legris escribió:
Bien, veamos, un hombre está preparado para trabajar, entendiendo trabajar en su sentido más amplio, y le cuesta mucho no ser nada, como dijo el duque de Edimburgo, sólo un espermatozoide.
ahora que las mujeres se encuentran en la sociedad en el mismo plano que los hombres quizás haya más casos como el de la princesa del Japón, de reinas o princesas consortes que les cueste adaptarse a ese papel de mera figuración y labores de caracter humanitario, cultural etc.
esa es mi opinión;siendo reina una mujer tiena más posibilidades de encontrar un campo donde desarrollarse como persona,; quizás los príncipes consortes, que serán muchos en un futuro, consigan amoldarse.
En lo de tener que estar siempre bellas como princesas de cuento, depende;Fabiola de Bélgica no lo fue y cumplió de manera magnífica con su cometido y lo mismo puede decirse de la gran duquesa josefina de luxemburgo y de la actual, que no creo que haya sido nunca probable ganadora de un concurso de belleza o elegancia y es muy querida por los luxemburgues.
Legris, si Felipe dijo eso, que no lo dudo, Felipe es un poquito necio
Cuando su querido tío Dickie Mountbatten le puso en el camino correcto para acabar casándose con Lilibeth, Felipe ya sabía lo que eso representaba; no es muy lógico que justo a raíz de la boda montase la que montó en palacio porque, en su opinión, la dinastía dejaba de ser Windsor y debía ser en adelante Mountbatten. Entró con mal pié, granjeándose el recelo o la abierta antipatía del poderoso entramado palaciego. Pero, aparte eso, si Felipe hubiera querido desarrollar una gran actividad de patronazgo de las artes, las ciencias, la industria o la tecnología, no se habría aburrido ni durante una milésima de segundo ni se habría sentido meramente un semental. Felipe ha trabajado, pero su carácter le ha metido en más de un berenjenal; nunca ha debido enterarse de que por la boca muere del pez, si se repasan sus meteduras de pata, que hicieron que desde palacio le marcasen muy de cerca para evitar males mayores. Creo que Felipe lo tenía mucho más fácil que Albert y sin embargo no ha estado a la altura de Albert. Ni de lejos.
Respecto a lo segundo...tienes razón, no todas deben ser bellas, pero las que no lo son, se ven obligadas a compensarlo de otra manera. Fabiola, con su serena compostura, era la mujer adecuada para proporcionar un aire de profunda respetabilidad a la corte belga, muy sacudida por los vendavales desde que Leopold III, viudo de la inolvidable Astrid, había chinchado a sus súbditos casándose de nuevo con Lilian Baels. Lo que comentas de Josefina Carlota no es muy justo, jajajaja: de joven era ciertamente preciosa. María Theresa de Luxemburgo se ha estropeado mucho con la edad, pero de joven también se la consideraba muy bonita.