El Palacio del Infante don Luis
Boadilla del Monte
El 20 de febrero de 1761, el infante Don Luis compró el Señorío de Boadilla a doña Josefa Micaela de Mirabal, marquesa de Mirabal y mujer de don Tello Dávila, en 1.192.378 reales y 2 maravedís. La escritura se otorgó ante don Manuel Machuca, escribano de la Villa de Madrid.
"El Sr. Infante Don Luis ha comprado con permiso de S.M. la Villa de Boadilla del Monte y varias tierras circunvecinas pertenecientes a diferentes mayorazgos para lo que ha precedido la necesaria licencia de la Cámara y estado ya perfeccionada dicha compra, quiere S.M. que para mayor seguridad de lo hecho se expida por la Cámara en su Real Nombre la aprobación de las escrituras ..."
Desde pequeño el infante Luis Antonio recibía importantes rentas de muchísimas encomiendas militares, también desde diciembre de 1754 percibía 946.107 reales anuales del arzobispado de Toledo, del cual había sido arzobispo y cardenal. A pesar de tales rentas, el infante no poseía en 1760 ninguna propiedad que pudiera pasar a su posible descendencia, todas sus riquezas procedían de rentas que se extinguirían con su muerte. En 1760 Luis Antonio tomó la decisión de formarse su propio patrimonio, tuvo conocimiento de las dificultades económicas de los marqueses de Mirabal y se prestó a adquirir el mayorazgo que los mismos poseían en Boadilla del Monte. Villa que le convenía por hallarse próxima a la Corte y a la que conocía muy bien por ser colindante al condado de Chinchón, propiedad de su hermano Felipe, duque de Parma, y por haber pasado largo tiempo en el castillo de Villaviciosa de Odón, durante la agonía de su hermano Fernando VI.
En carta de Ricardo Wall a Manuel Ventura de Figueroa del 18 de diciembre de 1760 se lee: "Deseando el Sr. Infante Don Luis comprar varios vienes en el lugar de Boadilla pertenecientes al común de esta villa y de otras circunvecinas a la Marquesa de Mirabal y a otros diferentes particulares, de los que parte son libres y parte vinculados, ha venido el Rey en conceder el permiso necesario para efectuar dichas enajenaciones y ha habilitado a la referida Marquesa para que por sí sola pueda celebrar dicha venta ..."
Las dificultades económicas de la Marquesa de Mirabal provenían de 1729. Fecha en que su padre Félix de Mirabal, ante el mal estado del palacio de Boadilla del Monte (el de las Dos Torres, anterior al actual) y ante las dificultades para encontrar dinero líquido que le permitiera efectuar las reparaciones en el mismo (los mayorazgos eran inalienables) se vio forzado a pedir al rey autorización para constituir un censo (hipoteca) de 4.000 ducados sobre los bienes del mayorazgo. En 1760 la Marquesa de Mirabal se vio incapaz de hacer frente a la hipoteca y vendió el mayorazgo al Infante Luis Antonio
Así en 1761 Luis Antonio compró el señorío de Boadilla a la marquesa de Mirabal, por 1.200.000 reales que aumento con compras a los concejos de Boadilla y Pozuelo de Alarcón, a los premonstratenses de San Joaquín de Madrid, y a las monjas de Santa Clara de Boadilla. No bastándole el mayorazgo de Boadilla, en el mismo año de 1761 compró a su hermano Felipe (por catorce millones de maravedís) el extenso y colindante condado de Chinchón.
Descripción del palacio
En un documento del Archivo de protocolos, fechado en 1762, se lee: "... se sirvió resolver su alteza de hacerse como se ha hecho a sus expensas la reedificación del real palacio de dicha villa el que llamaban de las dos torres que perteneció al citado mayorazgo hasta su perfecta conclusión según sus reales órdenes y queriendo para la mayor comodidad y efectos de su real servicio se haga capilla, repostería, cocinas y otras obras ..."
A primeros de 1764 el infante don Luis encargó a Ventura Rodríguez la construcción del palacio de Boadilla del Monte (más bien la remodelación del Palacio de las dos Torres ya existente), estando la construcción muy avanzada en 1765, como así quedo marcado en una lápida situada en la fachada principal.