Por primera vez en su historia, una vez entre en vigor la Ley de Transparencia, La Zarzuela rendirá cuentas de todos sus gastos ante los ciudadanos. Desde 2007, tiene un interventor interno, Óscar Moreno Gil, y desde 2011 publica un breve desglose —el último ocupa tres folios— de las partidas en que se gasta la asignación que recibe cada año del Gobierno —la última, de 7,9 millones de euros—. Pero nunca ha publicado la ejecución de ese presupuesto; es decir, en qué se había gastado cada céntimo o cuánto le había sobrado de esa asignación que recibe del Ejecutivo. Una vez entre en vigor la Ley de Transparencia, esos datos serán públicos, según ha sabido EL PAÍS de fuentes conocedoras de la negociación.
Al publicar la ejecución de su presupuesto, La Zarzuela, que pidió al
Gobierno hace más de dos meses su incorporación a la Ley de Transparencia, tendrá que detallar mucho más sus cuentas.
Así, se sabrá, por ejemplo, cuántos banquetes ha organizado la Casa del Rey —como el que presidieron el pasado lunes los Príncipes en el Palacio Real para un centenar de personalidades del mundo de las letras— y cuánto han costado. Se conocerán todos los contratos de La Zarzuela, los gastos de calefacción, jardinería y desplazamientos, y se está negociando si también la forma en que el Rey distribuye libremente la asignación que reparte entre la Reina, la princesa de Asturias y las Infantas. Hasta ahora, La Zarzuela solo hacía público el total. Por ejemplo, para este ejercicio, el Monarca dispone de un máximo de 260.000 euros a repartir entre doña Sofía, doña Letizia y doña Elena por gastos de representación —la infanta Cristina no recibe actualmente esa asignación porque no participa en actos oficiales desde la imputación de su marido, Iñaki Urdangarin.
Al hacer pública la ejecución de ese presupuesto, La Zarzuela detallará no solo en qué ha gastado esa asignación que le entrega cada año el Gobierno, sino también lo que no ha gastado. Por ejemplo, si no surgen imprevistos, y el fondo de contingencia que la Casa del Rey reserva cada año no ha tenido que utilizarse, les sobraría dinero. El de este año asciende a 96.582 euros.
La Corona se incorporará a la Ley de Transparencia en el artículo 2, junto al Congreso, el Senado, el Tribunal Constitucional o el Consejo del Poder Judicial, de forma que se controlarán las actividades reguladas por el derecho administrativo: presupuestos, contrataciones y personal.
Además de los datos que la Casa del Rey hará públicos al incorporarse a la Ley de Transparencia, la entrada en vigor de la norma también detallará gastos de la jefatura del Estado que hasta ahora no eran públicos. Es decir, tal y como avanzó este diario, se sabrá cuánto cuestan los viajes, la Guardia Real, los vehículos oficiales o el mantenimiento de palacios. Gastos que asumen, respectivamente, los ministerios de Exteriores, Defensa, Hacienda y Presidencia. Sí habrá alguna restricción al revelar gastos en seguridad de la Casa del Rey, que asume Interior.
PP y
PSOE siguen negociando actualmente los términos de la incorporación de la Corona a la Ley de Transparencia. Fue el jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, quien llamó a la vicepresidenta del Gobierno después del debate del estado de la nación para manifestarle el interés de la Casa de incorporarse a la ley. “No nos podíamos quedar fuera”, aseguran fuentes de La Zarzuela. Hasta ese momento, el Ejecutivo siempre se había opuesto a incluirla.
El Convenio del Consejo de Europa sobre Acceso a Documentos Públicos no obliga a las casas reales a someterse a la Ley de Transparencia, como se encargó de recordar la vicepresidenta cuando el Gobierno se oponía a incluir a la Corona. Sáenz de Santamaría ponía de ejemplo a la monarquía británica, que no está incluida en la Freedom of Information Act, el equivalente allí a la Ley de Transparencia. Pero eso no ha impedido a la casa real británica ser una de las más transparentes. Frente a los tres folios de las cuentas que hasta ahora presentaba la Casa del Rey, las de la casa real británica ocupan casi 150 y detallan incluso el gasto en bebidas alcohólicas: 400.000 libras en 2012.