El Cardenal-Infante Don Fernando de Austria. Anton Van Dyck, hacia 1634. Museo del Prado, Madrid
Hijo de Felipe III, nacido en 1609 y cardenal desde los 10 años, fue gobernador de Flandes desde 1634 hasta su muerte en Bruselas en 1641. El Cardenal Infante, aparece representado de más de medio cuerpo, con espada y bastón de general en la mano, de rojo y oro, está caracterizado con el traje que utilizó para su solemne entrada en Bruselas como gobernador de los Países Bajos en 1634.
Retrato eminentemente oficial, como delata el rico cortinaje del fondo, es muy cercano a las imágenes de su hermano, Felipe IV, que realizaba Velázquez por los mismos años.
El tratamiento de los blancos del cuello y la gola, las características pinceladas para marcar los pliegues del vestido y banda, así como la riqueza de los dorados del traje, son los elementos más destacados de este retrato. Estos aspectos formales lo equiparan con otros retratos del periodo del artista en Amberes, previo a su viaje a Inglaterra, donde evolucionarán sus conceptos sobre este género pictórico.
El cardenal-infante Fernando de Austria, en la batalla de Nördlingen. Pedro Pablo Rubens, 1635-40. Museo del Prado, Madrid
El Cardenal-Infante aparece armado de cuerpo entero con sombrero negro, bastón de mando y banda roja. Está retratado como general de los ejércitos españoles durante la Batalla de Nördlingen de 1634 contra el ejército protestante. Sobre él, la alegoría de la furia y el águila y rayos de Júpiter aluden a su fuerza y arrojo. Detrás se representa una escena de la confrontación.
Rubens realizó la obra en Bruselas, tras la llegada del Infante, para tomar posesión de su cargo de gobernador de los Países Bajos. El artista optó por una imagen de gran intensidad, donde la serenidad del Cardenal contrasta con la agitación del animal. La postura del caballo, habitual en muchos retratos ecuestres, es una metáfora visual de la fuerza y las capacidades del gobernante, cuyas virtudes se relatan en la cartela de la parte inferior.
Adquirido para Felipe IV, en 1666 se encontraba ya en las salas del Alcázar de Madrid.