Como ya dije antes, Emilia Pardo-Bazán venía de una acomodada y aristocrática familia gallega de tradición liberal. Su padre, José Mª Pardo-Bazán y Mosquera, recibió de Pío IX el condado pontificio de Pardo-Bazán; era hijo de Miguel Pardo-Bazán de Mendoza y Castro y de Joaquina Mosquera y Ribera, señora ésta que fue asesinada por su segundo marido con una navaja de barbero (no tiene nada que ver con el tema, pero por cotillear un poco). Este Miguel fue el primero en usar los dos apellidos de Pardo y Bazán unidos (era hijo de Juan Pardo y Luisa Bazán). La madre de nuestra escritora, que fue la que tuvo la idea de reconstruir la propiedad de Meirás, fue Amalia de la Rúa-Figueroa y Somoza. Hija única de José Mª y Amalia fue Emilia, que heredó un importante patrimonio por ambas líneas.

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Casó muy joven con José Fernando Quiroga y Pérez de Deza, tuvieron tres hijos, Jaime, Mª Nieves (conocida como Blanca) y Mª Carmen, y parece que terminaron por vivir separados, ella entre Madrid y Meirás y él en el castillo de la isla de Santa Cruz, que había comprado y reconstruido años antes.



Como reconocimiento a su trayectoria literaria y su peso en la cultura española, Dª Emilia recibió de Alfonso XIII el condado de Pardo-Bazán, si bien años después recibió autorización para cambiar la denominación por la de 'Torre de Cela'. Como título del reino que era, este segundo condado era más importante que el de su padre, pontificio y por ende extranjero, y que no obstante también heredó. Además, dicen las malas lenguas que los títulos pontificios casi siempre son comprados, razón por la cual han sido siempre poco considerados en España por la aristocracia más rancia y conservadora, pero como yo no me muevo en esos círculos no sé si será cierto...

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Lo pongo literal porque no sé quiénes son los 'vizcondes de Cela'... quizá se refiere a los condes de la Torre de Cela, o sea, Jaime Quiroga, hijo de Dª Emilia, y su mujer, Manuela Esteban-Collantes, con lo cual el niño podría ser el hijo de ambos, Jaime, único nieto de la escritora y que al haber nacido en 1917 yo creo que cuadra con el marinerito de la foto, en fin...

Pero la nueva 'Casa' fundada por Dª Emilia no estaba destinada a perpetuarse. Jaime llegó a heredar a su madre (fallecida en 1921), y fue así 2º conde de la Torre de Cela (ignoro si continuó usando el título pontificio); casó con Manuela Esteban-Collantes y tuvieron un único descendiente también llamado Jaime. Al comienzo de la guerra civil el hijo y el nieto de la Pardo-Bazán fueron asesinados con sólo unas horas de diferencia en una de las múltiples checas (cárceles ilegales) que existieron en el Madrid republicano. El título fue heredado (legalmente no existió entre 1931 y 1948) por la segunda hija, Blanca, casada con el marqués de Cavalcanti, pero de este matrimonio no hubo sucesión, y la tercera hija había fallecido soltera unos años antes, con lo que a la muerte de la 3ª condesa de la Torre de Cela en 1970 se extinguió el linaje de nuestra escritora

Sucedió en el título un primo lejano llamado Carlos Colmeiro, destacado sexólogo, que recuperó para el condado la denominación original de Pardo-Bazán, y hoy lo ostenta su hija, Carmen Colmeiro, 5ª condesa de Pardo-Bazán, radióloga y vicepresidenta de Cruz Roja Española.

Pero a estas alturas ya hace muchos años que Meirás dejó de estar vinculado a los condes de Pardo-Bazán...

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Como dije antes en el verano de 1936, recién comenzada la Guerra Civil Española, fueron asesinados en Madrid por milicianos republicanos el hijo y el nieto de Emilia Pardo-Bazón, ambos llamados Jaime Quiroga, el padre de 60 y el hijo de 19 años. Blanca Quiroga ya poseía una parte de las Torres de Meirás, la que le correspondía en calidad de hija de Emilia Pardo-Bazán, mientras que la parte correspondiente al hijo y al nieto fue heredada por Manuela Esteban-Collantes, esposa y madre de los fallecidos. Puesto que la tercera hija de Emilia, Carmen, había muerto soltera en 1935, Blanca y Manuela quedaron como únicas propietarias del pazo.

En 1937 un grupo de simpatizantes de los militares sublevados contra la República quiso regalarle un pazo al líder de su bando, el general Franco (que era galleguiño). Estuvieron viendo el Pazo de Oca , y luego las Torres de Meirás, que incomprensiblemente les gustó más que el de los Medinaceli (o igual los Medinaceli no estaban por la labor de desprenderse de su pequeño Versalles, no lo sé). Entraron en negociaciones con las dos cuñadas viudas dueñas del pazo y en 1938 se cerró el negocio, unos dicen que por 400.00 pts. otros que 750.000, por lo visto una miseria, yo de dineros no entiendo, y menos si son dineros de época ...

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Luego además se ampliaría la finca con la compra de parcelas adyacentes La compra de todo, pazo y fincas, se hizo por suscripción popular obligatoria, y como buena dictadura, no se hizo ascos a amenazas y maltratos contra los vecinos que no querían vender de buen grado (el alcalde de Sada refiere casos en que la Guardia Civil se llevaba a los propietarios al notario metralleta en mano, o de alguna parroquiana a la que raparon al cero como medida coercitiva para doblegar su voluntad). Así cualquier suscripción popular tiene éxito...

Cuenta la actual condesa de Pardo-Bazán que cuando se realizó la compra-venta Blanca Quiroga marchó a Meirás para recoger sus pertenencias, pero la Guardia Civil le impidió el paso, el pazo y todo lo que contenía ya era de los Franco. A la mujer del dictador, Carmen Polo, le faltó tiempo para visitar su nueva residencia; según testigos presenciales (lo cuenta Eva Acosta en una biografía de Dª Emilia), lo primero que hizo tras revisar cada rincón de la propiedad (recordemos que las pertenencias de la familia Pardo-Bazán habían quedado in situ) fue mandar quemar todos los papeles de la escritora que había en su estudio . Los libros de la biblioteca aún tardarían unos años en arder...

También se dice que el pazo y sus jardines se adornaron con innumerables piezas artísticas procedentes del expolio de multitud de monumentos gallegos (cruceiros, escudos, esculturas, etc.), pero esto no sé si será cierto o leyenda urbana...

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Eso era normal en Carmen collares
rayos:

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La risa es un antidepresivo sin efectos secundarios

Pongo el texto tal cual lo escribe Eva Acosta (en una reseña del diario 'La Opinión de la Coruña', link):

<<La Señora abre uno por uno los cajones: más papeles. Manuscritos, apuntes, todos atados con cinta azul. Apenas ojeados los títulos los deja otra vez en su sitio. Cartas, muchas cartas, remitidas algunas por gente que la Señora no conoce, otras por nombres como Benito Pérez Galdós, Marcelino Menéndez Pelayo, José Lázaro Galdiano, Francisco Giner de los Ríos, Vicente Blasco Ibáñez, Leopolo Alas,... Paquetes de hojas tituladas Diario, Diario de viaje... Sin alterar el rostro comienza a leer; selecciona una frase aquí, otra allá, con la misma atención calculadora que antes dirigió a los muebles. (...) De pronto restalla como un latigazo la voz seca de la Señora, que se ha levantado, un poco pálida y, poniéndose los guantes, camina ya hacia la puerta:
–“García, quema los papeles que hay en los cajones. Todos”.>>

Y continúa en estos términos la reseña del diario:

<<Eva Acosta recrea en este revelador pasaje el “auto de fe” ejecutado por la mujer de Franco con la memoria de Emilia Pardo Bazán, con el que fue destruida de paso buena parte de la intrahistoria del siglo XIX y parte del XX de nuestro país, celosamente guardada en el pazo coruñés.
La investigación de Acosta se basa fundamentalmente en una conversación desvelada en 1988 —tres años antes de su muerte— por Ricardo Gullón (gran especialista en Galdós, académico y premio Príncipe de Asturias), que habría sido informado de lo sucedido en el pazo en 1938 por el mismísimo capitán que acompañaba a Carmen Polo durante la quema de los documentos.>>

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Algunas imágenes de los tiempos de Franco... Los que no estéis familiarizados con la figura de Franco sólo os tenéis que ir en cada foto al más bajito y ése es él, menos en la última, que el más bajito es Felipe VI, pero por muy poco

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Durante toda la Dictadura la familia Franco veraneó en Meirás, a donde se trasladaba el Consejo de Ministros cuando la ocasión lo requería. Al morir el dictador su viuda recibió de manos del recién estrenado rey, Juan Carlos I, el título de 'Señora de Meirás' con Grandeza de España. Los Franco Polo sólo tuvieron una hija, Carmen Franco Polo, a la que el mismo rey hizo duquesa de Franco. Se casó con el marqués de Villaverde; de los siete hijos que tuvo la pareja la más mediática y conocida en este foro es la primogénita, Carmen Martínez-Bordíu Franco, casada con el duque de Cádiz y madre de Luis Alfonso de Borbón. El varón primogénito, por su parte, se llama Francisco Franco Martínez-Bordíu, con los apellidos invertidos para mantener el recuerdo de su abuelo (como si se nos fuera a olvidar fácilmente), y fue quien heredó el título de señor de Meirás al morir su abuela en 1988.

El día de mañana, Dior mediante, lo será el primogénito de sus hijos con María Suelves Figueroa (hija de los marqueses de Tamarit), Francisco Franco III. Por cierto que a través de este matrimonio los Franco volvieron a emparentar con los Borbones, ya que María es nieta de Blanca de Borbón, de la rama Borbón-Cádiz-Sevilla.

A mi juicio los dos títulos que concedió el anterior rey a la familia Franco fueron tan innecesarios como inmerecidos, pero eso ya es meterse en camisa de once varas, y no es el 'thema'

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Decía antes que la Señora mandó quemar los papeles de Emilia Pardo-Bazán, pero que los libros de la escritora no ardieron aún, lo harían justo 40 años después, una noche de febrero de 1978. Aún hoy sigue sin saberse muy bien qué pasó entonces. La familia no se encontraba en Meirás, pero los vecinos vieron un gran trasiego de camiones que iban y venían, alguien llegó a ver cómo cargaban cosas en ellos. Cuando todos se hubieron marchado y la finca quedó en calma se declaró un virulento incendio en la 'torre de la quimera', donde aún permanecía el estudio y la biblioteca de la Pardo-Bazán con unos 17.000 volúmenes. La propia estructura de la torre sirvió de chimenea y pronto el pazo fue pasto de las llamas en gran parte, si bien la estructura del edificio no sufrió daños considerables. Lo que se perdió aquella noche en obras de arte sólo los Franco lo sabrán a ciencia cierta. De la biblioteca de la Pardo-Bazán se calcula que ardieron unos 4.000 volúmenes, otros 8.000 quedaron deteriorados por el agua y el humo, y la Señora, en un acto de generosidad que no tuvo 40 años antes, decidió donarlos a la Real Academia Gallega; los 5.000 restantes (todas las cifras son sólo orientativas) que estaban en mejores condiciones siguen en Meirás, pues, aunque la RAG ha intentado hacerse con ellos para que lo que queda de la biblioteca permanezca junto, no me consta que haya convencido aún a la familia Franco.

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Extrañamente no he encontrado muchas imágenes del incendio y sus consecuencias, apenas esto... Franco huyendo del fuego y uno de los salones en B/N y color, que aún no he conseguido identificar con seguridad...

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