También es durante este tiempo cuando Roberto comienza en serio sus conquistas. Por las mismas fechas en las que se negociaba lo de Melfi, el Guiscardo se puso al frente de un ejército y marchó sobre Calabria, donde algunas zonas seguían firmemente en poder de los bizantinos (pese a que su esposa tenía sus reservas con la idea de atacar al todavía poderoso imperio) En cualquier caso las fortalezas fueron cayendo como moscas ante su avance: Cariati, Rossano, Gerace... también refuerza sus posiciones en Apulia con la conquista de Tarento y Brindisi.
Regresó de nuevo en Calabria, se reunió con su hermano Roger y se lanzó a la conquista de la capital, Reggio, caída después de un asedio largo y difícil. La ciudad está en lo que viene siendo la punta de la bota de Italia, es decir, a las puertas mismas de Sicilia, que era el objetivo final de todo el asunto. Como curiosidad os diré que Reggio se ubica en el centro exacto del Mar Mediterráneo
¿Por qué esa obsesión con Sicilia? Bueno, básicamente tres razones: primero está el asunto de las rutas comerciales en el Mediterráneo que se controlan desde la isla, en segundo lugar están los beneficios de desalojar este nido de piratas (para ejercer después tú de pirata a tu vez claro
) y desde luego por su riqueza. Sicilia es bastante más fértil que el sur de Italia, que ya desde la antigüedad interesaba más bien poco, de suerte que zonas de la Galia o Hispania estaban más romanizadas que la punta de la bota o el tacón de la península italiana.
Podemos asegurar que en enero de 1061, Roberto tiene todos sus territorios continentales bien amarrados. Es la hora de dar el salto a la isla, complicado puesto que los musulmanes no van a ceder fácilmente, así que el Guiscardo contará con la inestimable ayuda de su hermano Roger para esta empresa. Y empezarán por Messina, claro, ya que está justo frente a Reggio.
Roberto recurrió a su proverbial astucia manteniendo a sus guerreros ocultos al amparo de la noche y atacando justo al amanecer con el cambio de guardia de la fortaleza, el momento más débil en cuanto a defensa. Messina se convirtió en el cuartel general de la conquista desde donde el Guiscardo también firmará inteligentes alianzas aprovechando los odios de sus rivales: apoyó al emir de Siracusa, Ibn al-Thumna, que era enemigo del emir de Castrogiovanni, Ibn al-Hawwās. Gracias a las fuerzas convinadas de los dos hermanos y su nuevo amigo el emir, al llegar el otoño de ese mismo año ya habían llegado al centro de la isla en su conquista y Roberto había creado algunas nuevas fortificaciones.
Esa Navidad volvió a Puglia para pasar las fiestas en familia. Por aquel entonces ya tenían varios hijos pese a que hay dos que causan duda. Veréis, una tradición historiográfica hace de
Olimpia (que se casó con Costantino Ducas, hijo del emperador bizantino Miguel VII Ducas) y
Héria (que se casó con Hugo V de Maine) hijas de Sichelgaita, pero por las fechas de sus nacimientos otros historiadores lo encuentran imposible y las hacen hijas del primer matrimonio con Alberada. Los hijos seguros de la pareja son:
Matilde o Mafalda de Hauteville (o de Altavilla) (1059 – 1108 o 1112), que se casó con Ramón Berenger II, Cabeza de Estopa, conde de Barcelona y en segundas nupcias con Americo I, vizconde de Narbona. Es la madre de Ramón Berenguer III.
Ruggero, llamado Borsa por su afición a contar una y otra vez su dinero
(1060/61 – 1111), duque de Puglia y Calabria a los 13 años merced los tejemanejes de su madre que consiguió puentear a Bohemundo en la sucesión. Tuvo fama en su momento de buen guerrero e inteligente pero no tanto como su hermano que consiguió discutirle por las armas la herencia hasta que el papa Urbano II concedió el ducado de Puglia a Ruggero, desgajando de las posesiones originales el principado de Tarento para Bohemundo.
Guido (1061 circa - 1108), duque de Amalfi, acompañó a su hermano Bohemundo en varios episodios de la I Cruzada y fue fundamental su amistad con Alessio I Comneno para conseguir el apoyo bizantino.
Sibilla (1065 circa - ?),casada con Ebles II conde de Roucy (participó en la conquista de Barbastro con su pariente Sancho Ramírez, rey de Aragón)
Mabilia (1065 circa - ?), casada con Guglielmo de Grandmesnil
Roberto (1070 circa - ?), a quien llamaban
Scalio (m. 1110)
Así que podemos decir que esa Navidad, con la conquita de Sicilia a medias, el Guiscardo se pudo reunir con sus hijos mayores Emma y Bohemundo; las dos hijas de madre "dudosa" Olimpia y Héria (dudosa porque no sabemos si eran de la primera o la segunda esposa) y los tres primeros hijos seguros de Sichelgaita: Matilde, Ruggero y Guido. Una familia feliz
y por eso la descendencia de Roberto de Hauteville está tan diseminada y su sangre se encuentra esparcida entre la nobleza y realeza europeas.
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La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.