Van incompatibles entre ambos.
El, demasiado formal, con brillos de cocktail en plena mañana y con un traje oscuro que no es que no sólo no debes de ponerte a esas horas, sino que además es el traje ideal para imponer respeto a contrincantes en una sala de juntas, no para inaugurar un curso escolar. El va sobreactuado y todavía más acentuado por la excesiva llaneza de ella. No puedes ir en manoletinas si acompañas a un príncipe en raya diplomática azul marino cocktail. Van como si no estuviera previsto en la agenda,como si el hubiera dejado otro evento y ella hubiera sido avisada de improviso rescantando esa americana de los años´80 con hombreras demodé. Muy poca profesionalidad, como de polígono en ciudad de provincias y en país en vías de desarrollo. Una incoherencia.

O el si quita ese traje o ella se quita esas manoletinas, pero jamás todo junto.

No entiendo cómo es que el Príncipe necesita vestirse como alguien que tendría 30 años más que él. Esos trajes a esas horas no los usan ni los patriarcas gitanos para arreglar cuentas. Comparen con el resto de príncipes en actos de igual significación y verán de qué hablo. Está todo fuera de lugar: la regla de oro para un atentado contra la elegancia.

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Hace mucho tiempo que venimos diciéndolo en este foro, no se corresponden la seriedad de él, generalmente no lleva esos brillos y va impecable, y el trapillo de ella. Lo que no entiendo es ese pelo overdone de ella para luego ponerse una ropa tan informal y casi siempre de pantalones que ni pegan, ni le sientan bien.

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Ir de trapillo tiene un pase siempre y cuando tengas una clase innata tipo Nati Abascal, que se puede permitir unos pantalones de Zara con unos zapatos de M. Blanik y quedarse tan contenta de lo bien que le puede quedar. Pero otras, pues no.

El modelito con el que tuvo a bien presentarse a un acto oficial en un palacio de Isabel II, La Magdalena (Santander) no tiene razón de ser. Y yo, que soy de Santander y conozco el paño, te puedo asegurar que a estas horas está siendo hipercriticada por todo el Sardinero y por vestirse como habría que ir vestida a devolver unos libros a la biblioteca pública de Ribadesella (en caso de que estuviera muy claro que no iba a llover)

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La Magdalena no es un palacio de Isabel II sino de su nieto Alfonso XIII.

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Si es que ya no sé si estoy en Santander o en San Sebastián, del shock de esas manoletinas.

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Tampoco Miramar perteneció a Isabel II, lo mandó construir María Cristina de Habsburgo

Quien me mandaráa mí tener un sentido del humor tan enrevesé.(Es que ya voy por Hendaya)

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Pero quizá se refiera al Palacio de Ayete, en San Sebastián, donde si residió Isabel II en sus veraneos en San Sebastián. Desde él partió al exilio el 30 de septiembre de 1868.

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Ya luego lo he pensado que Isabel II pasaba allí algunas temporadas, y no tenía que referirse a Miramar, en fin el dato de Miramar ya queda ahí.

Nada , nada, me voy al exilio, y estoy ya por Rochefort Sur Mer. Cuando llegue os mando postal.

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Te has pasado directamente al palacio de Abbadia

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Estoy en La Rochelle comentando unas cosas con los Tres Mosqueteros.

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