Esa Casa Sindical (hoy ministerio de Trabajo) siempre me ha agredido la retina cada vez que he ido a dar una vuelta por el Paseo del Prado. Lo que no sabía era la joyita historicista-amoriscada que había en su lugar.

Plañideras napolitanas, apartaos que vienen los foristas de Dinastías a expresar su pena penita pena por cómo Madrid ha perdido tanta belleza en tan poco tiempo. Pero como dice Lamballe, si esto nos sirve para convertirnos en feroces defensores de lo mucho que aún queda, el disgusto valdrá la pena.

Por una vez me gusta más lo que hay ahora que lo que había antes, este palacio me parece feísimo, y un refrito, por mucha calidad que tuviera, que no se la niego, ese es otro tema; en cambio el edificio actual, sin gustarme especialmente por lo menos no me disgusta.
Por cierto, el palacio se construyó en terrenos que habían formado parte del gran complejo palaciego de los duques de Medinaceli.

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Es" normal" que pasen estas cosas somos tan cívicos cultos y leidos...

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La risa es un antidepresivo sin efectos secundarios

Y guapos, Sambone, guapos, ¡guapísimos!

Este palacio, Vandal, tampoco es de mis preferidos en cuanto a su estética, pero los arquitectos se relamen cada vez que hablan de él y son más nostálgicos cuando hablan de su pérdida que cuando se refieren, por ejemplo, al palacio Uceda/Medinaceli. Su calidad debía ser excepcional y merecería la pena haberlo salvado. Fíjate que muchas de las casas de la nobleza del XVII no tienen ni calidad ni diseño en su fachada, si quitamos la puerta, pero yo las hubiera salvado a todas.

Bueno, todas las fuentes concuerdan en que la nobleza madrileña, salvo alguna excepción, vivía en feos y destartalados caserones sin ninguna gracia, y el palacio de Medinaceli (el viejo) es el mejor ejemplo, porque hasta la última reforma de pocos años antes de su demolición la verdad es que parecía más un cuartel que otra cosa. Pero no entiendo el motivo para esta actitud, no creo que fuera sólo cuestión de dinero...

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Bueno, yo no descartaría lo del dinero. Un noble inglés, por poner un ejemplo, tenía una o dos grandes propiedades rurales, con su correspondiente castillo o casa solariega. Añades una casa palacio en Londres y se acabó el tema.

Un noble español tiene diseminadas multitud de residencias por toda la península, castillos, uno o dos palacios en la capital, alguno más en ciudades principales como Sevilla y añade, a partir del XIX, una o dos residencias de veraneo. La mayor parte de todos esos inmuebles con personal y en disposición por si el señor apareciera de la noche a la mañana. El costo tenía que ser inmenso, por no hablar de lo que se gastaban en los alardes diarios. Tal vez sí era una cuestión meramente económica.

Creo, Lamballe, que sobreestimas el apego de nuestros aristócratas por sus posesiones... Mi pueblo, por ejemplo, fue elevado a condado en 1529, aquí tenían el castillo-palacio y una casa señorial en el casco urbano. Desde 1632 aquí no ha vuelto a poner un pie ningún conde, la casona estuvo arrendada de inmemorial, y el palacio fue abandonado a su suerte de forma oficial en 1714, aunque de hecho ya lo estaba desde hacía muchos años... Luego ya los duques de Frías lo vendieron todo en cuanto pudieron... y este panorama yo creo que fue generalizado entre la alta nobleza con multitud de títulos y mayorazgos, que sólo mantenían atendidos unas pocas viviendas principales que sí visitaban de cuando en cuando. El resto de residencias menores, en el mejor de los casos, eran habitadas por los administradores, con un mantenimiento menos escrupuloso, cuando no se arrendaban para casa de vecinos o se destinaban a graneros y almacenes; si la propiedad estaba bajo mayorazgo no podían vender, pero sí arrendar. En esas otras propiedades que nunca se visitaban, yo creo que si surgía una lo normal era avisar para que se adecentara el lugar y se realizaran las mejoras necesarias. Y los castillos, salvo contados ejemplos, fueron abandonados a lo largo de los siglos XVI y XVII, y para el XVIII la ruina era generalizada, luego poco gasto ocasionaban...
Otra cosa es ya el alarde, como dices, el vivir siempre por encima de las posibilidades, la ostentación, el exhibicionismo... eso sí tuvo que ser un agujero negro para las economías nobiliarias...

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