Bueno, pues todo era fantástico hasta que he llegado a la visita de la Presidenta de Islandia en 1985. Ya el impronunciable nombre de la mandataria presagiaba que las cosas en Islandia no son fáciles.
La primera imagen de la visita nos muestra que Vigdis Finnbogadottir puso todo de su parte y se vino con el típico traje islandés y por supuesto eso no le impidió lucir la banda y placa de la Orden de Carlos III y además añadió justo debajo -en su sitio de rigor- la placa de la islandesa Orden del Halcón.
Pero según iba avanzando leyendo los pormenores y viendo las ilustraciones de la visita, de repente me encuentro con esto:
Obviamente algo pasaba si en la primera imagen Vigdis aparece con todo correcto y en su sitio y en la segunda imagen ya no. Así que me he ido corriendo a buscar la Orden del Halcón para saber como se tercia su banda, no vaya a ser que siga los mismos patrones que su vecina danesa: la Orden del Elefante. Y efectivamente, la banda se tercia desde el hombro izquierdo a la cadera derecha, asi que la imagen está girada.
Ahora todas las bandas sí están bien colocadas. Pero, ¡oh, cielos! Si la imagen estaba girada, ¿qué pasa con las placas? ¿Por qué la Presidenta luce la suya a la izquierda y los demás a la derecha? ¿Cómo puede ser que me encuentre al hasta ahora puntilloso Rey Juan Carlos cometiendo un error semejante? ¿Era el fin del mundo o es que esta placa islandesa no sigue la norma general? Tiene que haber un motivo.
Veamos:
Collar with Grand Cross: wears the badge on a collar plus a star on the left chest.
Grand Cross: wears the badge on a sash on the left shoulder, plus a star on the left chest.Pues no, la Orden del Halcón es un calco de la Orden del Elefante, así que ese día de 1985 se cometió uno de los mayores pecados que ha vivido la Corte española. Lo que viene a demostrar, una vez más, que hay un serio problema con las condecoraciones cuyas bandas se tercian al revés. Y el problema es que creen que por ser así, las placas pueden ser colocadas donde quieran, en este caso a la derecha. Así no se puede ir por el mundo.
La manera correcta habría sido esta que nos muestran los suecos:
Así que me veo obligada a ir a Correos -porque Zarzuela todavía no tiene email-, a enviarles una carta o mejor un paquete con todas las imágenes de los momentos en que han cometido semejante pecado y una lista de las condecoraciones que se tercian al contrario que las españolas. No podemos permitir que vivan con semejante ignorancia y que lleguen un día a Islandia, Dinamarca o Tailandia (que está por venir porque se corona su rey) y les vuelva a pasar esto.