Don Carlos y su familia, se trasladan cada fin de semana y en vacaciones a la finca La Toledana, sitio al que consideran el paraiso. Alli, la infanta Alicia, se reúne con sus hijos y sus once nietos, cada fin de semana y en Navidades. La zona es propicia para la caza, donse se encuentran ciervos, gamos, jabalíes, linces, codornices y perdices. . En algunos sitios, menos salvajes, se encuentra ganado vacuno y lanar. Una pequeña parte de la finca se consagra a los cereales, trigo y cebada. La casa se encuentra rodeada de árboles. No se trata de una residencia histórica. Fué el padre de don Carlos, el infante don Alfonso, quien la adquirió. Es una construcción en ladrillos rosas y lo particular es que las puertas y ventanas, provienen de un convento del siglo XIII.
El interior de la casas es simple y cálido. Gran cantidad de trofeos de caza adornan las paredes. Tanto la princesa Alicia, considerada uno de los mejores fusiles de España, como don Carlos y Ana, practican en temporada. La casa está decorada con cerámicos antiguos, azul marino y maderas talladas, las paredes pintadas a la cal. El sitio de la casa, mas curioso es una gran chimenea, con banquetas en su interior, donde pueden ubicarse entre 6 o 8 personas. Según la voluntad expresa del príncipe, no hay teléfonos ni calefacción central en la finca. Por lo dicho el gran entretenimiento en la finca es la caza. Carlos habla con entusiasmo de profesional de la misma. Tanto el infante don Alfonso como doña Alicia, han llevado un registro de las piezas cazadas, fecha, hora y circunstancias y comentarios, don Carlos lo continúa hoy en día. A la fecha, 1970, la princesa Alicia, registra una cifra de 2700 piezas abatidas, el infante don Alfonso, llegó a 2000 piezas, y don Carlos 420, teniendo en cuenta su edad es casi un record. Su primeras piezas las abatió a los diez años, dos linces. La familia de Ana, ha venido de caza, los condes de París, los duques de Wurtemberg, la princesa Isabel: la princesa Chantal, por ahora se contenta con seguirlos. En temporada de caza, los duques de Calabria, invitan a unas 50 personas. Se juntan unos 400 perros y se cazan una 50 piezas. Una o dos veces por año, ellos son invitados del General Franco, a cazar. Para satisfacer este hobby, es necesario tener unos buenos perros. El príncipe tiene 40 perros en La Toledana. La infanta doña Alicia, tiene su propio equipo, algunos perros son de raza alemana. Finalizada la temporada, se dedican a la contemplación de las cigueñas, una especie que se dice está en vías de extinción. Por lo tanto, don Carlos, las cuida, en 1970 registro 64 ejemplares sobre la propiedad. De un vuelo alto y seguro, ellas se aproximan a la casa, sabiendo que no corren peligro. Según el príncipe, "acá se ven tantas cigueñas, como gorriones en París"
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