Seis dilemas para elegir al nuevo Papa 22 de febrero de 2013 - Ceferino Reato El próximo Papa será elegido por 117 cardenales que, según lo poco que se sabe sobre los cónclaves, primero llegarán a un cierto consenso sobre el perfil del pontífice que la Iglesia Católica necesita en este tiempo (lo cual guarda obvia relación con el rol que esa institución debe cumplir ahora) y luego propondrán los nombres que mejor se ajustan a ese
modelo. Será elegido, al menos en las primeras votaciones, aquél que logre el respaldo de al menos los dos tercios de “los príncipes” de la Iglesia.
El rol del nuevo Papa parece claro en términos generales según lo ya expresado por Benedicto XVI al hacer pública su decisión de renunciar y en los días siguientes: cambiar la Iglesia, adaptarla a los nuevos tiempos, tanto hacia adentro como hacia fuera. Por un lado, continuar con su cruzada contra sacerdotes y obispos enviciados en el abuso de niños o en el ocultamiento de esos hechos aberrantes, y en otra tarea no tan conocida pero no por eso menos relevante para el pontífice alemán: terminar con los casos de homosexualidad explícita en El Vaticano. Otro asunto importante en ese plano es el celibato sacerdotal.
Hacia fuera, la Iglesia tiene varios problemas, tanto con relación a sus fieles como con relación a los no creyentes. En su rebaño sobresale el problema de los católicos separados y vueltos a casar, que no pueden recibir los sacramentos de la confesión y la comunión, ni ellos ni sus nuevas parejas. En la práctica, la mayoría de los sacerdotes, al menos en la Argentina, hace la vista gorda sobre esta prohibición porque incluso a ellos les parece impropia, pero es una situación irregular.
Parece una misión difícil de cumplir en soledad, sin convocar a una instancia multitudinaria. Una vez establecida la misión, los cardenales elegirán al mejor entre ellos.
Uno de los dilemas es si debe ser un pastor o no, es decir si debe tener o no experiencia al frente de una diócesis importante. Ratzinger había sido el guardián de la fe durante el largo pontificado de un pastor de excelencia, Juan Pablo II, y su misión fue corregir algunos problemas de los años finales de la gestión del Papa polaco. Parece que ahora se volverá a un Papa pastor.
Otro dilema es si será italiano o no: algunos sostienen que a los italianos les gustan demasiado las internas, pero otros piensan que sólo un italiano le dará una visión global a la Iglesia. Los italianos son 26 de 117 cardenales –son, largamente, la primera minoría— pero no podido coronar a los últimos dos papas por sus divisiones internas.
Tercer dilema: ¿será estadounidense? En las últimas décadas hubo una especie de veto implícito, pero en los últimos días se hablaba de esta posibilidad dado el fuerte crecimiento del catolicismo en ese país, aunque el candidato número 1, el arzobispo de Nueva York, enfrenta problemas graves por el presunto encubrimiento de curas pedófilos.
Cuarto dilema: la edad: debería tener la fortaleza suficiente como para encarar una misión desgastante, pero no tan pocos años como para que su papado sea tan largo como el de Juan Pablo II ya que es difícil mantener la iniciativa durante tanto tiempo (el pontificado del Papa polaco culminó con la caída del Muro de Berlín).
Quinto dilema: ¿personalidad fuerte o conciliadora? La misión que le espera no es para débiles pero tiene que lograr un consenso de al menos los dos tercios de los votantes.
Sexto dilema: el rol de Ratzinger, ¿será un gran elector o se retirará en puntas de pie? Él nombró a más de la mitad de los cardenales y tiene ideas fuertes sobre el papel que le espera a su sucesor; es difícil creer que no hará fuerza para impulsar a quien le parece el mejor nombre. Si esto es así, el nuevo Papa será elegido mucho más rápido de lo que se imagina.
http://blogs.perfil.com/ceferino/2013/0 ... uevo-papa/