Konradin escribió:
Lo pregunto como argentino y desde afuera, ¿qué impide eso? ¿La usual idiotez con la que se manejan o qué? ¿La gran "no hagamos olas"?
Básicamente. Aunque cierto es que la prensa se ha pasado y se sigue pasando mucho con los nietos Borbón. Recuerdo a dos pécoras (Portero y García-Pelayo) que tardaron 15 días en escribir un libro contando burradas acerca del nacimiento de Leonor y de su salud. Coincidió con la época en la que la prensa empezó a abrir la veda y a dejar de edulcorar todo lo relacionado con la Familia Real. En este sentido, relativo a menores, estoy de acuerdo con la postura censora e inflexible de los Oranje.
Pero al margen de todo eso, cuando nacieron las niñas, Zarzuela debió considerar cambiar su política de comunicación y bombardear pero bien con lo más dulce y nuevo que tenían. Pero no, dejaron todo en manos de la prensa, de los consabidos posados y de la publicación de fotos sin control. Craso error porque al final, aquí los papis de las nenas, se volvieron cada vez más y más desconfiados y herméticos.
Si observáis a los Windsor (o a los Bernadotte), que sientan cátedra en todo esto, un 75% del material que nos llega de los peques Cambridge sale de palacio, incluso de la propia mano de Catherine. Apenas hay material de los niños por la calle, mucho menos de vacaciones en Balmoral, yendo a la playa, con los abuelos... Y por supuesto tan solo hay un acto oficial en el que aparecen: el Trooping The Colour. Las fotos pilladas por ahí o posados a lo reunión de medios y fotógrafos en torno a los niños son la excecpión más absoluta. No. Ellos deciden qué, cuándo y cómo los muestran. La mayoría de ocasiones en su entorno privado y cotidiano, calmando en parte el morbo del sensacionalismo o la curiosidad ajena. Ese es el éxito, y hacerlo periódicamente.
O sea, cuando nació Sofía, los Windsor estaban a meses de inaugurar su canal de Youtube y quedaban dos años para abrirse su cuenta en Twitter. ¿Para qué? Para bombardear con información, datos y fotos de propia mano y así hacerle la "competencia", a la par que "controlar" un poquito, a la prensa. No había niños entonces, pero sí una situación que debía terminarse de domeñar (era post Diana), una nueva Duquesa a la que dar lustre, un heredero que necesitaba remontar en popularidad y dos muchachos a los que posicionar en el mapa más allá de novias y fiestas varias.
Juan Palomo, yo me lo guiso y yo me lo como. Pero estoy hablando de 2007 y estamos en 2020. Llevan más retraso que los trenes de Extramadura.