Hay que agradecer que Macron haya tirado aquella especie de chaqué que quiso ser frac que se ponía, pero menuda birria de frac le han hecho. Cher President, que viene usted de París de la Francia, la capital de la alta costura. Vaya tela.
Las bandas francesas quedan horrorosas. No hay manera de ajustar semejante cosa. El Elíseo en pleno retroceso, porque las bandas de la Legión de Honor SIEMPRE se habían estrechado para las mujeres... hasta que llegó Macron. A ver los nombres y apellidos de los responsables condecoriles de la Republique.
Muy mal Briggite por no lucir su condecoración sueca ni ninguna que le hayan concedido hasta ahora. Emulando a Fabiola de Bélgica. No hay Corte que haya visitado en la que no haya dejado las condecoraciones en sus estuches. Si te la conceden, lucéla. Se han gastado unos dineros para algo, querida. Es una de las obligaciones diplomáticas que tiene una como primera dama.
Ah, y el protocolo de esta mañana, al ir vestido el Rey de uniforme militar, dictaba tocado o sombrero para las señoras. Si no tenemos reparos en lucirlo durante el funeral de Lilibet, no los tengamos a la hora de visitar la Corte sueca.
Y no sigo porque esta semana estoy que muerdo con todo temita francés que se plante ante mí. Solo falta que aparezca un inventario con todo lo que se llevó de España el chorizo de José Bonaparte para que empiece a salirme una torre Eiffel en llamas de la cabeza.
Las Bernadotte sacando toda la artillería de los Bonaparte y de los Beauharnais me parecen ideales.
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