Me ha sorprendido no ver ningún tema con este título en el foro si bien es cierto que joyas y reales españolas de la época medieval hay más bien pocas y las que hay son muy desconocidas, generalmente porque se guardan en las sacristías de iglesias o monasterios y se exhiben en muy contadas oportunidades. Una de esas oportunidades fue la exposición Maravillas de la España Medieval que tuvo lugar en León en 2001, si no fuera por el catálogo sería imposible encontrar imágenes de muchas de las piezas que os voy a mostrar. He incluido algunas armas porque me encantan y porque en muchos casos también son piezas de joyería para lucir más que armas relaes de combate (que también hay alguna
)
He hecho una selección de las piezas más importantes y de las que estamos razonablemente seguros que pertenecieron a la realeza y fueron usadas por ellos, salvo algún caso excepcional que resulte interesante por su historia. Me explico, hay muchas arquetas de marfil y metales preciosos donadas por los reyes a las iglesias, sólo he elegido aquellas que fueron regaladas por los monarcas porque se encontraban entre sus pertenencias o eran botín de guerra conquistado por ellos, o sea que no fueron realizadas ex profeso para regalar y los reyes se limitaron a pagar la cuenta del platero.
Casi todas las joyas pertenecen a los reyes cristianos excepto alguna de las arquetas árabes conseguidas en los botines de guerra. Desgraciadamente conservamos pocos ejemplos de armas o joyas de producción anadalusí.
Esta es la daga de Boabdil que se supone hacía juego con una jineta (tipo de espada de producción genuínamente nazarí). Pertenece a un tipo conocido como daga de orejas por la forma peculiar de su pomo. La empuñadura está compuesta por piezas de marfil simétricamente talladas, cuyo perfil da lugar a un pomo bipartito cónico en cada una de sus caras, a un puño ensanchado en el centro y a una guarda bicóncava.
Bueno, para aclarar, partes de una espada o daga. Empuñadura, con un pomo que es el tope trasero, el puño que es donde agarras con la mano y la guarda que es el tope delantero que impiede que el arma se te escape y además impide que la sangre chorree hacia la mano y se te resbale el arma; y después la hoja o estoque, dependiendo de la época. A veces la guarda va adornada con arriaces, una especie de volutas a cada lado de la hoja, o con gavilanes con una guarda de cazoleta, lo que viene siendo la espada de un mosquetero que todos tenéis en mente. La cazoleta protege los dedos y los gavilanes ayudan a enredar el estoque del contrario.
La decoración de esta daga está basada en la bicromía del marfil tallado sobre fondo negro dibujando flores, piñas, plamentas, nudos, veneras y cordones. La hoja está parcialmente dorada, grabada al aguafuerte y a punzón albergando flores de loto, palmetas e inscripciones alusivas a la divinidad. La vaina está guarnecida con brocal (lo que rodea la boca) y contera (la punta) de plata trabajadas en filigrana. En el brocal muestra el escudo nazarí esmaltado lo que es una referencia clara de su origen real. La vaina es de cuero grabado y originalmente dorado, albergando medallones. Se supone obra de un taller granadino aunque por su extremada riqueza yo me inclino por un origen oriental de tipo sirio.
Y ahora, ya que empezamos con una pieza única, vamos a seguir con otra pieza excepcional, mi favorita.
La Corona del Rey Sancho IV de Castilla. Ficha técnica: fechas aproximadas 1284-1295. De plata dorada, zafiros y camafeos de ónice. Procede de la tumba del rey y se guarda en el Cabildo de la Catedral Primada de Toledo.
El aro está compuesto por 8 placas rectangulares de contorno fileteado, rematadas por castillos de 3 torres labrados sólo por el anverso, unidas mediante bisagras cuyo perno no está trabado en el extremo, lo que permite abrir la corona por cualquier punto. En el centro de las placas se sitúa un engaste, alternando cuatro zafiros y cuatro camafeos, fijados mediante espigas remachadas por el reverso. El
modelo de placas articuladas es bizantino.
Bien, es seguro que perteneció a Sancho pero ¿es la corona de su padre Alfonso X? ¿o la heredada de su abuelo Fernando III? Rotundamente no, primero porque el tipo de castillo de tres torres usado en esta corona se ve sólo a partir de Sancho y hasta Pedro I, es de tipo gótico y además forman un todo con la corona, no fueron añadidos después; y segundo porque en la Edad Media no existe el concepto de "joyas de la corona" o "joyas de pasar" o como queráis llamarlo. Las joyas, y la corona entre ellas, son propiedad real y cada rey hacía con ellas su voluntad, desde donarlas a una iglesia, dejarlas en herencia a quien le diese la real gana o incluso usarlas de garantía en préstamos de banqueros genoveses. Generalmente cada rey se hacía su corona, su cetro y demás regalía para su coronación y además, Alfonso y Sancho se llevaban como el perro y el gato, no creo que reaprovechase la corona paterna. ¿Es posible que se de un caso de corona heredada? pues sí claro, es posible que Alfonso X usase la de su padre al que tenía profunda admiración, pero no es lo usual.
El zafiro es una de las piedras preciosas más valoradas en la Edad Media, los de esta pieza, por tamaño y color son excepcionales. Uno se encuentra en bruto pero los demás han sido tallados de forma geométrica: cuadrado, rectangular y octogonal. La aparición de camafeos no es extraña, los reyes españoles desde la época asturiana son muy aficionados a coleccionar piezas antiguas, camafeos y piedras de época romana o visigoda, y veréis cómo aparecen en muchas joyas de las que vamos a hablar. En general, cuando el rey reunía un número de piedras que formaban una colección más o menos unitaria a sus ojos encargaba su engaste en alguna pieza para su uso personal o para donar a la iglesia. Alfonso X fue uno de los más grandes coleccionistas de camafeos así que podemos suponer que su hijo le birló estos para hacerse la corona.
En este caso son de los siglo I y II. Hay dos perfiles masculinos que sin duda se identifican con el Emperador Augusto, otro parece representar a un joven de pelo largo que se ha identificado por su peinado y vestimenta con el Antinoo de Adriano. Los otros dos son femeninos y representan a Onfale cubierta con la piel de león y otro a una patricia romana de la época de Livia y Octavia, la esposa y hermana de Augusto.
Es obra de un taller local, Juan Yáñez y Bartolomé Rinalt, son los plateros del rey en estos años. No hay unanimidad pero generalmente se acepta que esta corona es la real, no una ceremonial realizada para el enterramiento. Se supone que María de Molina la ocultó de esta manera para evitar que alguien ajeno a su pequeño hijo, considerado bastardo por no haber sido reconocido el matrimonio de sus padres, pudiera apropiarse de ella reclamando su derecho al trono.