Ya que han puesto juegos de ajedrez, les dejo éste (En realidad, me moría por poner la diadema sármata, pero históricamente no cuadra)
Ajedrez de la isla de Lewis, que tiene una historia fascinante
Recibe su nombre por el lugar donde fue encontrado, en Lewis, Escocia. No se precisan las circunstancias en que se prodjo el hallazgo, allá por 1831.
El lugar preciso del hallazgo fue en una playa de Uig cuando se toparon con una cámara de piedra. En la nota original, en inglés, habla de una "small drystone chamber" que vendría a ser una pequeña cámara de piedra caliza, hecha sin argamasa alguna en una técnica de construcción bastante difundida en las islas británicas.
Las 93 piezas de juego que conocemos hoy en día incluyen 78 piezas de ajedrez, 14 tableros y una hebilla para asegurar una bolsa. Hoy en día, once de las piezas las podemos ver en el Museo Nacional de Escocia y las restantes, en el British Museum.
Las piezas de ajedrez están talladas en marfil de morsa y dientes de ballena, elaboradamente trabajadas dando forma a reyes sentados, reinas, obispos, caballeros en sus monturas, celadores y los peones, representados por monolitos labrados. Por el material utilizado, se estima que sea de factura escandinava, en la segunda mitad del siglo XII, es decir entre 1150 y 1200.
Como dijimos, su descubrimiento no queda muy en claro. Un buen día de 1831 - el 11 de abril, para ser precisos- Roderick Ririe se apareció por la reunión de la Sociedad de Anticuarios de Escocia con el juego de ajedrez, los tableros y la hebilla que conformaban el hallazgo.
La Sociedad de Anticuarios quedó tan fascinada, que quiso comprar el "tesoro" pero Ririe ni tiempo les dió a juntar el dinero, porque se lo vendió al relojero T. A. Forrest que se fue derechito al British y les vendió 67 piezas que le había comprado a Ririe, más los 14 tableros y la hebilla.
Las otras 10 piezas restantes, son vendidas en secreto -no me queda claro si por Ririe o por el relojero Forrest- a Charles Kirkpatrick Sharpe, quien se hizo de un alfil hallado también en la isla y no se sabe cómo. Es decir, no se sabe si organizó una excavación o si Ririe -o algún otro islero- se lo vendió. O si alguien lo talló y alegó haberlo descubierto. Podría ser una posibilidad.
La Sociedad de Anticuarios de Escocia no quedó ni feliz, ni tranquila y en 1888 logró comprarle a Forrest las 11 piezas que obraban en su poder, gracias a lo cual, se exhiben en el Museo Nacional de Escocia.
Rey de madera en Uig, lugar del descubrimiento, en homenaje a las piezas de Lewis
Hay varias versiones de cómo se encontraron las piezas y la más conocida dice que un campesino local, llamado Malcom MacLeod, las encontró enterradas, en un médano, pero se estima que esta versión surgió como "leyenda urbana". Otra, contada por el propio Sharpe (el que compró las 10 y el alfil que apareció luego) dice que fueron encontradas, como dijimos al comenzar, en una cámara de piedra. Esta cámara sería parte de un taller que estaría situado en las proximidades de un convento -hoy en ruinas- al que se lo conocía como
Taigh nan Cailleachan Dubha, o "Casa de las Mujeres Negras" por lo que se puede conjeturar que eran monjas benedictinas o al menos, es lo que yo hago.
De hecho, la existencia de este convento en Mèalasta, a unos diez kilómetros al sur de Uig Bay, está atestiguado en 1709. Sin embargo, no parecería existir ningún otro registro documental o ruina en el lugar que corroboren esta fuente. En cambio, las estructuras subterráneas que datan de la Edad del Hierro son comunes en la región; una en particular, que consistía en galerías que daban a una cámara cuya descripción se asemeja a la del relato de Sharpe, se atestigua en Mèalasta, que ha llevado a algunos estudiosos a preferir la cámara subterránea como la ubicación más probable para el descubrimiento de las piezas.
Además, los registros de asignación de la parroquia de Uig de los años 1852 a 1853 mencionaron piezas de ajedrez encontradas en las ruinas de un convento unos setenta años antes. Por lo tanto, no se debe descartar que las piezas hubieran sido encontradas a finales del siglo XVIII y permanecido en posesión de algún habitante de la isla hasta su venta posterior.
En la tradición local de las Islas Hébridas, surgen diferentes historias de cómo el juego de ajedrez llegó hasta la bahía de Uig. Una en particular cuenta la historia de un barco, de bandera desconocida, que atraca cerca de la costa de Uig ya que se desarrollaba una gran tormenta. En este barco venía como prisionero un niño, que escapa de aquel barco, llevándose consigo el juego de ajedrez, los tableros y la hebilla.
Al alcanzar la playa, el niño tuvo la desgracia de encontrarse con un tipo que lo empezó a acosar, para que le revelara qué contenía la bolsa que llevaba consigo. Como el niño no largaba prenda, el hombre comienza una pelea cuyo resultado, obviamente, es hombre: consigue la bolsa - niño: game over, ya que le da muerte.
Cuando el tipejo en cuestión abrió la bolsa, calculo que se habrá desilusionado bastante y como entendió que era altamente incriminatorio, decidió enterrar todo en un médano alejado. Se dice que el asesino -al cual señalan como pastor, calculo que de animales- fue acusado en otro pueblo, años más tarde, de violación y fue condenado a la horca. Antes de morir y seguramente lleno de remordimientos confesó aquel asesinato y también habló sobre el tesoro escondido.
Quizás nadie lo tomó muy en cuenta, porque deberían pasar 150 años para que un granjero local se topara con una situación algo insólita. El granjero, nuestro Malcom MacLeod del comienzo, iba caminando por la playa de la bahía de Uig cuando observa que su vaca tiene una figurilla colgando de uno de sus cuernos. La vaca estaba pastando cerca de un médano. El hombre fue en aquella dirección, se puso a excavar y se topa con el tesoro. Se dice que era un presbiteriano de pura cepa, por lo que al ver que las estatuillas reproducían a obispos católicos, no le causó ninguna gracia y le entregó las piezas a Ririe, para que las vendiera.
Bahía de Uig
Sobre el origen, todos están de acuerdo en que es escandinavo. El material en que está tallado -marfil de morsa y dientes de ballena- era una materia prima cara y el tallado requería manos expertas -a lo que la mano de obra tampoco era barata- se presupone que terminó allí por error, que seguramente estaba destinado a ser comercializado en Irlanda o Inglaterra.
La hipótesis más aceptada es que las piezas fueron hechas probablemente en Trondheim (llamada Nidaros en ese entonces) en Noruega, en el siglo XII. El hecho de que acabaran en la remota Lewis, en las Hébridas, se explica por la colonización nórdica de la región. Lewis formó parte del Reino de Mann y las Islas, que existió desde 1079 hasta 1266. De hecho, los reyes locales se vieron obligados a reconocer la soberanía de Noruega, y la diócesis en la región, basada en Man, pagaba diezmo al arzobispo de Nidaros.
Por otra parte, Nidaros, que era la capital del Reino de Noruega en ese momento y, por lo tanto, un centro cultural de gran influencia, comenzó a recibir tributo de Groenlandia en forma de materias primas, incluyendo grandes cantidades de marfil de morsa. De hecho, los diseños de los tronos de las piezas de ajedrez de Lewis se han comparado favorablemente con los estándares arquitectónicos de las iglesias de madera en Noruega e incluso, con tallado en la arquitectura de la Catedral de Nidaros. Sin embargo, el argumento más fuerte en favor de la ciudad como el lugar de origen de las piezas es la existencia de un dibujo de una reina de ajedrez muy similar a la de Lewis. Se encontró en una excavación en las ruinas del palacio del arzobispo de Nidaros, a finales del siglo XIX. Más allá del material con el que fue hecha y sus proporciones son consistentes con partes de Lewis, la reina de Trondheim lleva una de las manos al rostro, exactamente el rasgo más característico de las reinas de Lewis. Pero la pieza se perdió en el museo local y hoy solo queda su diseño. Además, artefactos similares y de antigüedad comparables se encontraron en Trondheim y sus alrededores.
Las piezas son de estilo románico, predominante en Europa durante los siglos XI-XII. Sin embargo, el establecimiento de la fecha probable de su producción está basado sobre todo en el diseño de las mitras de los alfiles, representados por obispos. Estas presentan un formato que entró en uso, aproximadamente, a partir de 1150. Antes de eso, la división de los sombreros de los obispos era de atrás hacia adelante, formando dos picos, izquierdo y derecho, a diferencia de la abertura lateral existente en 2015 y cuya introducción data de aquella época. Alrededor del año 1200, la mitra cambió de nuevo y fue siendo cada vez más y más alta, que difieren de los obispos, alfiles, de Lewis. Por lo tanto, se supone que las piezas habrían sido hechas durante este período que va desde 1150 hasta 1200
Las piezas del British
La historia de un "simple" juego de ajedrez es apasionante. Hay controversias, desde que en 2010, el islandés Gudmundur G. Thórarinsson publicó un artículo llamado "El enigma del ajedrez de Lewis", donde asegura que el juego es de Islandia. Thórarinsson asegura que solamente en el idioma islandés se designa con la palabra
obispo (en islandés, biskup) al alfil, el cual está representado por dicho dignatario católico y eso es porque en Islandia el poder nunca estuvo ostentado por reyes, sino por la Iglesia Católica, mientras que el noruego nunca designó así a dicha pieza.
Otro punto en que basa su teoría, es que en el juego aparecen berserker (plural de berserkr) entre las piezas. Estos eran guerreros legendarios vikingos que, figurando en varios poemas y sagas nórdicas, eran tomados por una rabia incontrolable durante las batallas, llegando a morder sus propios escudos. Según Thórinsson, los berserker aparecieron frecuentemente en escritos islandeses de la época, mientras que raramente en otros lugares de Escandinavia del siglo XII.
Para apoyar su hipótesis, Thórarinsson, entre otros argumentos, centra la atención en la presencia de un arte decorativo altamente desarrollado en Islandia en el momento en que se supone, se talló el juego; además, está documentado el intenso intercambio comercial con Groenlandia, de donde provino el marfil.
Bien, ante esta argumentación, el noruego Morten Lilleøren hizo una crítica contundente al artículo de Thórarinsson al cual tituló "Las piezas de ajedrez de Lewis nunca estuvieron ni siquiera cerca de Islandia!" y ya nos pone sobre aviso de cómo va la cosa, el cual publicó en el sitio ChessCafe.com.
Contradiciendo casi todos los argumentos de Thórarinsson, explica que la utilización de la palabra "obispo" para el alfil, se utiliza en varios otros idiomas, inclusive danés antiguo y resalta la existencia de un lenguaje común entre Noruega e Islandia hasta el siglo XIV: el nórdico antiguo.
A partir de aquí, se desata casi una batalla campal entre los que tomaron partido por Thórarinsson o Lilleøren pero en julio de 2011, el descubrimiento de una miniatura de un guerrero tallado en hueso de eglefino, análogo a los centinelas (torres) de Lewis, fue descubierta en una excavación en Siglunes en el norte de Islandia, lo cual parecería darle la razón al islandés.
Por otro lado, está la "disputa"entre el Museo Nacional de Escocia y el British, ya que el primero reclama la devolución de todas las piezas mientras el British alega que son "importante símbolo de la civilización europea", por lo que han prestado las piezas 27 veces, para exposiciones itinerantes en los últimos diez años.
Sin embargo, en 2012 el Museo Británico acordó prestar indefinidamente seis de piezas de ajedrez al Consejo de las islas occidentales. Ellas serán exhibidas en Museo del Castillo de Lewis, cuya inauguración está prevista para octubre de 2015 así que si andan por ahí, no se la pierdan.