Efectivamente hernangotha, se trata de Donna Olimpia Pamphili, o como la llamaban su contemporáneos romanos, la Pimpacca de Piazza Navona.
Olimpia Maldachiani, era hija de una de familia de Viterbo, si bien su madre podía contar entre sus ancestros con parte de la nobleza patricia de Roma y de Viterbo. Del caracter de Olimpia tenemos algún que otro ejemplo en su más tierna infancia, su padre, dada la escasez de su patrimonio, pretendía dejar como único heredero a su hijo varón, haciendo que sus tres hijas profesarán como monjas y para ello recibían las enseñanzas pertinentes de un monje, pero Olimpia no estaba por la labor, así que ni corta ni perezosa acusó al pobre monje de querer abusar de ella, con el consiguiente escándalo.
El pobre hombre fue sometido a tormento y suspendido a perpetuidad, además de sufrir un triste destino,mientra la joven Olimpia se las arreglaba para convencer a su padre de que la permitiera casarse, aunque entregándole una dote ínfima.Pese a ello, a los 20 años se casó con un hombre bastante mayor que ella, que tuvo la deferencia de dejarla viuda tres años después y dueña de una riqueza considerable, (los detractores de Olimpia aseguran que su marido habría sido envenenado por su propia mano).
Ya convertida en un viuda adinerada consigué entablar relaciones con la nobleza romana y se casa con Pamphilo Pamphili, miembro de una familia de bastante pedigrí aunque arruinada, pero cuyo mayor activo era el cardenal Giovanni Batista Pamphili, a quien el dinero y las intrigas de Olimpia, colocarían en el trono de Pedro. A partir de aquel momento si bien Inocencio X ocuparía nominalmente el solio pontificio, sería de facto su cuñadisima, Donna Olimpia quien ejerciera el poder, el trafico de influencias, y los favores papales se canalizaban a tráves de su persona y no solían ser baratos.
La mayoría de los historiadores coinciden en afirmar que el caracter ávido de dinero y poder que demostraba Donna Olimpia era común entre los hombre de su época, pero era desconocido entre las mujeres y mucho menos del
modo tan visible en que lo ejercía Olimpia.Algunos de sus contemporáneos la llamaban La Papisa, aludiendo al poder que ejercía en el Vaticano, eligiendo y deponiendo a su antojo cargos de la curia y demás beneficios. ( De ahí que dijera que el acceso a la santidad ( por el papa) costaba una nada módica cantidad). De hecho fue nombrada Princesa de San Martino al Cimino por el Papa.
Gracías a su mecenazgo fue en este época cuando la Roma barroca se embelleció gracias a las obras de Bernini, de hecho , los cuatro rios que podía ver desde las ventanas de su casa, eran las alegorias que del Nilo, el Danubio, el Eufrates y el Amazonas había esculpido Bernini en la Fuente de los 4 Rios que adorna la Piazza Navonna, por cierto, que para hacerse con la concesión del encargo, el pobre Bernini le tuvo que regalar el proyecto de la fuente en una escultura de plata maciza de un metro y medio.
Donna Olimpia no era querida, más bien detestada y odiada, cuando su cuñado enferma y ve que todo se acerca al final, se encerró con el en sus habitaciones de donde salío llevando varios baules repletos de oro, cuando el Papa murió, su mansión que tradicionalmente se dejaba saquear por el pueblo de Roma, como otros Papas anteriores, se encontró vacia,ni cortinas había dejado. Cuando la curia le solicitó dinero para poder enterrar y celebrar los funerales, Donna Olimpia se desentendió del asunto con la frase "¿Qué puedo hacer yo , que soy sólo una pobre viuda?"
El siguiente Papa, Alejandro III la exiliaría de Roma a sus posesiones de San Martin donde fallecería víctima de la pesta. Alejandro se había librado de los problemas que le daba Olimpia, pero tenía que hacer frente a los que la causaría otra iustre dama que llegaría a Roma: Cristina de Suecia.
Se dice que cada 7 de enero cuando las sombras ya pueblan las calles de Roma, se puede ver a Donna Olimpia en un carruaje tirado por cuatro caballos negros, cargado de baúles, que salen de la Piazza Navonna y en una carrera frenética, despidiendo fuego cruzan por el Ponte Sisto para acabar hudiéndose en el Tiber. Hay otros que afirman que el carruaje y la dama huyen despavoridos hacía la villa papal para librarse de los demonios que la persiguen para llevarsela a élla, al carruaje y todo su contenido al averno.
Me consta que hay un retrato de Olimpia Pamphili pintado por Velazquez pero no lo he localizado para poner una fotito, a cambio os dejo el retrato que del cuñado de Olimpia, Papa Inocencio X hizó el genial sevillano.
Nota: La historia de Donna Olimpia resumida es de wikipedia. Para las versiones sobre su leyenda, he recurrido al libro de Paloma Gomez Borrero "Los fantasmas de Roma". El retrato de Inocencio como podeís ver por la marca de agua, de la página de artehistoria
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Elinor.Duchesse d’Aquitaine