HAITI, TIERRA DE IMPERIOS Y REINOS
El almirante Cristóbal Colón desde su nave capitana, otea el horizonte con su catalejo, luego de que el vigía desde el palo Mayor diera su grito de Tierra, y pone rumbo hacia donde le indica. Desembarca en las chalupas alcanzando la playa de esa tierra, donde en Nombre de Sus Majestades, Los Reyes de España, toma posesión de la misma dándole el nombre de La Hispaniola.
Esto que sucedía un 7 de diciembre de 1492, sería el comienzo de una larga historia de relaciones e intrigas coloniales.
España coloniza estas tierras, donde es fundada en 1496 por Bartolome Colón la ciudad de Santo Domingo, nombre por el cual se conocería la isla en el período colonial, además de ser la sede del primer gobierno colonial en tierra americana. La vida y los negocios con la metrópolis toman un curso ascendente y de prosperidad, pero ya en el siglo XVII, las zonas septentrional y occidental de la isla, comienzan a tener su propia ruta de comercio, además de verse asiduamente asediada por los corsarios y bucaneros que tenían a la contigua Isla de Tortuga, como base de operaciones. El gobernador español se desliga de estos problemas y las zonas en conflicto son gradualmente despobladas. Con el tiempo, los bucaneros y filibusteros de la isla de Tortuga, casi todos de origen francés, se van asentando y poblando esta zona, por lo cual Francia reclama oficialmente la parte occidental de la isla, hecho que fue refrendado por España en el Tratado de Ryswick de 1697, por el cual cede esta parte de la isla a Francia.
A mediados del siglo XVIII, ya estamos inmersos en el Haití colonial, ocupado por Francia bajo un férreo y cruel sistema esclavista, que contaba con una población de 300.000 esclavos y apenas 12.000 personas libres, blancos y mulatos principalmente.
Y aquí comienza, en éste periodo que marca su etapa por la lucha por la emancipación de la metrópolis, nuestra historia de dos Imperios y dos Reinos en Haiti..
PRIMER IMPERIO
Jean-Jacques Dessalines fue el artífice de la independencia de Haití y su primer gobernante.
Nació en Guinea, Africa, aproximadamente por 1758, y llegó a las tierras de Haiti en calidad de esclavo, sirviendo en la hacienda y plantaciones de un terrateniente blanco de apellido Dessalines, nombre que Jean Jacques toma para sí mas adelante. En Santo Domingo, combatió junto a Toussaint Louverture, del que fue su lugarteniente, en la guerra hispano-francesa ocurrida en la isla entre 1793 y 1795, pasándose con él al bando republicano en mayo de 1794. Ayudó a expulsar a los ingleses de la colonia francesa y, cuando Toussaint fue deportado a Francia, se puso al frente de las tropas que lucharon contra el ejército del general Leclerc, enviado por su cuñado Napoleón Bonaparte para recuperar Santo Domingo.
Derrotadas las fuerzas napoleónicas, Dessalines citó a todos los oficiales en Gonaives el 31 de diciembre de 1803 para leerles el texto de la Declaración de Independencia de la República de Haití. Redactado por Charéson, el más antiguo de los secretarios de Dessalines, éste se había inspirado en la Declaración de Independencia de Estados Unidos, pero el documento, de carácter abstracto y meramente jurídico, no satisfizo a los presentes y uno de ellos, Boisrond-Tennerre, intervino diciendo: “Necesitamos la piel de un blanco como pergamino, su cráneo como escritorio, su sangre como tinta y su bayoneta como pluma”.
Proclamada la independencia el 1 de enero de 1804, Dessalines fue elegido general en jefe y gobernador de la flamante República. En un principio, temeroso de una nueva invasión francesa, se ocupó de fortificar las ciudades costeras.
El 8 de agosto de 1804 llegó a Haití la noticia del coronamiento de Napoleón Bonaparte como emperador en Francia, y los secretarios de Dessalines le hicieron ver que el cargo de general en jefe y gobernador no le convenía como cabeza de una nación independiente y redactaron una solicitud para que también en Haití fuese establecido un imperio. Dicha solicitud circulaba entre los generales y altos oficiales para que la firmasen cuando Dessalines, adelantándose a los acontecimientos, se autoproclamó emperador con el título de
Jacques I.
Entre las medidas tomadas por Dessalines figuraron la confiscación de todas las propiedades que en 1802 habían sido vendidas a distintas personas, procediendo a arrendarlas por subasta, y la creación de un impuesto territorial a los cultivos, poniendo a trabajar en ellos forzosamente a todos los haitianos que no tuvieran un oficio mecánico. Estas medidas provocaron un descontento general que originó una conspiración de sus lugartenientes con fines de derrocarlo, la cual prosperó rápidamente por todas partes hasta que el 17 de octubre de 1806 una descarga de fusilería acabó con su vida.
Jacques I cambia oficialmente el nombre de Santo Domingo a la parte occidental de la isla bajo su poder por el de Haiti. El Himno nacional de Haití, La Dessalinienne, se denomina así en su honor.
Imagenes de Jacobo I Dessalines
PRIMER REINO
Henry Christophe, rey de Haití. Nació en 1767 en una pequeña isla caribeña. Hijo de esclavos negros , él mismo también lo fue hasta su adolescencia, momento en que consigue huir y establecerse en la isla de Santo Domingo, por entonces con administración francesa. Allí ejerció de camarero y cualquier oficio que el permitiera subsistir.
Christophe destacó en la rebelión de 1791, ascendiendo al rango de general en 1802. En 1806, participó en el golpe de estado contra Jacobo I y tomó el control del norte del país. Su principal enemigo fue su cómplice en la conspiración, Alexandre Pétion, quien erigió a la región meridional en república separada, bajo su presidencia.
Henry Cristophe, fue elegido presidente en 1808. Su objetivo inicial , visto lo que había pasado con su predecesor, fue mantenerse férreamente en el poder, por lo que no dudó en emplear mano dura y en rodearse de una enorme guardia personal. Pasados unos meses, se nombró rey y celebró una suntuosísima coronación, recreando a la corte francesa de Napoleón. Creó nuevas instituciones tales como condados y marquesados, a los que puso el nombre de las plantas que se cultivaban allí: el condado de la banana, el marquesado del coco, etc...
El aspecto más positivo de su delirante gobierno fue su empeño personal en dignificar a sus hermanos de raza negra. Se sentía terriblemente orgulloso de estar al frente de un estado gobernado por gente de color ( el primero del continente americano), algo normal si tenemos en cuenta el cruel balance de siglos de esclavitud y maltratos por parte de las potencias coloniales.
Una de sus excentricidades fue embarcarse en la construcción del palacio-fortaleza más suntuoso de América, donde podría protegerse con sus leales en caso de amenaza. El resultado fue el conjunto palaciego de La Ferrière , hoy arruinado por un terremoto, pero cuyas ruinas han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por su trascendencia histórica.
El final de Henry Cristophe fue dramático. Enfermo y achacoso, su política de mano dura dio paso a la represión y el miedo. En 1820, el pueblo se levantó contra su antiguo héroe. Viendo todo perdido, Henry se disparó una bala de oro en su fortaleza, terminando así con su vida.
Henri I
Ciudadela La Ferriere erigida por Henri I
SEGUNDO IMPERIO
Faustino Soulouque, nació en Petit Goave, en la península del sur de Haití alrededor del año 1785 como esclavo, pero quedó libre por decreto de 1790. Participó en la insurrección de negros contra los franceses en 1803, sirvió como capitán durante la presidencia de Boyer en 1820, como coronel en la presidencia de Herard en 1844, como general de brigada con Guerrier en 1845 , y era comandante de una división a la muerte del Presidente Riche en febrero de 1847. Mientras que los generales Souffran y Paul se disputaban la sucesión al poder, el Senado inesperadamente eligió a Soulouque a la presidencia, el 1 de marzo de 1847. Soulouque pertenecía al partido de los mulatos, pero, celoso de su poder, comenzó a conectarse por su interés con la mayoría negra, llevando a cabo un sistema de terror hacia los ciudadanos, a los que diezmó en 1848 a través de confiscaciones, proscripciones y ejecuciones. Al igual que sus predecesores en vano trató de someter a la República Dominicana. En 1849 restauró la monarquía, aparentemente, por voluntad del pueblo y las cámaras, fue casi unánimemente elegido
Emperador el 26 de agosto de ese año, asumiendo con el título de
Faustino I.
Se rodeó de una corte numerosa, fundó una orden militar y civil, y una orden de nobleza, emitió una Constitución, reservándose el derecho de gobernar a su antojo en cualquier momento.
Fue coronado en 1850, y una segunda vez, con mayor pompa, el 18 de abril de 1852. En 1855 continuó con su intento de conquistar la vecina república, y salió al campo con un ejército considerable, pero fué derrotado por unos pocos cientos de dominicanos con el General Santana a su mando, que apenas escapó de ser capturado por el enemigo. Una nueva campaña al año siguiente también terminó en derrota.
La crisis económica se adueñó del país y hubo varias insurrecciones, que fueron duramente reprimidas. En diciembre de 1858 estalló una nueva revuelta, encabezada por el General Fabre Geffrard, Duque de Tabara, que tras varios choques con las fuerzas imperiales entró en al capital el 15 de enero de 1859. Los soldados de Faustino I se negaron a combatir y el monarca se refugió en el consulado francés. Poco después se le permitió abandonar el país con rumbo a Jamaica, a bordo del buque británico Melbourne, llevando consigo a su familia y copiosas riquezas en dinero y piedras preciosas. Sus bienes en Haití fueron confiscados por las nuevas autoridades.
En marzo de 1867 se permitió su retorno al país. Murió en Petit Goave el 3 de agosto de 1873, a los noventa años de edad. Su hija, la Princesa Imperial Oliva, casó con Amitié Lubin; su hermano el Príncipe Alejandro Juan José Soulouque dejó un hijo, el Príncipe Manville Joseph (fallecido en 1875).
El nombre de
Faustino I hizo que muchos años después de su muerte, en 1920, el soldado americano
Faustin Wirkus fuese proclamado rey de la isla haitiana de La Gonave con el nombre de
Faustino II.
Imagenes del Emperador Faustino I
Medalla de Faustino I
SEGUNDO REINO
No hay duda de que a veces la verdad supera la ficción. Esta es la historia de un marine norteamericano que fue Rey en la isla de La Gonave, Haiti.
Según su biografía oficial,
Faustin Wirkus nació el 16 de noviembre de 1896 en la pequeña ciudad de Rypin, en Polonia. Llegó a los Estados Unidos siendo un niño pequeño, junto a sus padres que se asentaron en el pueblo minero de Dupont, Pennsylvania
A la edad de doce años conoció a un infante de marina que acababa de regresar de Nicaragua, y se decidió a seguir sus pasos. cuando Wirkus creció, se trasladó a trabajar en las minas, una existencia sombría para un joven que quería aventura. Finalmente, en 1915, dejó su hogar y el 23 de febrero, cumplió su sueño cuando viajó a Wilkes-Barre y se alistó en el United States Marine Corps. En agosto, realizó su primer viaje a la nación misteriosa con problemas de Haití.
Wirkus llegó a la nación caribeña a bordo del USS Tennessee. Cuando el barco arribó al puerto de Port-au-Prince, el joven marino quedo hipnotizado con su primera visión de Haití y la isla de La Gonave. Durante su primer año en Haití, Wirkus sirvió en los alrededores de la ciudad de Port-au-Prince, a menudo patrullando su costa. Su tiempo en Haití, sin embargo, llegó a su fin cuando se cayó de un camión y se rompió el brazo. Regresó a los Estados Unidos en noviembre de 1916 para un tratamiento. Después de su recuperación, estuvo destinado en Cuba, pero se rompió el brazo por segunda vez y una vez más, regresó a los EE.UU. Finalmente, pudo regresar a Haití en abril de 1919. Ahora, ascendido a sargento, Wirkus fue comisionado a un teniente en The Garde de Haití.
Asignado a la estación de montaña de Perodin, Wirkus mandó una unidad de Guardia contra los rebeldes. Allí se ganó reputación como líder fuerte y excelente tirador. De enero a junio de 1920, sirvió como comandante del sub-distrito de Gardedetachment en Arcahaie, que incluía el control nominal de la isla de La Gonave. Desde su primera visión de la isla, cinco años antes, Wirkus estaba fascinado por su reputación oscura y misteriosa. En marzo de 1920, logró finalmente hacer una visita nocturna a La Gonave. A su regreso a Arcahaie, presentó una solicitud para realizar servicio en la isla.
Poco después, un grupo de presos de La Gonave fue llevado ante él. Ellos estaban acusados de delitos contra la República de Haití, los cuales se describen más adelante como "delitos triviales de vudú". Entre los delincuentes se encontraba una mujer alta y voluptuosa llamada
Ti Memenne, que parecía ser una mujer de cierta importancia. Después de hablar con Wirkus, ella le dijo: "Nos reuniremos de nuevo". La mujer fue trasladada a Port-au-Prince para el juicio, con una recomendación de clemencia del sargento de Marina.
Dos meses más tarde, volvió a visitar La Gonave, y se convirtió en el primer hombre blanco que visitó el interior de la isla en varios siglos. Una vez allí, se enteró de que el sistema matriarcal que había sido traído por los primeros esclavos procedentes de África se mantuvo intacto. De hecho, Wirkus fue recibido por la reina de La Gonave, que no era otra que Ti Memenne. Antes de que el Marine saliera de la isla, Ti Memenne lo llevó aparte y le dijo "Pronto vas a volver para quedarte con nosotros, Faustino".
Su oportunidad de regresar a la isla llegó en abril de 1925, cuando fue nombrado comandante residente de La Gonave.
En los primeros meses de su residencia, Wirkus exploró los senderos de la selva, solo y desarmado. Una señal de tambores anunciaba su llegada a los pueblos, y asi llegó a conocer a la gente de La Gonave. Llevó a cabo un programa de reforma gradual, tratando de chocar lo menos posible con las costumbres nativas y sus supersticiones.
Durante su gestión supervisó la construcción del primer campo de vuelo y dirigió el primer censo (una tarea difícil debido a la creencia local de que sólo el diablo llevaba la cuenta de sus hijos). Además, enseñó a los agricultores nativos plantar en filas, ayudó a reparar o
modernizar sus equipos, y tomó especial interés en el cuidado de sus hijos.
Estas reformas prácticas de Wirkus, hizo que los nativos de La Gonave, le hicieran miembro de Las Doce Sociedades del Congo, una organización de vudú sobre la cual Ti Memenne gobernaba como reina. Alrededor de un año y medio después de su llegada a La Gonave, fue convocado a la casa de la reina y ésta le dijo que los nativos lo había nombrado rey de las doce sociedades en una ceremonia secreta. Además de su amor y respeto por el joven marino, su decisión se basó en parte en una superstición de la isla. Según la leyenda local, un gobernante anterior de la isla, Faustino I, había desaparecido con la promesa de que un descendiente del mismo nombre, lo haría volver a tomar el trono. Los nativos de La Gonave desde hacia tiempo se referiían a Wirkus como "Li te pe vini", o "Aquel que ha de venir".
En la tarde del 18 de julio de 1926, el sargento mayor Faustin Wirkus fue coronado rey de La Gonave, en una ceremonia vudú.
Como Faustin II, Wirkus continuó trabajando con los nativos de La Gonave. En 1928, sin embargo, el Presidente de Haití, visitó la isla por primera vez. Quedó impresionado con el progreso que los isleños habían hecho bajo la dirección de la Marina. Lo que no le impresionó, fue que los nativos de La Gonave consideraban a Wirkus como rey. Él no podía tolerar un rey en su república y el reino de Faustin II terminó en 1929 cuando fue trasladado a la parte continental.
El joven marine que había trabajado en las minas de carbón de Pennsylvania volvió a los Estados Unidos en febrero de 1931. Su alistamiento expiró y Wirkus dejó la Infantería de Marina para escribir y dar conferencias sobre sus experiencias en Haití. Durante ese tiempo escribió "El Rey Blanco de La Gonave", publicado en 1931 por Doubleday, Doran y compañía.
En 1939, cuando las nubes de la guerra se cernían, el Sargento Mayor de Artillería Faustin Wirkus, ahora de la Reserva Marina, fue devuelto al servicio activo, para hacerse cargo de la oficina de reclutamiento en Newark, Nueva Jersey. En febrero de 1942, recibió la orden de servicio activo prolongado. Fue nombrado suboficial poco después, y Wirkus sirvió en la sede de la Marina, en Washington DC, y en la Base Naval de la Escuela de Vuelo en Chapel Hill, Carolina del Norte.
Cayó enfermo en enero de 1945 y después de una larga enfermedad, falleció el 8 de octubre. El infante de marina que había sido rey fue enterrado en el Cementerio Nacional de Arlington.
Faustin Wirkus
Faustino II junto a la Reina vudu Ti Memenne en La Gonave
Portada del libro escrito por Wirkus