No he visto la exposición, pero estuve en el monasterio hace algo más de un año. Es un sitio para no perderse.
Imaginaos, en medio de colinas y bosques, un pequeño pueblo de no más de quinientos o seiscientos habitantes, una aldea. Y sobre ella, enoooooooorme, un monstruoso monasterio (por grande) que parece dominarlo todo, casi más grande que todo el pueblo junto. De película.
Entras por una puerta mudéjar, del XIII, que ya te deja sin aliento, y lo que viene después no te lo devuelve. La parte visitable está en perfecto estado de revista, sus altares barrocos y renacentistas brillan por todos los lados, la piedra perfectamente limpia. Pinturas medievales, capiteles románicos, telas, joyas, muebles, relicarios... Si tengo que poner una pega, y gorda, es el gran pecado de cortar el antiguo altar mayor, flamenco, para poderlo reutilizar en una capilla lateral: se tiró por la tangente y se dio serrucho a las cresterías para cuadrarlas debajo de un arco ¡sig!
Aquí la puerta principal y un señor que pasaba por allí.
El claustro gótico, aún en restauración.
Esta foto se llama "Mavillas con paisana"
Las tumbas reales, maravilla en madera, incluyen los sepulcros de Sancho El Fuerte (el amigo del Cid) y de Sancho El Mayor de Navarra.
Pues eso, que hay que ir.
Un poco más allá está en venta la casa de Vandal. Si reunimos unas perrillas se la compramos.