Doña Cristina, con los mutilados por las minas antipersonaMARTA BARROSO . Día 20/11/2013 - 12.09hABC recorre los lugares que ha visitado la Infanta en su
viaje a Camboya el pasado fin de semanaLa Infanta con Enrique Figaredo en la misión que tiene en Battambang
En Camboya, país que recuerda día a día la herencia de la guerra a causa de las minas antipersona, aún se vive con el miedo que prendió en su población al inicio de la década de los 70. Hoy en día, y aunque parezca increíble, aproximadamente 300 minas estallan al año en su territorio, mutilando sin piedad al mismo número de seres humanos. Hace unas horas, me he encontré frente a frente con un joven de 20 años llamado Chen, quien llegó en silla de ruedas; hace tan solo tres meses, cuando Chen salía de su casa para recoger bambú –su medio de vida– una mina le arrancó las piernas.
Si no fuera por la generosidad de monseñor Enrique Figaredo, prefecto apostólico de Battambang, este chico ni siquiera hubiera tenido el horizonte de futuro que ahora se le ha abierto en el Centro Arrupe. Este es uno de los proyectos de «Kike» (como le conoce todo el mundo), que la ONG SAUCE desarrolla en Camboya. Figaredo ya lleva 27 años trabajando en la zona.
Precisamente, uno de los que ha visitado la Infanta Doña Cristina en su viaje a este país con objeto de valorar la continuidad del proyecto Kum Rieng que, junto la mencionada ONG, inició hace cinco años la Obra Social «la Caixa» y que ya tuvo la oportunidad de visitar en 2009. Esta entidad impulsa otros 69 proyectos de desarrollo socioeconómico en 28 países.
Microcréditos «El propósito consiste en apoyar a una comunidad de 140 familias en las que en la mayoría de ellas hay un miembro afectado por una mina. Entre otras cosas, se les da una vivienda digna, con cuartos de baño, y un programa de microcréditos que les permite realizar la cosecha de la que viven todos los años», indica monseñor Figaredo. «Ha sido increíble ver cómo han recibido al equipo las familias beneficiadas con el proyecto y cómo se acordaban los niños de la Infanta».
Cercana, natural y muy cariñosa con todos, Doña Cristina se interesó de forma muy especial por la historia personal de cada uno de los beneficiados y por los problemas de sus familias. No dudó en trabajar como una voluntaria más en la propia misión e incluso cenó, el pasado lunes, con muchas de las personas con discapacidad.
Acompañada por parte del equipo de la Obra Social «la Caixa» y por alguno de los miembros de la ONG SAUCE, conoció parte de los programas y prometió regresar a Camboya.
Fuente:
http://www.abc.es/estilo/casas-reales/2 ... 92054.html