Concepción y Enrique fueron padres de al menos dos hijos: Mª Luisa casó con el duque de Valencia (sobrino nieto del "Espadón de Loja"), e Ildefonso (1862-1936), heredó los títulos familiares, siendo agraciado con la Grandeza de España en 1910. Casó con Dolores Salabert y Arteaga, marquesa de la Torre de Esteban Hambrán, Dama de la Reina, y muy bien conectada familiarmente, con los Medinaceli y los Infantado.
Al parecer fue Ildefonso quien heredó la finca de Canillejas. El origen se remonta no obstante al siglo XVI, a los condes de Villamor, pasó por otras familias nobles hasta acabar en el siglo XIX en manos de los marqueses de Bedmar, y luego fue comprada por los Salabert y heredada por los Torre Arias. Como nunca se ha permitido el acceso a la quinta se conoce muy poco desde dentro. El aspecto general de todo el conjunto parece pertenecer al siglos XIX, especialmente la arboleda y los jardines, y aunque también el palacio, la estructura de éste podría ser muy anterior y haber sido remodeladas sólo las fachadas...
He encontrado un reportaje de principios de siglo sobre la finca, y luego pondré más cosas...
Palacio de la Quinta de Torre Arias. el gran patio trasero es la antigua zona de servicio. Foto: Bing Maps
La cercana Quinta de los Molinos también perteneció al 6º conde, pero en los años 20 se la regaló al arquitecto César Cort, y sus herederos cedieron 3/4 al Ayuntamiento a cambio de poder edificar en el 1/4 restante.
Del matrimonio de Ildefonso y Dolores nacieron al menos tres hijos, Alfonso, Narciso y Concepción. El segundo murió con 29 años en la Guerra de África, y la hija rehabilitó el condado de Quintanilla y casó con Luis de Figueroa, conde de Romanones, hijo del famoso ministro de Alfonso XIII; murió en un accidente de coche y Luis casó luego con Blanca de Borbón.
Ildefonso murió en julio de 1936. Cuenta un diplomático chileno que el conde fue denunciado por el chófer de la familia, y al poco asesinado por los milicianos.
Editado 18/12/12
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"Buscad la Belleza, es la única protesta que
merece la pena en este asqueroso mundo"
(R. Trecet)