Pedro Riera afirmó que Alejandro Mora había matado al verdadero Alejandro antes de que éste llegara a París al encuentro de su tío, el anterior marqués, de forma que como el viejo no conocía en persona a su sobrino y además era ciego no pudo darse cuenta del cambio. Ahora bien, Alejandro tenía dos hermanos, uno mayor y otro menor que él. Para que la historia de Pedro Riera fuera cierta y él tuviese más derecho a la herencia era necesario que los tres hermanos Mora Riera estuviesen muertos y que los tres que se presentaron en París al encuentro de su tío fuesen unos impostores
. Al principio la cosa no marchó bien para Alejandro, causando especial sensación los testimonios de algunas personas que lo habían conocido siendo más joven y negaban que fuese la misma persona, como por ejemplo una tal princesa de Fauborg, que luego se retractaría. También llamó la atención que siendo un anciano de más de ochenta años aparentaba no más de 60, que era la edad que Pedro Riera achacaba al usurpador. Pero lo más desconcertante es que el propio Alejandro reconoció a la prensa que Pedro guardaba con el difunto marqués un parentesco más cercano que él mismo (y él era sobrino carnal!!!), y curiosamente por ninguna parte aparece cuál era ese parentesco de Pedro Riera con el marqués que le daba derecho a la herencia, un lío todo
Al final el tribunal lo declaró inocente, y Pedro Riera y sus compinches acabaron por ser ellos juzgados en España por su falsa acusación. Alejandro fue sucedido en el título por su sobrino carnal, al que sucedió su hermano, que era el padre de Fabiola...
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"Buscad la Belleza, es la única protesta que
merece la pena en este asqueroso mundo"
(R. Trecet)