Bien pues, pese a la tregua firmada por Alfonso VIII y Abu Yakub el año antes, tropas musulmanas con base en esta ciudad habían saqueado algunas poblaciones crisitianas. Eso es lo que obliga al monarca a poner sitio a la ciudad, dice la leyenda que el 6 de enero (el domingo se cumplen 836 años, ahí queda eso
), es decir, que la ruptura del pacto es de ellos, no de Alfonso.
El rey llama al fonsado y acuden las tropas... y qué cantidad de tropas
: las milicias de Almoguera, Ávila, Atienza, Segovia, Molina, Zamora y La Transierra. Junto a ellas, Pedro Ruiz de Azagra, señor de Albarracín, título concedido por el rey Lobo en pago por sus servicios como mercenario.
Por cierto que este hombre repobló su señorío con gentes venidas de Navarra, sus compatriotas. Pedro formó parte de la escolta que recogió a la prometida del rey, Leonor en Burdeos, y es mencionado por Bertran de Born en una de sus composiciones de 1184 llamada
Quan vei pels vergiers despleiar. Esta composición es un canto un tanto... crítico, por no decir insultante
a Bertran le caía rematadamente mal el rey de Aragón. Aunque mi occitano deja mucho que desear
lo que saco en claro del canto, estrofa por estrofa, es lo siguiente: el canto está dedicado al rey Ricardo; el rey de Aragón fue muy grosero y Bertran pretende darle una clase de educación; parece ser que su mala reputación es famosa en España; el rey Enrique le prestó dinero para liberar unos prisioneros y Alfonso prefirió quedárselo y no ocuparse de esos hombres; a los juglares no les paga ni les ofrece vestidos;
Pedro Roís, al punto que lo vio rey, joven aún, supo adivinar que no sería listo ni temible, y lo conoció en el bostezar: rey que bosteza y se estira cuando oye hablar de batalla, parece que lo haga por debilidad o porque no entienda en armas; todo lo que hace en la guerra, es siempre en busca de ganancia; termina esperando que su canto se difunda por Navarra y Castilla para que todos conozcan la catadura de este monarca
malo malísmo Bertran ¿no?
En fin, en las mesnadas que acuden a Cuenca también está la flor y nata castellana: el conde Nuño Pérez de Lara, Pedro Gutiérrez, los descencientes de Álvar Fáñez (una interesante familia que siempre está implicada en los hechos claves de la historia de España), Tello Pérez y Nuño Sánchez. El propio Alfonso II el Casto de Aragón, que no debía ser tan vago para la guerra como dice Bertran, y tropas de Fernando II de León. Además de las órdenes militares de Santiago, Calatrava y Montegaudio.
En total, lo que viene siendo un ejército impresionante...
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La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.