Y seguimos con el recorrido, disculpándome por la mala calidad de las fotos.
El despacho de la reina
Este no sé si se conserva o no, pero el del Rey sí. Además, hasta no hace mucho si ponías cara de poker y le echabas un par podías ir tranquilamente hasta la misma vitrina con objetos personales del Rey, delante de su mesa. Recuerdo que había una foto enmarcada de Alfonso XIII con otros monarcas de su época, zar incluido.
Sala de juegos para los infantes y dormitorio de invitados
La vida en La Magdalena no tenía nada que ver con la de las otras residencias, con razón las infantas decían que allí eran casi unos particulares. Sólo los más íntimos eran admitidos, el protocolo se relajaba extremadamente y los políticos llegaban con cuentagotas. Además la corte se dividía, pues Crista rara vez se quedaba un par de días y prefería Miramar, donde era seguida por sus fieles. Don Carlos y doña Luisa tenían su propia residencia en Santander (demolida, total...) y la infanta Isabel prefería La Granja. Los Alba, Lécera, Santoña, San Carlos y poco más eran los que frecuentaban Santander.