Nuestra protagonista ha pasado más bien a la historia por ser la madre de Raimundo III de Trípoli, que como ya hemos dicho nació en 1140. La verdad es que este chico es una figura prominente en la historia de las cruzadas, siendo regente en Jerusalén en dos ocasiones. La razón por la que se pudo inmiscuir más que sus predecesores en los asuntos del reino es precisamente por ser hijo de su madre, lo que lo convierte en nieto del rey Balduino II de Jerusalén.
Si una se atiene a lo que los historiógrafos dicen de Hodierna, nos quedaríamos en que fue poco más que un recipiente para pasar la sangre real a su hijo. No creen que haya tenido ninguna influencia en su carrera ni la consideran por ella misma, siempre es "la hija del rey", "la mujer del conde", "la madre del regente" y eso me pone
porque no es cierto. Ella no era ni menos inteligente ni menos capaz que Melisenda o Alicia y de hecho intrigó y manipuló al mismo nivel que ellas.
Porque, todo hay que decirlo, el linaje de Hodierna es impecable pero el de su marido tenía una pequeña mancha
Su abuelo Bertrand era hijo ilegítimo de Raimundo IV de Tolosa
La cosa se puso tensa cuando corrió la noticia de que el hijo legítimo, Alfonso, que había tenido con su tercera esposa Elvira de Castilla, hija de Alfonso VI, se había unido a la II Cruzada e iba camino de Tierra Santa. Mucho se temía nuestra protagonista que Alfonso tuviese la ocurrencia de reclamar el condado de Trípoli, puesto que su derecho era mayor que el de su marido, y pidió a su hermana Melisenda que le librase del problema. Alfonso murió al poco de desembarcar en Acre en 1148, supuestamente envenenado.
La acusación nunca fue probada pero es cierto que Raymond se negó a ofrecer cualquier tipo de asistencia a esa cruzada, que terminó en fracaso.
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La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.