Sin embargo, ese dato histórico erróneo se fundamente sobre otro dato erróneo.
Vamos a ver, si el griego Filípides, un corredor entrenado, recorrió en el 490 a. C. la distancia de unos 40 kilómetros que separaba Maratón de Atenas y se murió del esfuerzo ¿cómo es que los corredores actuales, también entrenados, no estiran la pata? Porque vale, cansados llegan, pero muertos no.
Porque Filípides no recorrió 40 km, antes de la batalla recorrió la distancia entre Maratón y Esparta, unos 120 kilómetros, para solicitar la ayuda de los espartanos en la lucha contra el rey persa Darío I y, además, regresó con la respuesta negativa. En total, 240 kilómetros. Más los 40 de Maratón a Atenas.
Por eso la palmó el pobre hombre
Y por eso, los 40km (que después se convirtieron en 42 con 195 metros) y que se instauraron en la primera olimpiada de la Era Moderna en Atenas 1896, ya eran un error.
La gesta de Filípides es muuucho mayor.
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La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.