Entrevista a Guillermo de Luxemburgo y Stéphanie de Lannoy con motivo de su boda
A pocos días de que se celebre su boda, los novios de Luxemburgo se sinceran y conceden una entrevista a los medios de comunicación más importantes de Luxemburgo, que hoy ocupa las portadas de los periódicos y las cabeceras de los telediarios del pequeño estado europeo. ¿Cuándo, dónde y cómo se conocieron? ¿Qué han preparado para su enlace? ¿Cuál será su papel una vez se hayan casado? ¿Cuántos hijos desean tener? La pareja responde.
-Señora condesa, ¿cree usted en los príncipes azules? Stéphanie: No sólo creo sino que además lo he encontrado. Pero no me refiero al hecho de que Guillermo sea príncipe. Recuerdo que el día que lo conocí le dije a una amiga, que por cierto va a ser dama de honor en nuestra boda, que había encontrado a un hombre excepcional con el que compartía muchísimas cosas en común. Realmente no creía que un hombre así pudiera existir. Así que desde luego que creo en el príncipe azul.
-¿Nos pueden describir cómo fue su primer encuentro? Stéphanie: Nos conocimos hace casi ocho años por medio de amigos comunes en Alemania. Coincidimos durante unas vacaciones. Después perdimos el contacto por varios años aunque yo seguí teniendo relación con varios primos de
Guillermo. Hace tres años, y por casualidad, de nuevo en Alemania, nos volvimos a encontrar y ese fue el momento en el que realmente comenzó nuestra historia de amor.
-¿Va a haber fiesta de despedida de solteros? Guillermo: Hay una sorpresa preparada para mí, pero no conozco los detalles.
Stéphanie: Yo sí los sé, pero no puedo decir nada.
-¿Van ustedes a realizar viaje de novios? Stéphanie: Sí, pero al contrario que su anterior pregunta, en este caso es Guillermo el que lo sabe. Para mí será una sorpresa. Estoy muy emocionada por saber dónde vamos a ir.
Guillermo: (Entre risas) Lo único que puedo decir es que será después de la boda.
-Estos días se habla mucho sobre el coste de su boda, ¿es algo que le preocupe? Guillermo: Comprendo que este tema suscite cierto debate. Pero no debemos de olvidar de que se trata de un enlace de carácter institucional que va a convocar a un gran número de personalidades internacionales, algo que es importante para la imagen del país. Todo esto tiene, inevitablemente, un coste.
-El hecho de que se le haya concedido la nacionalidad luxemburguesa a su futura esposa en un breve espacio de tiempo ha suscitado opiniones encontradas, ¿las comprende? Guillermo: Sin duda. Muchos extranjeros tienen que esperar mucho tiempo hasta que obtienen la nacionalidad. Es un proceso complicado pero también lo está siendo para Stéphanie. En los últimos meses mi prometida ha tenido que seguir varios cursos intensivos de lengua y cultura luxemburguesas. Stéphanie entiende ya perfectamente el idioma luxemburgués y comienza a hablarlo con cierta soltura. Creo, además, que no debemos olvidar que desde el día del matrimonio, Stéphanie llevará el título de Gran Duquesa Heredera de Luxemburgo por lo que se me antoja muy relevante que Stéphanie posea la nacionalidad luxemburguesa desde el primer momento.
Stéphanie: Entiendo que exista debate sobre este particular. Sin embargo, me entristece que haya personas que consideren que he recibido un tratamiento privilegiado. Creo que mi caso es especial y, como tal, requería de medidas extraordinarias. Para mí la nacionalidad luxemburguesa ha sido como un regalo, si bien está relacionado con la función que voy a desempeñar desde el momento de mi matrimonio.
-¿Va usted a mantener la doble nacionalidad? Stéphanie: No. En primer lugar me gustaría subrayar que estoy emocionada y profundamente honrada de haber obtenido la nacionalidad luxemburguesa. Es un regalo de Luxemburgo que acepto humildemente. En tanto como Gran Duquesa Heredera para mí es un orgullo tener la nacionalidad de mi esposo. Bélgica siempre será el país de mi infancia, donde se encuentran mis raíces, pero no creo que sea compatible mantener la ciudadanía belga con la misión que me espera a partir de ahora.
-¿Cómo ven su papel de esposos una vez casados? Stéphanie: Tengo la intención de llevar una vida familiar normal. Quiero hacer la compra yo misma, cocinar, etc. En cuanto al trabajo, me concentraré cien por cien en mis labores de representación del estado luxemburgués.
Guillermo: En estos momentos estoy inmerso en mi trabajo con las misiones económicas en el extranjero, un trabajo que adoro. Stéphanie me acompañará a partir de ahora en estos viajes. El primero está previsto que sea a finales de noviembre a China. Stéphanie quiere dedicar tiempo igualmente a temas sociales.
-¿Qué temas sociales le preocupan? Stéphanie: Algo de lo que me gustaría ocuparme es el tema de la soledad. Muchas personas, no sólo ancianas, la sufren.
-¿Tienen previsto formar una familia en un futuro próximo? Stéphanie: Buena pregunta. Depende de lo que usted considere como proximidad. Dentro de dos o tres años, sí. Por el momento, sin embargo, no es una prioridad, aunque tampoco lo descartamos. Yo provengo de una familia numerosa. Si cuatro o cinco hijos ya es mucho, imagínese ocho. Fue una elección de mis padres y siendo la hija más joven, no puedo estar más que contenta con su decisión. Ocho hijos son quizás demasiados pero de alguna forma me gustaría seguir con esta tradición, ese espíritu de familia numerosa del que vengo.
Guillermo: Sin duda es una riqueza enorme tener tantos hermanos. Aún no tenemos una idea exacta del número de hijos que queremos tener. Sólo el futuro lo dirá.
-Nos llama la atención que lleve usted dos anillos... Stéphanie: Llevo el anillo de mi compromiso con Guillermo y el anillo de esponsales de mi madre, que también llevaré el día de mi boda. Va a haber varios gestos de recuerdo a mi madre durante las celebraciones. La imagen de Nuestra Señora de Luxemburgo estará decorada con un velo y la ceremonia comenzará con un minuto de silencio.
-¿Por que han elegido el 20 de octubre como fecha para la boda? Guillermo: El 20 de octubre no es una fecha especial. Queríamos, eso sí, que la boda se celebrara en otoño. Una boda en esta estación puede ser algo muy especial.
Stéphanie: Es una época del año que me encanta. En otoño siempre estoy de buen humor.
Guillermo: Y nuestro aniversario es en otoño también.
-¿Han decidido dónde van a vivir después de la boda? Guillermo: Queremos mantener nuestra independencia, aquí en Luxemburgo. Pero por el momento no quisiera revelar demasiado sobre este tema.
-¿Cómo definiría su relación con la Gran Duquesa? Stéphanie: Muy buena. Me considero muy afortunada. Después del fallecimiento de mi madre, la Gran Duquesa ha estado muy presente en mi vida, me ha ayudado mucho tener una especie de segunda madre aquí en Luxemburgo.
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