Una vez solucionado el tema de su acceso al trono, se impone una ceremonia de investidura, que es la que concede al monarca la plenitud de sus derechos. A pesar de los problemas económicos del reino, Alfonso IX de León tiró el palacio por la ventana geminada e invitó a todo el mundo a la fiesta. Seguimos en el año 1188 y el evento tiene lugar en Carrión de los Condes. El invitado principal será Alfonso VIII, a quien el monarca leonés fue a buscar a Plasencia, ciudad que acababa de fundar para fortalecer la línea del Tajo.
La iglesia de Santiago de Carrión es una de las más bellas iglesias románicas españolas, construida a mediados delsiglo XII, por el maestro Frunchel.
El friso resume la revelación apocalíptica de Juan Evangelista en Patmos.
Las dovelas de iconografía radial de la puerta muestran una interesante colección de oficios de la época: músicos, plañideras, zapateros, etc.
Aunque la investidura se celebró en San Zoilo, de la que conservamos restos románicos que ya os he puesto antes en otras fotos.
En la ceremonia de investidura de caballero de Alfonso el de León, éste besó la mano de Alfonso el de Castilla (homenaje de manos se llama eso) y de él recibió la espada y el cinturón correspondiente. En la misma ceremonia fue investido caballero Conrado II de Suabia, quinto hijo de Federico I Barbarroja y de Beatriz de Borgoña, tras haberse acordado su matrimonio con Berenguela, presunta heredera del trono de Castilla. Afortunadamente murió antes de que pudiera realizarse el matrimonio, y digo afortunadamente porque Conrado no era ninguna joya. Un cronista lo describió como "
un hombre enormemente dado al adulterio, la fornicación, la violación y otras maldades; sin embargo, era enérgico y valiente en la batalla y generoso con sus amigos"
Conrado fue asesinado en Durlach en 1196, presuntamente por el marido de una mujer a la que había violado. Otra historia dice que Conrado fue mordido en el ojo por una virgen a la que estaba tratando de violar, muriendo como consecuencia de la infección
Ambos recibieron el "espaldarazo" del rey castellano (a estas alturas de la historia nos referimos a un ligero toque con la parte plana de la espada en el cuello, más tarde se dará en ambos hombros y antes... lo que se daba era un puñetazo directamente en la oreja, el último golpe que recibe un caballero sin devolverlo
) A Conrado supongo que le daba igual quién lo armase caballero pero a Alfonso IX no le sentó bien que el castellano le plantase la mano delante de los morros para que se la besase. A lo largo de su vida tuvo muchos encuentros y desencuentros con el de Castilla, y en uno de ellos, tras 10 años de reinado en el año 1197, decidió hacer una segunda investidura en Santiago de Compostela porque consideraba ésta que estamos contando "
injusta y humillante" Y es que, aprovechando que el río Pisuerga pasa por Valladolid y el río Caudal por Mieres, Afonso VIII digamos... ¿forzó? ¿obligó? al de León a rendirle vasallaje. No es exactamente que le pusiera una daga al cuello para que recitase el pleito homenaje, pero digamos que Alfonso de León se encontró en medio de la ceremonia ante un hecho consumado y en ese momento no podía echarse atrás sin provocar un "incidente diplomático" de gravísimas consecuencias con Castilla.
El caso es que el trato recibido disgustó al monarca leonés (y el compromiso del de Suabia con Berenguela más aún, porque le impedía a él mismo casarse con la muchacha y ser el heredero castellano) y de aquellos malos
modos derivó mucha disputa entre ambos reinos que luego veremos. Hay que darse cuenta de que al besar la mano de su primo, Alfonso IX estaba reconociendo la supremacía de Castilla, cosa que fue pregonada en cientos de documentos enviados a todo el reino. Es decir, encima de forzado, que se entere todo el mundo. Así que se decidió por una nueva ceremonia, donde quedaba claro que él no estaba sujeto a nungún otro poder terrenal y que su primo castellano era su igual y no su superior, y para ello lo mejor es que te arme caballero el mismo santo, recogiendo la espada de su altar mismo y recuperando así la dignidad del solio de sus ancestros (que son los mismos que los de su rival, ya que estamos
)
_________________
La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.