Muy bien, Paco!
Cuenta Madame d'Aulnoy que durante el viaje de Mariana de Austria por España para encontrarse con su futuro marido, Felipe IV, pasó por un pueblo donde se hacían calzas, medias y ese tipo de prendas, y los lugareños, por agasajar a su futura reina, le llevaron un buen número de estas prendas. Algún cortesano (no recuerdo qué cargo ostentaba) excesivamente mojigato se ofendió del regalo, por hacer referencia a las piernas de la reina, y espetó a aquellas buenas gentes que la Reina de España no tenía piernas... Mariana, que aún no entendía bien el castellano (y además debía ser un poco pánfila), se echó a llorar porque entendió que le iban a cortar las piernas, y se emperró por volverse a Viena...
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"Buscad la Belleza, es la única protesta que
merece la pena en este asqueroso mundo"
(R. Trecet)