Quizás, en este asunto, no sean tan "culpables" ellas como la percepción que tenemos nosotros de ellas en comparación a las demás.
Es muy dificil, para cualquier mujer, estar a la altura de las exigencias físicas y estilisticas de Mary, Máxima, M-C, Kate o Madeleine y Victoria. Todas cuentan con una mayor o menor ventaja genética, por así decirlo (más Madeleine), pero además han trabajado mucho tanto a nivel de alimentación, como de entrenamientos y asesoramiento estilistico.
Hace poco, leí un artículo sobre Margarita de Rumanía en "Vanity Fair España" que de ominaba a la nueva remesa de herederas como "princesas top-model". Es una elección, sin duda, estar en ese grupo: fuerza de voluntad y saber asesorarse está a la mano de todas.
Quizás el error de Estefanía (y Astrid,...) es tratar de jugar en la misma liga (o el error de sus asesores). Entiéndanme, muy lícito también, pero que las desfavorece o nonestariamos hablando de ello.
En el caso de M-M o Mabel o Laurentien, hemos de suponer que toda percepción de ellas mismas les parece estupenda y les reconozco la seguridad en sí mismas.
¿Cual es mi opinión? Alguien sugirió una vez (creo que Tanja al referirse a la Princesa Astrid) que era una cuestión de "corseteria y sujeción". Quizás van por ahí los tiros: los maravillosos Balenciagas o YSL de los 40/50/60 llevaban su ayuda (no todas eran Lilian o Paola de Bélgica). Pero también una cuestión de estilismos adecuados a su forma de ser, postura, planta y figura. No creo que a Isabel UK, Margarita o Beatrix se les pasara nunca por la cabeza vestir de una forma distinta a la que lo han hecho, y...¿quién olvidará los bolsos y zapatos de la británica, los vestidos de gala de la danesa o los sombreros de la holandesa? Creo que a esta chica, Estefania, lo que le hace falta son unos años de madurez y conocerse a sí misma, probar cosas nuevas, liberarse un poco del abrazo suegril y encontrar su lugar, como Letizia y Mathilde han ido haciendo (al margen de tendencias y alta costura).
_________________ "Sólo la fantasía permanece siempre joven; lo que no ha ocurrido jamás, no envejece nunca". J. C. F. von Schiller
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