hernangotha escribió:
Una muy buena y actualizada biografía sobre María Estuardo es la de John Guy, publicada por la editorial Edhasa. María no fue ninguna santa, sino una pobre mujer presionada por los acontecimientos políticos que la desbordaron. Sin embargo los malos de esta historia son realmente su medio hermano el ambicioso y desleal lord Moray, el tortuoso Walsingham y la sumamente hipócrita reina Isabel I. En cuanto a lord Darnley fue un pobre monigote usado por todas las facciones en pugna...
¡Gran recomendación, hernan! La biografía de María que ofrece John Guy es francamente buena. Y, Ali, si prefieres una novela sobre María, hay una que está estupenda: María reina de Escocia de Margaret George.
Mi opinión sobre María es que es un ejemplo fantástico de lo que puede ocurrir cuando una reinecita de SÓLO cinco años y ocho meses de edad es enviada lejos del país que le pertenece, en busca de su propia seguridad -obviamente- y de una ventajosísima alianza dinástica. María llegó a Francia siendo muy chiquita. Y no volvió a poner los pies en suelo escocés hasta agosto de 1561, cuando contaba diecinueve años. Sacad cuentas: pasó en la corte francesa algo más de TRECE AÑOS, y trece años cruciales, por si fuera poco, para su formación, pues representaron el tránsito de la infancia a la pubertad y de la pubertad a la juventud. En resumen, María se convirtió en una francesa hasta el tuétano (al fín y al cabo, también era medio francesa, pues su madre pertenecía a la gran casa de Lorraine).
En conclusión: cuando María aparece en Escocia, no tiene una idea nítida, clara y precisa de lo que es Escocia ni de lo que son los escoceses. Se queda impresionada ante la grandiosidad de los paisajes, pero también se encuentra de bruces con un país bastante atrasado y pobre, con una corte de escaso refinamiento, con una sociedad tradicionalmente muy dividida. Los de las tierras altas no se entienden con los de las tierras bajas, cada clan busca su propio provecho y para colmo de males el conflicto religioso ha prendido mecha en los años anteriores. María era, por naturaleza, muy tolerante, pero se topó con una nación en la que la tolerancia brillaba por su ausencia. Tampoco sabía de quién podía fiarse y de quién no. Cometió muchos errores de juicio, perfectamente comprensibles dada su situación. La historia pudo haber sido muy distinta, si su medio hermano Moray hubiese sido un medio hermano cariñoso, devoto, leal y protector. Pero Moray no era el caballero de la brillante armadura que mantendría a la reina a salvo de los dragones, precisamente. Otros muchos se desencantaron con María a raíz de una concatenación de hechos. La boda con Darnley no la favoreció, pero la ruptura con Darnley la puso en situación muy comprometida porque aún quedaban en el aire los ecos del escándalo Rizzio y, sobre todo, porque ya estaba presente, muy presente, lord Bothwell.
María pagó el pato de las circunstancias -difíciles...- y de sus propias equivocaciones -quizá entendibles, pero...eso cuesta un trono e incluso la vida-. Su relación con Elizabeth fue muy peculiar. No entiendo que confiase en la reina inglesa, su prima, al punto de buscar refugio en Inglaterra cuando las cosas se le estropearon por completo en Escocia. Ahí fue una ingenua de tomo y lomo. Siendo sinceros...¿cómo íba a poder consentir Elizabeth que María se estableciese "digna y decorosamente" en Inglaterra? Era ponerse a sí misma en el brete de que surgiese una poderosa facción en torno a su prima María, la nieta de la princesa Margaret Tudor.