Necrológica de Don Fernando aparecida en el periodista digital
Fernando de Borbón y Dos Sicilias falleció el pasado viernes a los 41 años, víctima de un accidente de moto. Su cuerpo al día siguiente fue llevado hasta el tanatorio de la La Paz, en Tres Cantos. Hasta ese lugar se acercaron familiares y amigos, quienes quisieron darle su último adiós.
Nacido el 8 de julio de 1969, estaba soltero y era el quinto de los siete hijos del matrimonio formado por don Iñigo Moreno de Arteaga, Marqués de Laserna, y doña Teresa de Borbón, princesa de Borbón dos Sicilias, Duquesa de Salerno. Era un gran amante de la caza y fundó Venatoria, una de las ferias europeas con mayor prestigio, además se dedicaba profesionalmente al hierro "Flor de Lis", el negocio familiar de la cría de caballos árabes.
Aquí les reproducimos su necrológica:
Te fuiste inesperadamente, mientras los demás dormíamos. Tu madre comenzó el día rezando y asistió a la santa misa. Al salir vio que no estaba tu moto, pero como tienes tantos amigos y a veces te quedabas con ellos, no le extrañó.
Al día siguiente, en el más excelso acto de despedida, la rememoración del Sacrificio de la Cruz, pudimos oír atentamente de labios de tu buen amigo y sacerdote, don José Luis Sánchez, los rasgos de bondad que conformaban tu buen hacer, siempre pendiente de los demás con alegría. La lección que nos diste: que es inteligente optar por hacer el bien.
Naciste en una familia cristiana, de tu madre: S A R la princesa Doña Teresa de Borbón Dos Sicilias y de tu padre: Dr. Iñigo Moreno de Arteaga, Marqués de Laserna. Te enseñaron desde niño lo que se debe hacer, aprendiste los valores en casa de tus abuelos. Por eso ahora, me uno a ti con el convencimiento de que ante tu encuentro con Dios, le habrás agradecido el haberte dado esa familia, formada por tu queridísima abuela: S A R la Infanta Doña Alicia; por tu abuelo Paco, Conde de los Andes, por Iñigo tu padre; por Teresa, tu madre; por cada uno de tus hermanos: Rodrigo, Alicia, Alfonso, Beatriz, Clara y Delia; por tus tíos y tus primos.
Pido para cada uno de ellos, que al notar tu ausencia física, también sepan agradecer a Dios, el tiempo que estuviste con ellos en este caminar terreno que ya has coronado, para seguir en la vida eterna a la que algún día todos iremos llegando.
Tu partida ha sido muy dolorosa para cuantos te queremos, pero nos dejas la paz, y, con ella el consuelo que da poder reconocer una vida entregada a hacer el bien a todos. Parece una caricia divina, además para ti, acabar de vivir los acontecimientos familiares más recientes, en los que tan activamente participaste.
El sábado 16 de abril, este año, celebrasteis todos unidos, las Bodas de Oro de tus padres. Casualmente supe que uno de los regalos colectivos que les hicieron, fue un copón y un cáliz, elegidos por tu tía Ymelda, para la Iglesia de Colmenar Viejo. Los hijos, y tú como principal promotor, le regalasteis, no un viaje de placer para disfrutar al sol en una lejana playa, sino un viaje de verdadero gozo y de alegría: ir todos a Roma para ver al Santo Padre, el Vicario de Cristo en la tierra, y tener una audiencia con S. S. Benedicto XVI. De regalo al Papa, tu padre le entregó un libro de poesías de la Rvda. Madre Cristina de Arteaga, Jerónima en vías de beatificación, tía vuestra por tu abuela Infantado, el libro estaba cuidadosamente encuadernado por tu hermana Beatriz.
Me vienen a la mente, tantos y tantos recuerdos de tu familia, por los que sin duda damos gracias a Dios, y tú quizá más intensamente, al ser parte interesada y conocerlos más de cerca.
Ahora, que tantos nos quieren meter lo zafio y la carencia de valores, tú eres protagonista de ese caminar terreno que ya acabaste, por todo lo contrario: por una vida limpia, llena de cariño, de bien y repleta de valores, de los que afloraba tu contagiosa alegría de profundas raíces y no pasajera.
Recuerdo aquél día de intensa lluvia ya lejano, durante la I Asamblea de Amigos de la Universidad de Navarra, en Pamplona, en el que tu madre, tu tía Ymelda, Marti Linares y Carmen Ruidoms, se presentaron a hacerme una visita. Esos días tenía un trabajo en el Colegio Mayor donde se hospedaba el Gran Canciller, enseguida se enteró de que habían estado allí, y quiso recibirlas. Don Florencio Sánchez Bella y Pili Useros me preguntaron que si sabía donde estaban, y me dijeron que las buscara por donde fuera. Aquella misma tarde las recibiría San Josemaría. No había móviles y recorrí calles y campus hasta encontrarlas. Recordarás, Teresa, aquella entrañable tertulia para vosotras cuatro, empapadas por la lluvia, con San Josemaría.
Cuántas veces el Miércoles de Ceniza, la habrás recibido con la frase: "Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás". Queridísimo Fernando, ahora que tu cuerpo es polvo, nos queda el recuerdo de tu bondad extrema, de esa alegría que has sabido dar y de la que ahora más intensamente gozarás con Dios en el cielo. Pienso en cada persona de tu familia y pido para cada una de ellas que no miren tu cuarto ya vacío, la silla del comedor donde solías sentarte, el sitio donde dejabas tu moto .....; que sepan mirar y ponderar los vivos recuerdos que cada cual tiene de ti, lo mucho que supiste llenar sus vidas.
¡Que desde el cielo, tu alma limpia, vele por cada uno de nosotros en el caminar terreno y que nunca perdamos de vista lo que realmente Vale la Pena!
|