Yaḥyà ibn al-Ḥakam al-Bakrī, llamado por su belleza al-Ġazāl ('la gacela'), fue un poeta andalusí conocido por su capacidad para la sátira.
En el año 844, gobernando al-Andalus el emir Abd al-Rahman II, los vikingos remontaban el Guadalquivir y saqueaban Sevilla. Tras reunir un poderoso ejército andalusí, el emir logró derrotarlos en la batalla de Tablada. Para aclarar términos y firmar una paz duradera, el emir envió una embajada a la corte vikinga. A la cabeza de dicha embajada se encontraba el poeta de la corte Al-Gazal, famoso por el hábil manejo de la ironía y por su belleza
En una isla que por las descripciones parece Groenlandia, el rey vikingo los agasajó con muchos regalos y les brindó un recibimiento por todo lo alto. Al-Gazal agradeció tal recibimiento pero advirtió que no se les obligase a inclinarse ante el rey, aduciendo que ellos no lo hacían ante reyes paganos
Pero cuando fueron a entrar en la sala del trono, se dieron cuenta que el dintel de la puerta era muy bajo y la única forma de pasar era inclinándose. El vikingo sonreía pero no contaba con la astucia del andalusí. Al-Gazal se sentó en el suelo y arrastró sus posaderas para pasar la puerta, por supuesto con la cabeza bien erguida. Vista la astucia del poeta el rey se hizo muy amigo suyo, lo que pasa es que la reina también se había maravillado, sobre todo físicamente, con el embajador
Al-Gazal le agasajaba con sus mejores versos pero sólo para corresponder el buen trato recibido y para conseguir información. Los frecuentes encuentros y los regalos recibidos hicieron correr los rumores por la corte. Los compañeros del poeta le advirtieron que era muy peligroso seguir con ese juego y que zanjase el asunto. Así lo hizo y la embajada abandonó la corte
La leyenda dice que un cazador que perseguía una gacela quedó absolutamente enamorado de ella al volverse el animal y ver sus bonitos ojos, así que en el mundo árabe llamar a alguien gacela es tanto como decir que es hermoso de verdad. Aunque es cierto que se usa más para las chicas
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La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.