Foro DINASTÍAS | La Realeza a Través de los Siglos.

Nuevo tema Responder al tema  [ 26 mensajes ]  Ir a página 1, 2, 3  Siguiente
Autor Mensaje
 Asunto: La Chata en Buenos Aires
NotaPublicado: 25 Oct 2010 21:02 
Desconectado
Avatar de Usuario

Registrado: 28 Feb 2008 01:19
Mensajes: 3295
Darío Silva-D'Andrea
A cien años de la visita de la infanta Isabel "La Chata" a Argentina

Monarquía Confidencial
lunes, 25 de octubre de 2010

No muchos se aperciben, en el lujoso barrio de Palermo, en la capital argentina, que existe una calle denominada “Infanta Isabel”. No pocos, realmente, saben que aquella calle debe su nombre a la popular Isabel de Borbón y Borbón, la infanta dos veces princesa de Asturias que fue hija de Isabel II, hermana de Alfonso XII y tía de Alfonso XIII. Aquellos pocos informados, sin embargo, y aún desconociendo el pulcro parentesco de “La Chata” saben que fue ella la representante del Gobierno de Alfonso XIII que viajó hasta Sudamérica, hace mucho tiempo, y dejó una huella imborrable en el imaginario colectivo argentino.

El mes de mayo de este año resultó inolvidable para los millones de argentinos que se lanzaron a las calles a celebrar el Bicentenario de la Revolución de Mayo, que en ese mismo mes, pero de 1810, consiguió el primer gobierno nacional y fue la antesala de la independencia de las Provincias Unidas del Sur. Pero también en mayo de este año se han conmemorado 100 años, precisamente, de la visita de Doña Isabel a la Argentina, que atravesó el océano Atlántico como invitada de honor del Gobierno de Irigoyen a las celebraciones del Centenario.

Por aquel entonces, Alfonso XIII había sido el invitado de honor para festejar en Buenos Aires la consolidación de Argentina como país independiente de Madrid. En España, sumida en sus propios conflictos políticos por la brusca caída del gobierno Maura, no pareció conveniente que el rey se ausentara en tan largo viaje, pero teniendo cuidado de no menospreciar la invitación, se eligió a la infanta Isabel, a pesar de su avanzada edad, como delegada y digna representante de la familia real en esta misión. El viaje de la Infanta fue un hito de las relaciones hispano-americanas y de la propia historia de la Corona española. Con una larga experiencia en funciones públicas, por la cual se había ganado el apelativo de “el sostén de las instituciones”, Doña Isabel era el personaje más carismático de la monarquía y por ello supo ganarse el afecto de los argentinos de entonces y la memoria de los de hoy.

El periplo del buque Alfonso XII, a través del Atlántico, una epopeya mundana de la época, contó, a petición de la infanta, con periódico a bordo que recogía las vicisitudes del encumbrado pasaje. En su biografía de La Chata, Francisco Azorín recuerda que, al pasar el Ecuador, su alteza dio permiso para cambiar el atuendo por pijamas de seda. En Buenos Aires, el eufórico gentío estuvo varias veces a punto de aplastarla, y el recuerdo de aquella señora imponente y simpática que supo ganarse el corazón de los argentinos, perduró en la memoria popular por muchos años y acabaron denominándola “madre del pueblo”. De esa visita ha quedado un registro completo en el valioso testimonio, titulado Viaje de S. A. Isabel de Borbón a la celebración de las fiestas de la independencia argentina, a pedido de la infanta, lo fue escribiendo el marqués de Valdeiglesias apenas dejaron Cádiz a bordo del transatlántico Alfonso XII. Son 34 cartas que incluyen, además de la crónica, ilustraciones, saludos de personalidades y poesías que le fueron dedicados a Isabel durante los festejos patrios. También consta un relato pormenorizado de su visita al pueblo de Luján, donde entregó la bandera enviada por la ciudad de Zaragoza y el discurso del embajador español en el acto durante el cual se colocó la primera piedra en el monumento ofrecido por los españoles a la República Argentina. Las crónicas fueron publicadas en el diario La Época, de Madrid, propiedad del marqués de Valdeiglesias. En la presentación que hace de este texto el Instituto Cervantes se las valora como “una ejecutoría imperecedera a los nuevos lazos de la fraternidad de América hacia la madre patria que dio a aquel mundo vida civilizada y eternas auroras de próspero y amplio porvenir”.

La infanta arribó en Buenos Aires el 18 de mayo y residió allí durante dos semanas. El ambiente de recibimiento se preveía hostil. El gobierno argentino había decretado el estado de sitio. Los anarquistas, contrarios a la presencia de un miembro de la familia real, amenazaban con la huelga general, altercados y atentados desde el momento en que la infanta pisara suelo argentino. La alta sociedad argentina formó grupos de voluntarios para proteger a Doña Isabel, pero todo marchó muy bien. Además del presidente de la Nación, Figueroa Alcorta, cientos de personas se acercaron a darle la bienvenida con banderas españolas y argentinas cuando ingresó al puerto escoltada por buques de guerra. Muchas veces durante su estancia en Argentina, Doña Isabel se desplazó en coche abierto de cuatro caballos, bajo la intensa lluvia sudamericana, mostrándose cercana a la gente y particularmente emocionada cuando se encontraba con la comunidad española que residía allí. Sus cocheros refunfuñaban porque, cada dos por tres, la ilustre dama ordenaba que parasen y abrieran la capota del coche, porque ella quería ver a los argentinos, y que ellos la vieran, aunque diluviara. La infanta soltó al fin una frase maravillosa que todos esperaban oír: “Si están aguardándome a pie firme hace rato, ¿voy a refugiarme yo de unas gotas? Abran el landó, hombres de Dios, y no se preocupen por nada, porque ustedes cumplen con su deber, como yo quiero cumplir el mío. Si se moja el pueblo, ¿por qué no he de mojarme yo?”.

La infanta cayó muy bien a los argentinos desde el principio. Las imágenes en blanco y negro muestran a la infanta con expresión vivaz y sombrero oscuro a bordo del buque, los grupos de su comitiva que la rodeaban en cubierta, la llegada a Buenos Aires, con escolta de naves de guerra, ascendiendo al coche junto al presidente Alcorta, entre otros fragmentos de escenas mudas, pero elocuentes, de la bienvenida que le brindó la ciudad en aquellos días de 1910. Al día siguiente de su arribo, un cronista escribió en La Nación: “España no nos envía un gran título solamente: nos envía también una gran mujer (…). Ganó el corazón de la gente por su inteligencia, buen humor y tacto, llamando la atención que, no obstante la agobiante actividad desarrollada en doce días, conservara la misma gracia, don de gentes y amabilidad”. En Buenos Aires, Doña Isabel presenció una revista naval y un desfile militar, colocó la piedra fundamental del Monumento a los Españoles, fue recibida en el Congreso Nacional, asistió a un festival en el Teatro Odeón en el que actuaron María Guerrero y Díaz de Mendoza, visitó el Hospital Español y asistió a una recepción en el Palacio Miró. Participó en la inauguración del Pabellón de España en la Exposición de las Naciones. Donde fuera, escuchaba multitudes entusiastas que clamaban “¡Viva la infanta de España!”, a lo que ella respondía: “No, a mí no, al rey, ¡Viva el rey!”. Pero a los argentinos el rey les importaba muy poco, y seguían con sus ovaciones. Más tarde, de regreso en Madrid, le relataría con emoción a su sobrino. “Aquello sigue siendo nuestro, Alfonso, aunque ya no lo sea. Reaccionan como nosotros. Si les hubieras oído decir ¡Viva la Chata! Con acepto argentino… Claro que han gritado mucho más ¡Viva Alfonso XIII!...”

A su vez, Isabel fue anfitriona a bordo del buque en el que había viajado y se despidió en el denominado -y desaparecido- palacio de Bari, donde se había alojado. Su simpatía y cercanía, a pesar de ese imponente aspecto regio del que ella jamás renegaba, hizo aflorar sentimientos de patrias fusionadas: españoles y argentinos en una celebración común. En uno de sus discursos, en Luján, invocó el recuerdo de su antepasada Isabel la Católica, la reina que descubrió América, y por ello la gente le gritaba por la calle: “¡Viva Isabel la Católica!” en alusión a ella misma. El Ayuntamiento de Buenos Aires decidió bautizar una calle, en el barrio de Palermo, con el nombre de la Infanta. El presidente Figueroa Alcorta la despidió oficialmente con palabras de gran calado: “De hoy en adelante, la infanta Isabel será para Argentina algo más que una princesa ilustre: será una verdadera amiga”. La infanta permaneció en Argentina hasta el 2 de junio y fue, como dijo la prensa “el número bomba de los festejos”. “Veintitantos días de jaleo”, escribía un cronista, “sin apenas descanso, no hay quien los resista. Doña Isabel los resistió como si fuera una chavala”.


Arriba
 Perfil  
 
 Asunto: Re: La Chata en Buenos Aires
NotaPublicado: 25 Oct 2010 23:03 
Desconectado
Madre Fundadora
Avatar de Usuario

Registrado: 17 Feb 2008 20:47
Mensajes: 18576
Pues tendría que chequear los libros, jajajaja, pero si no recuerdo mal (mi memoria va fallando con los años...) la pobre Isabel se pilló un berrinche cuando le informaron de que tenía que ir a Argentina (grin) ¿El motivo? Creo que prefería las torrijas a los alfajores (grin) Noooo, en serio, jajajaja: tenía ya sus años, no era ninguna mocita, ni siquiera una mujer en el apogeo de su madurez; se veía demasiado mayor, con menor resistencia; le daba miedo no aguantar el tirón de ese viaje y el apretado programa que se le ofrecía allende los mares. Ella, que era extremadamente cumplidora, una devota de la monarquía, temía no estar a la altura de las circunstancias a causa de su edad; quizá pensaba que si le fallaban las fuerzas, daría una pobre imagen de la dinastía y, con su carácter, prefería morirse antes de que tal cosa sucediese, jajajaja.

Es más tierna la Chata...A mí es que me entran ganas de espachurrarla a besines, en serio ;)


Arriba
 Perfil  
 
 Asunto: Re: La Chata en Buenos Aires
NotaPublicado: 26 Oct 2010 00:41 
Desconectado

Registrado: 10 Oct 2010 03:40
Mensajes: 113
Ubicación: Buenos Aires
En verdad, Isabel, a sus 60 años se consideraba ya demasiado vieja y cansada como para emprender un viaje en barco, a través del Atlántico, y de tantos meses de duración... hacia un lugar en el cual el clima, y el ajetreo de las actividades protocolares, banquetes, desfiles, revistas militares, inauguraciones, etc, etc, podían afectarle la salud... Por otro lado, Buenos Aires no era un París o un Londres, ya que era en cierto punto una ciudad muy pobre, con muchas enfermedades dando vueltas, y los pobres no estaban precisamente lejos. Aun así, cumplió con lo mejor de sí, dando un ejemplo. Luego que ella volvíó a su país, un grupito de argentinos quizo fundar un partido monárquico que luchara por su coronación como Reina de Argentina, una quimera.
Me gustaría leer más de sus observaciones acerca de ese artículo de Monarquía Confidencial, el cual fue escrito por mí.
Saludos!!

_________________
Darío

---> http://coronasreales.neositios.com

---> http://elcamarascopio.blogspot.com


Arriba
 Perfil  
 
 Asunto: Re: La Chata en Buenos Aires
NotaPublicado: 26 Oct 2010 13:53 
Desconectado
Avatar de Usuario

Registrado: 28 Feb 2008 01:19
Mensajes: 3295
Darío, como vez, me lo traje sin pedirte permiso, porque me parecio no solo interesante sino muy bien escrito. Mil gracias.
Como dice Minnie, Doña Isabel debe haber sentido auténtico pánico de este viaje.... lo que sería en esa época un viaje trasatlantico de tantos días, aunque claro está ya para entonces no se venía en carabelas!!!!!!!
Eso de los pijamas de seda al pasar el Ecuador, me intriga..... supongo que las señoras no se pasearían por cubierta en pijama.....
¿Hay algún dato cierto de las personas que componían la comitiva de la Infanta?..... hace unos días me enteré que un señor de Corral, nieto del Marqués de San Gregorio, (que como médico de Cámara de Doña Isabel II había atendido el parto que trajo al mundo a la Infanta, y mas tarde el de Don Alfonso XII, lo que le valió el marquesado) vino con la Infanta y se quedó en Buenos Aires, donde fundó familia.


Arriba
 Perfil  
 
 Asunto: Re: La Chata en Buenos Aires
NotaPublicado: 26 Oct 2010 17:54 
Desconectado
Madre Fundadora
Avatar de Usuario

Registrado: 17 Feb 2008 20:47
Mensajes: 18576
DaríoSD escribió:
Me gustaría leer más de sus observaciones acerca de ese artículo de Monarquía Confidencial, el cual fue escrito por mí.
Saludos!!



¡No tenía ni idea de que fueses el autor del artículo! Mis felicitaciones, Darío. A mí me ha resultado ilustrativo, ameno y, sobre todo, evocador. Me ha gustado que incorporases la anécdota acerca de cómo pedía la infanta que bajasen la capota a su coche incluso cuando llovían chuzos de punta para que la gente pudiese verla. Ella era, desde mi punto de vista, una curiosa mezcla de snobismo dinástico y de populismo, jajajaja. Ese detalle me encanta, es muy estilo La Chata.

Lo que a mí me llama la atención es la génesis de ese viaje. Creo que la pérdida de las últimas colonias ultramarinas en 1898 supuso una especie de intenso revulsivo psicológico para los españoles de entonces; se quedaron, en cierto modo, como colgados del hilo de un profundo abatimiento colectivo. Me imagino que, hacia 1910, habían decidido ver las cosas desde otra perspectiva y fomentar las relaciones con los países que habían surgido al desmembrarse paulatinamente aquel Imperio en el que nunca se había puesto el sol. Canalejas, un tipo muy perspicaz, fue quien sugirió a Alfonso XIII la conveniencia de que alguien de la CR viajase a Argentina con motivo del centenario, era una manera de demostrar que "pelillos a la mar" y "qué bonito que seguimos queriéndonos aunque sea en la distancia después de que nos echásteis con cajas destempladas", jajajaja. Lo pongo muy coloquial, lo sé, pero así pienso que debían percibirlo aquellos antepasados nuestros aún heridos anímicamente por el annus horribilis 1898. Isabel era la persona idónea, incluso a despecho de su edad y de sus temores a un viaje tan largo, con un trayecto en tren desde la madrileña estación de Atocha a Cádiz para luego embarcar en un navío que surcó el Atlántico durante 16 días.


Arriba
 Perfil  
 
 Asunto: Re: La Chata en Buenos Aires
NotaPublicado: 26 Oct 2010 19:14 
Desconectado

Registrado: 10 Oct 2010 03:40
Mensajes: 113
Ubicación: Buenos Aires
Tiene razón Minnie. El viaje de Doña Isabel a Argentina no tenía la misma intención que el que realizó Doña Eulalia, en 1898, cuando vino a Cuba. Ahora, en 1910, Argentina era "la gran potencia" americana. Nuestros campos alimentaban al mundo entero, y las naciones estaban deseosas de afianzar relaciones con mi país, porque en Europa se veían venir tiempos azarosos.

Por otra parte, la Familia Real española estaba en aprietos ultimamente. La reina viuda no quiso saber nada con salir de España. Los hijos de Alfonso XIII (Alfonso, Jaime, Beatriz y Cristina) eran demasiado pequeños. Las relaciones con Alfonso y Luis Fernando de Orleáns eran realmente pésimas. La infanta Eulalia siempre hacía temblar a la familia de Alfonso XIII, porque nunca se sabía con qué saldría. En cuanto a las hermanas del rey, una ya había pasado a mejor vida y la otra no paraba de tener hijos, por lo que lo hacía inadecuada para viajar, y aparte era realmente fea. En aquel entonces, los únicos que estaban realmente dispuestos a hacer un viaje de tal magnitud eran el infante Don Carlos, viudo de la pricnesa Mercedes, y el infante don Fernando de Baviera, esposo de la infanta María Teresa. Pero ambos eran extranjeros, y enviar a la Argentina a dos extranjeros (por más familia que fueran) no hubiera sentado bien. Fernando de Baviera, eso sí, vino muchos años más tarde, como enviado del rey, a Argentina y Chile. Por eso, la única que quedaba para realizar semejante odisea, era la Chata.

La infanta partió en el trasatlántico "Alfonso XIII" el 3 de mayo desde el puerto de Cádiz, acompañada, entre otras damas, por su inseparable amiga la marquesa de Nájera. También, enviados por el Gobierno español, vinieron con ella Juan Pérez Caballero (canciller y ex ministro), Maniano Belliure (escultor), Gonzalo Bilbao (pintor), el marqués de Valdeiglesias y Don Tortuato Luca de Tena (periodistas), y representantes de las Fuerzas Armadas: general Ferrer, general Manuel de Benitez y Parodi, capitán Antonio Tovar, Teniente Coronel Echague, Coronel Cavalcanti, entre otros. También vinieron el científico Leopoldo Torres Quevedo y Eugenio Sellés, representante de la Real Academia de la Lengua Española.
Como anécdota, les cuento que muchísimos argentinos fueron hasta el puerto para ver llegar el "Alfonso XIII" por el Río de la Plata, y la anécdota del día la dio un inocente porteño cuando vio llegar a la envejecida dama de negro, canosa y serierísima, y exclamó: "¡Pero no era una niña!", porque él, y muchos otros, imaginaban que llegaba una "infanta"... es decir, una niña.

Saludos!

_________________
Darío

---> http://coronasreales.neositios.com

---> http://elcamarascopio.blogspot.com


Arriba
 Perfil  
 
 Asunto: Re: La Chata en Buenos Aires
NotaPublicado: 26 Oct 2010 19:22 
Desconectado
Avatar de Usuario

Registrado: 28 Feb 2008 01:19
Mensajes: 3295
Cuanto se aprende.....no sabía que Benlliure había estado en la Argentina.
No quiero ni pensar si la que hubiera venido hubiera sido la Infanta Eulalia..... seguro que mas de un galán porteño habría pelado la pava......
Veo en la lista que has puesto de la comitiva que ningún de Corral estaba ahi......


Arriba
 Perfil  
 
 Asunto: Re: La Chata en Buenos Aires
NotaPublicado: 26 Oct 2010 19:28 
Desconectado
Madre Fundadora
Avatar de Usuario

Registrado: 17 Feb 2008 20:47
Mensajes: 18576
Para Lolita Balanzat, la marquesa de Nájera, también tuvo que ser un viaje extremadamente fatigoso. Supongo que lo asumió con entereza, porque a ella no la despegaban de La Chata ni con agua caliente de tanto cómo se querían las dos; pero Lolita debía estar ya un tanto achacosa. A su vuelta a España, enseguida contrajo una enfermedad -ni me preguntéis cuál, no me acuerdo- que la dejó debilitadísima. Sólo mediante una poderosa fuerza de voluntad acudió al bautizo de la infantita María Cristina. Luego, Lolita se murió pronto, creo que coincidiendo con los festejos de despedida del año 1911, cuando la gente se preparaba a recibir 1912...


Arriba
 Perfil  
 
 Asunto: Re: La Chata en Buenos Aires
NotaPublicado: 26 Oct 2010 19:45 
Desconectado

Registrado: 10 Oct 2010 03:40
Mensajes: 113
Ubicación: Buenos Aires
Muchas gracias por sus opiniones. Me gusta mucho cuando se habla de las visitas de la realeza en mi país, que son pocas o pasan muy desapercibidas. De España han estado los Reyes, el príncipe muchas veces, la infanta Elena (el mes pasado), y en otros tiempos el infante Fernando de Baviera y, por supuesto, doña Isabel. También han estado aquí los emperadores de Irán, Akihito y Michiko de Japón, Naruhito, los príncipes Akishino de Japón, Bertil de Suecia (el rey de Suecia suele venir a cazar), Beatriz de Holanda junto a los príncipes (que me saludaron), el príncipe de Gales, la princesa Diana, la princesa Michael de Kent, la princesa Alexandra de Kent... Su padre, el Duque de Kent, estuvo en 1931 con el futuro Eduardo VIII, que ya había estado aquí en 1925, el mismo año en que llegó a Bs. As. Humberto de Saboya, en cuyo honor hay una calle y una recien estrenada estación de subterráneos. Su mujer, María José, vendría reiteradas veces, muchas en visita privada, y guardó buenos recuerdos de Argentina. Recordemos que uno de sus yernos, Luis Reyna, era de aquí, de la provincia de Córdoba.

Y seguramente algunos más que no recuerdo...

_________________
Darío

---> http://coronasreales.neositios.com

---> http://elcamarascopio.blogspot.com


Arriba
 Perfil  
 
 Asunto: Re: La Chata en Buenos Aires
NotaPublicado: 26 Oct 2010 21:36 
Desconectado

Registrado: 10 Oct 2010 03:40
Mensajes: 113
Ubicación: Buenos Aires
Imagen
Aquí una foto de la infanta, con su dama, Lolita, y unas "aristócratas" argentinas. ¿Alguien podría decirme cuál es la marquesa?

_________________
Darío

---> http://coronasreales.neositios.com

---> http://elcamarascopio.blogspot.com


Arriba
 Perfil  
 
 Asunto: Re: La Chata en Buenos Aires
NotaPublicado: 26 Oct 2010 21:53 
Desconectado
Avatar de Usuario

Registrado: 05 Oct 2009 04:01
Mensajes: 11771
Darío, creo que es la que está de pie a la derecha, justo encima de las palabras "damas argentinas"

_________________

"Buscad la Belleza, es la única protesta que
merece la pena en este asqueroso mundo"
(R. Trecet)


Arriba
 Perfil  
 
 Asunto: Re: La Chata en Buenos Aires
NotaPublicado: 28 Oct 2010 19:40 
Desconectado
Avatar de Usuario

Registrado: 28 Feb 2008 01:19
Mensajes: 3295
DaríoSD escribió:
Imagen
Aquí una foto de la infanta, con su dama, Lolita, y unas "aristócratas" argentinas. ¿Alguien podría decirme cuál es la marquesa?



La que está sentada delante de la Marquesa, a la izquierda de la Infanta es doña Tomasa Elisa Uriburu de Castells, de las Damas Nobles de María Luisa y Dama de Honor de la Reina María Cristina (residió siempre en la Argentina, así que no cumplía su "semana")


Arriba
 Perfil  
 
Mostrar mensajes previos:  Ordenar por  
Nuevo tema Responder al tema  [ 26 mensajes ]  Ir a página 1, 2, 3  Siguiente


¿Quién está conectado?

Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 4 invitados


No puede abrir nuevos temas en este Foro
No puede responder a temas en este Foro
No puede editar sus mensajes en este Foro
No puede borrar sus mensajes en este Foro
No puede enviar adjuntos en este Foro

Buscar:
Saltar a:  



Style by phpBB3 styles, zdrowie zdrowie alveo
Powered by phpBB © 2000, 2002, 2005, 2007 phpBB Group
Base de datos de MODs
Traducción al español por Huan Manwë para phpbb-es.com


Condiciones de Uso | Política de privacidad