Inés de Borbón. La princesa artista.Su Alteza Real la princesa Inés de Borbón Dos Sicilias. Ese es el tratamiento oficial de esta mujer de 42 años, cuarta hija del infante don Carlos de Borbón Dos Sicilias (primo hermano del Rey), que a pesar de su linaje va por la vida de normal, que vive en Roma, que nunca ha tirado de apellido, que está casada con un noble italiano, que es patrona de la fundación para niños con cardiopatías congénitas Menudos Corazones, que es madre de dos niñas a las que cada día lleva ella misma al colegio y que hasta tiene un punto hippie: ha montado un huerto biológico y un pequeño gallinero en el jardín de su casa. Pero además de todo eso esta princesa tan poco convencional también es artista. La prueba es que este martes inaugura en la galería Espacio 51 de Madrid una exposición bajo el título 'Naturaleza y Movimiento' que incluye 12 cuadros suyos. Con precios bastante plebeyos: entre 300 y 3.000 euros.
"Siempre he pintado. Mi madre siempre ha pintado y en mi familia materna, los Orleans, siempre ha habido varios artistas", asegura mientras le da un sorbo a su 'capuccino' descafeinado. Con la precisión de que cuando dice "mi madre" está hablando de Su Alteza Real la princesa Ana de Orleans, cuyo abuelo era primo hermano de la abuela de don Juan Carlos.
Inés, como se empeña en ser llamada, siempre se quiso dedicar a la pintura. Con 18 años se plantó ante sus padres y les dijo que quería estudiar Bellas Artes. "Ellos me aconsejaron hacer estudios relacionados con el arte pero con más salidas profesionales". Así que acabó estudiando anticuariado en la Escuela de Arte y Antiguedades y arquitectura interior en IADE.
Amor a primera vista
Pero, sobre todo, esta miembro de la segunda línea de sucesión al trono de España siempre se ha ganado la vida con el sudor de su frente desde que, con 19 años, empezó a trabajar en el estudio de un arquitecto interior. "Mi padre siempre nos enseñó que teníamos que ganar las cosas por nuestros propios méritos, no por nuestro apellido, y eso es lo que he tratado de hacer".
Ha trabajando en Sotheby's en Londres, en la Fundación Barrié de la Maza... Hasta que en julio de 2000 conoció durante unas vacaciones en Puglia a Michele Carrelli. Fue amor a primera vista. Tras verse en total 38 días, esparcidos cada dos o tres semanas, en abril de 2001 decidieron casarse. "Nos casamos en octubre. Y si no lo hicimos antes fue porque no encontramos iglesia", afirma. "Casarme para mí ha supuesto vivir la vida que siempre he querido vivir, ha significado ser libre". Y eso que se plantó en Roma dejando todo atrás: amigos, trabajo... Y sin hablar siquiera el idioma.
En Italia Inés ha seguido trabajado: primero en la Academia Española en Roma, luego en empresa italiana de gestión de actividades culturales. Pero sin dejar nunca de pintar. Es más: pintando cada vez con más energía y en formatos mayores flores, troncos, olas y paisajes marinos, aplicando capas y capas de pintura acrílica muy diluida con agua, lo que le permite obtener un efecto de acuarela, de transparencia, de luminosidad.
Todo por la pintura
Hace unos años decidió dar el gran salto: "Me lié la manta la cabeza y decidí dejar el trabajo y dedicar todo ese tiempo a la pintura". No fue fácil pasar al otro lado. "Sabía lo que le gustaba al público, lo que querían los galeristas. Pero yo quería ser honesta, pintar lo que me gusta no lo que sé que gusta". Y no sólo eso: la pintura dejo de ser su mundo mágico. "Me costó, pasé un año de crisis. Pero a partir de ahí empecé a trabajar en serio".
De España dice que echa de menos el jamón y los toros. "El jamón me lo traigo, pero en Roma no sabe igual. Los toros me gustan porque en la plaza todos somos iguales, todos participamos de una fiesta que se remonta a la noche de los tiempos", asegura Inés de Borbón, que tiene su propia página web, que lleva a sus hijas al colegio español en Roma y que va todos los veranos y Navidades a España. "La crisis está golpeando muy fuerte en España, es terrible, espantoso. Pero también veo un sentimiento de solidaridad que no veo en otros lugares".
http://www.elmundo.es/elmundo/2013/10/2 ... 82220.html
