficialmente, hay testigos que dicen que se la vio por los aledaños de Zarzuela el puente del 1 de mayo, y posteriormente un vecino de El Pardo sostiene a LOC que incluso se paseó por esta localidad a principios de agosto. Pero es cierto que desde este verano, no hay un solo rastro de Corinna en nuestro país.
Eso al menos sostienen en su círculo íntimo, donde también aseguran que su amistad con el Rey de España, que según la alemana había quedado reducida a una llamada semanal, es hoy un recuerdo del pasado.
El golpe de gracia parece que se debe a esa nueva entrevista concedida en septiembre por la alemana a la famosa revista americana 'Vanity Fair', donde además de reconocer sin demasiados tapujos que lo suyo con Don Juan Carlos fue una relación en toda regla ("algunas personas no entienden que las cosas pueden suceder en un momento dado y terminan, pero la amistad no termina"), se refiere al Monarca español como "un caballero anciano que lucha con su salud".
Según un personaje próximo a Zarzuela: "Hablando en plata, le llamó viejo inválido, algo que aparte de humillante y de muy mal tono, es lo peor que se le puede decir en estos momentos a un hombre que está librando una durísima batalla en los quirófanos para recuperar la movilidad de sus piernas".
El citado personaje sostiene que la relación entre la alemana y el Monarca estaba ya muy tocada desde su salto a la palestra en forma de entrevistas. "El Rey es bastante listo. Además de su nula discreción, han llegado a su entorno rumores de comentarios de Corinna hacia cuestiones íntimas un tanto vejatorios. Por otra parte, ese pulserón de brillantes que lucía en su entrevista a '¡Hola!' cuesta una fortuna. ¿Es un regalo de un jeque? ¿Por qué tipo de servicios? ¿Y esos frecuentes viajes a Brasil para verse con un amigo empresario?", se pregunta.
En su opinión, todo este escándalo obedece al despecho de una ambiciosa mujer que se creyó Correina (así apodaban coloquialmente a Corinna en el Pardo por la preponderancia que llegó a alcanzar) y al fin quedó como una amiga más.
"Debe sentir una rabia inmensa por el chollo que ha perdido, porque con todos los respetos, no es igual ir del brazo de Alberto de Mónaco por la vida. Si se le ponían al teléfono jeques árabes o mandatarios rusos era por deferencia a la amiga de Don Juan Carlos", concluye.
'Como un toro'Don Juan Carlos, por su parte, tras la fuerte crisis anímica que sufrió en verano al declarársele la infección que le condujo de nuevo al quirófano, ha afrontado en las mejores condiciones físicas y psicológicas la segunda fase de dicha intervención para colocarle la prótesis definitiva, que tuvo lugar la mañana de este pasado jueves.
"Fíjese si está concienciado", asegura la fuente antes citada, "que, tras retirarle la cortisona, ha seguido un estricta dieta a base de proteínas, lo cual unido a los ejercicios de rehabilitación que realizaba, además de hacerle adelgazar, le ha permitido recuperar bastante musculatura y está como un toro. Ahora lo único que le preocupa es recuperar su movilidad e incorporarse al trabajo para sacar adelante la Corona".
Alejada la amenaza, al menos hasta el momento, incluso la Familia Real vuelve a escenificar la imagen de unidad de antaño, que tantos réditos ha proporcionado a la Monarquía. Sobre todo, la Reina Sofía, quien a raíz de ese inédito beso público al Rey en vísperas de la intervención de septiembre, ha vuelto a desempeñar el papel de diligente esposa.
Este jueves por la mañana se dirigió directamente desde aeropuerto de Barajas, donde acababa de aterrizar de un viaje oficial a Nueva York, a la Clínica Quirón, para estar presente cuando el Rey despertara de la anestesia. Y no se movió en todo el día del hospital, como mandan los cánones.
Fuente:
http://www.elmundo.es/loc/2013/11/23/52 ... b4572.html
y Alberto, con la chaqueta reventándose, 
