Recuerdo a la perfección la primera vez que me encontré con Letizia Ortiz. Me habían invitado a una comida con Shimon Peres y el dignatario israelí, siempre con agenda más rebosante que apretada, se retrasó. Letizia –una muchacha delgada, simpática, vestida con un traje chaqueta de discreto color gris y flanqueada por un cámara– tenía que cubrir la noticia para una televisión privada y entablamos conversación en el vestíbulo del hotel. Me causó muy buena impresión. Era meticulosa, dedicada, detallista, incluso extremadamente preocupada por hacer bien las cosas. Nos intercambiamos los teléfonos y volvimos a vernos. Durante los años siguientes, recuerdo que me invitó a una fiesta para celebrar su cumpleaños donde conocí a sus hermanas y a su madre, pero, sobre todo, que nos encontramos en varias ocasiones para comer juntos o charlar. Se ha dicho luego, entre otros necios rumores propalados por integristas, que era una peligrosa progre inficcionada de agnosticismo o que padecía anorexia y era incapaz de comer

Letizia no compartía todos mis puntos de vista – creo que ni siquiera los amigos más cercanos lo hacen–, pero nunca la oí decir nada incorrecto, estúpido o absurdo. Por el contrario, razonaba con bastante sensatez, conocía el restaurante donde se servía el mejor steak tartare de Madrid –lo devoraba con apetito envidiable – y, sobre todo, estaba preocupada por mejorar cada día. En aquellos tiempos pude ver cómo Letizia intentaba sacar lo mejor de mí en una pieza sobre el origen de la Navidad o cómo se esforzaba para cubrir de manera extraordinariamente profesional las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Luego –cosas de este trabajo– distanciamos algo más nuestros encuentros. Una mañana que me encontraba en Zaragoza vi en la portada de un periódico local el anuncio de que era la novia del Príncipe.
Me sorprendió, pero también me dije que, dada su discreción, no era raro que nadie se hubiera enterado. La misma Letizia me lo contaría algunos días después. Por esa época, Telemadrid me pidió –junto a un par de personas más– que escribiera un guión para unos documentales sobre los príncipes. Lo hice de buen grado aunque omitiendo cualquier detalle personal. A lo mejor por eso, después de tantos años, Telemadrid todavía no me ha pagado. Recuerdo haber visto a Letizia en La Zarzuela poco antes de casarse. Era la misma joven aplicada y puntillosa que yo conocía desde hacía años, pero ahora parecía aún más entregada a sus obligaciones y, desde luego, feliz como nunca. Le dije que la tendría en mis oraciones para que Dios la guiara en una tarea que intuía difícil. No estoy seguro, pero creo que ya no volví a encontrármela hasta el día de la boda. En medio de multitud de invitados y viendo cómo ZP se colaba en la fila, acabé llegando hasta ella para desearle junto al Príncipe la mayor de las dichas. No sé cómo lo hizo, pero logró formularme un par de preguntas sobre mi vida privada. Estaba totalmente en su nuevo cometido.

En los años siguientes he seguido contemplando cómo seguía entregándose de manera infatigable a superarse en el cumplimiento de su deber lo mismo asistiendo a actos oficiales que, en alguna que otra ocasión, manifestando la cercanía de preguntar por mi hija o por mi trabajo. De ser una reportera de calle a princesa de Asturias media un gran trecho. Sin embargo, no puedo dejar de pensar que Letizia, la princesa, es, sustancialmente, la misma que Letizia, la periodista, una persona entregada en cuerpo y alma a cumplir con su deber, a aprender cómo hacerlo sin que por ello se le caigan los anillos y a realizar cada día mejor sus tareas.

http://www.larazon.es/noticia/7086-cuan ... esar-vidal

Los Príncipes lo están haciendo bien...¡por supuesto que sí!...pero no es ningún mérito, es la OBLIGACIÓN y el TRABAJO del Príncipe de Asturias, tiene ya 44 años, un hombre adulto, toda su vida ha sido preparado para el puesto, se ha invertido mucho dinero y mucho trabajo en hacerlo, lleva 20 años en España, aprendiendo, observando, figurando, participando, saliendo, viajando, asistiendo a todo tipo de actos protocolarios, diplomáticos, institucionales, militares, etc. etc. sería imperdonable que no lo "bordara"...así que yo creo que el Príncipe está cumpliendo muy bien con su trabajo, si lo hiciera mal no tendría perdón de Dios, sería o muy, muy torpe o muy, muy vago (por no decir otra cosa)...así que en resumen de momento parece que la "inversión" ha sido buena. El caso de la Princesa es diferente, ella no fue preparada para nada para todo esto, peroooo...lleva ya 8 años casada y en ese ambiente, una mujer madura, inteligente y con interés ya puede haber aprendido de sobra todos los "trucos", así que los dos lo están haciendo bien... porque es su obligación hacerlo así, lo que hay que pedir es que no se "tuerzan" con los años...como otros

Si carb" es la OBLIGACION y el TRABAJO del Príncipe de Asturias" y la suerte que hemos tenido es que encima es RESPONSABLE,nos podía haber salido RANA.Hoy en el Hispánico he visto unas fotos de otro heredero y son para echarse a llorar,nos podía haber salido así ,yo creo que hemos tenido mucha suerte.La jefatura del Estado estará en buenas manos.

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La risa es un antidepresivo sin efectos secundarios

Premios Cervantes

El Príncipe de Asturias ha ensalzado este lunes, en la ceremonia de entrega del Premio Cervantes al poeta chileno Nicanor Parra, el carácter "rupturista" del galardonado quien, por motivos de edad, no pudo asistir a este acto en el que estuvo representado por su nieto, Cristóbal Ugarte.

En un discurso marcadamente literario, don Felipe ha dicho que Nicanor Parra es "mucho más que un provocador, es ciertamente un rupturista" y ha afirmado que en poesía "se permite todo". "Pero no se trata solo de desconcertar; quiere comprender su realidad y urgir a los demás a que, salvando el abismo que existe entre arte y vida, acompañen esta arriesgada cruzada", ha añadido.

"De seguro que Cervantes, al ver hoy llegar a Nicanor Parra al parnasillo de poetas galardonados con el premio, reconocerá en él un espíritu afín, un poeta desnudo de adornos, con atuendo de vecino de Chillán, y, sabiéndolo su espíritu gemelo, se apresurara a decirle: 'Pasa raro inventor, pasa adelante con tu sutil designio'", ha señalado el Príncipe.

"Él no engaña a nadie, antes bien advierte del peligro que corren sus compañeros de aventura: Mi poesía --dice-- puede perfectamente no conducir a ninguna parte, pero en el trayecto va desenmascarando credos de todo orden", ha añadido don Felipe para luego recordar que Parra "explora nuevas formas, nuevos espacios para las palabras siempre libres" y nunca consintió que se le "encasillase", sobre todo en lo político.

Según don Felipe, dos poemas, 'El soliloquio del Individuo' y 'Las Tablas', "resumen el esfuerzo hercúleo de rehacer la propia historia del hombre y de romper el complejo sistema de leyes y normas que lo someten".

"Mañana la familia de Nicanor Parra depositará en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes lo que él llama 'su maquina del tiempo' con un poema inédito y la orden de no abrirlo hasta dentro de cincuenta años. Como las palabras de Parra están en perpetuo movimiento, no sabemos entonces lo que aparecerá. Pero no hay duda: serán palabras que nos unen en la lengua de Cervantes y ensanchan nuestra vida", ha concluido el Príncipe.

ESPÍRITU TRANSGRESOR
Por su parte, el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, que en este 23 de abril ha regalado al equipo de Gobierno los 'Poemas y Antipoemas' de Parra, ha resaltado en su intervención la obra "extensa, original y sorprendente" del escritor chileno.

Tras un repaso por la nómina de premiados con este galardón desde hace 36 años, Wert ha elogiado la "asombrosa facilidad poética" de Parra cuya obra "invita a detenerse en sus orígenes, en sus raíces", ha dicho.

Asimismo, "la tradición poética, la cultura y el folclore" o la "herencia de los guerreros mapuches" son, para Wert, parte fundamental de su escritura que, con 'Poemas y Antipoemas' "cambiaría el rumbo de la poesía escrita en lengua castellana".

El ministro de Educación, Cultura y Deporte, ha aludido al "espíritu siempre transgresor" de Nicanor Parra. "Su relación con la tradición poética, con la sociedad que lo rodea y las creencias y dogmas habituales en ella, ha sido siempre una relación incómoda, díscola y contestataria", ha señalado para calificar después su antipoesía de "irreverente".

Wert no ha olvidado citar la faceta científica del escritor chileno que le ha ayudado a "relativizar" todo. "No hay verdades con mayúscula, parecía estar diciéndonos", ha afirmado. "La poesía, con Nicanor Parra, sale a la calle", ha apostillado el ministro.

En su discurso, el titular de Educación, Cultura y Deporte ha señalado que, según dijo el propio Parra en un antipoema que es "una declaración de principios", "la verdadera seriedad es cómica". "Es la risa de alguien que ha perdido su fe religiosa, ha perdido su esperanza en un cambio político y ha perdido hasta su capacidad de comunicarse con los demás, pero el simple hecho de reírse le sirve como antídoto para la angustia", ha apuntado.

Kafka, Chaplin, Chejov, Cervantes y Quevedo han desfilado por este discurso de Wert, nombres ligados a las propias palabras de Parra. Sin embargo, el ministro ha recordado que en los dos españoles Parra "encontró una literatura más ceñida a la realidad", y no sólo en ellos por su obra "siempre ha dialogado con la literatura española", ha recordado.

"Con la eclosión de la antipoesía y del antipoeta, Nicanor Parra puso patas arriba los cimientos de la poesía tradicional, nos subió en su 'montaña rusa' de la que nunca más hemos bajado", ha añadido Wert.

http://www.europapress.es/cultura/libro ... 31147.html

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Besos
Super M

¡Qué guapa con los hombros y brazos cubiertos! La veo muy bien.

La entrada bastante tensa, creo. El público no se mostró carióñoso, precisamente.

Está muy guapa, algo despeinada, pero estoy yo para hablar que hoy en el norte vamos a salir volando de la ventolera que hace y llevamos todas unos pelos de locas

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La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.

¿Ha pasado algo en la entrada?¿Había gente esperando y no han estado amables?
Los príncipes forman una pareja muy compenetrada y en este acto transmiten una imagen de verdadera elegancia. No me refiero a esa elegancia que consiste en llevar un atuendo perfecto para la ocasión, sino a la elegancia que incluye ofrecer también una actitud cien por cien a tono con el tipo de acto al que se acude. Ahí me están gustando mucho. Además...necesito permitirme una pequeña frivolidad: me chifla el vestido de la princesa. Se eleva a la lista de mis diez favoritos de los últimos ocho años sin ninguna clase de duda.

El vestido es hermoso, no cabe duda Dña. Letizia acertó en este solemne acto, con un vestido blanco de crepe, de cuello bebé y manga larga, estampado en el cuerpo con flores en azul, gris y negro, de un original efecto encaje, adornado con pequeños botones en el frente y una banda ancha en la cintura, de Felipe Varela.
Lo combinó con zapatos de salón y pequeño bolsito beige a juego. La Princesa eligió unos pendientes de brillantes y perlas muy bonitos y favorecedores. Look ganador!”

Felipe Varela se salto la barda, ya que es un diseño hermoso y elegante, muy bien.