Estamos llegando al final de una de las grandes nobles de España, doña Cayetana esta agonizando y ha recibido la extremaunción, con ella se va lo mas granado de la aristocracia Española.
La duquesa de Alba, de 88 años de edad y poseedora de 46 títulos nobiliarios y veinte veces Grande de España, no ha logrado superar la neumonía y fue trasladada a su residencia para recibir el afecto de todos sus seres queridos. Hasta allí llegaron todos su hijos y su marido.
La popular aristócrata María del Rosario Cayetana Victoria Alfonsa Fitz-James Stuart y de Silva fue hospitalizada el domingo con una gastroenteritis, una neumonía y una arritmia cardíaca.
Este miércoles, Don Ignacio González, sacerdote de confianza de la Duquesa, llegó a las instalaciones de Dueñas para darle la extremaunción.
La decimoctava duquesa de Alba goza de mucha popularidad en España, especialmente en Sevilla, y se la conoce como una mujer que ha sabido vivir intensamente. Desinhibida, las fotografías de ella en bikini junto a su esposo décadas menor suele ser blanco de polémica en todas las revistas europeas.
iene seis hijos del primero de sus tres matrimonios, el último lo contrajo con Alfonso Díez, un funcionario del Estado español, en 2011, año en que hizo donación a sus hijos de su herencia personal e histórica y de la que es usufructuaria hasta su fallecimiento.
La revista Forbes le atribuye un patrimonio de 2.800 millones de euros, lo que la convierte en la tercera mujer más rica de España.
Cayetana de Alba nació en el madrileño palacio de Liria el 28 de marzo de 1926, hija de Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó, duque de Alba y de Berwick, y María del Rosario de Silva y Gurtabay, marquesa de San Vicente del Barco.
Fue bautizada en la capilla del Palacio Real de Madrid el 17 de abril de 1926, apadrinada por los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia y durante la República en España se exilió con su familia a París.
Con ella se va la última de las cuatro Duquesa históricas de la nobleza española.
Cuatro “Duquesas” españolas, las más grandes y nobles de España.
Son cuatro ducados, grandes títulos de la nobleza española, y lo detentan cuatro mujeres. A veces los apellidos no coinciden con el título porque al no seguir la línea exclusivamente masculina, sino de “mujer a falta de varón”, los apellidos varían de una descendiente a otra, según el obligado apellido paterno a que obligaba el Código Civil español hasta hace poco. El editorial La Esfera de los Libros ha publicado el buen trabajo del autor, José Miguel Carrillo de Albornoz, de indagación histórica y observación social y psicológica de los personajes. El libro va profusamente ilustrado por lo que se hace vivo y ameno.
“Duquesas”, lleva el subtítulo de “un poker de damas en el siglo XX: Medinaceli, Alba, Medina Sidonia y Arcos”, cada una con sus respectivos palacios, que se encuentran entre los más importantes y célebres de España. Las cuatro mujeres duquesas, abordadas en el libro, son: Cayetana Fitz-James Stuart, Alba; Luisa Isabel Álvarez de Toledo, la “duquesa roja”, Medina Sidonia; Victoria Eugenia Fernández de Córdoba, Medinaceli; y Ángela María de Solís-Beaumont, duquesa de Arcos, que heredará Osuna.
“Estas damas han vivido la última edad de plata de la nobleza española y han sufrido los avatares de la historia reciente de nuestro país. Todas ellas tienen en común un sentido aristocrático -(¿?)- de la vida que está a punto de desaparecer y lo hará con ellas, porque el mundo de hoy no entiende sus antiguos privilegios”, se dice en el libro.
La duquesa de Medinaceli es la primera entre los grandes de España; su palacio de Pilatos en Sevilla, con su magnífico patio de las Estatuas y soberbios zócalos de azulejos, es de una belleza singular, aplastante. La duquesa de Alba es quizás la más popular; sus dos matrimonios y último noviazgo han sido y son motivo de interés en la prensa rosa. Hábil y amiga del presidente Felipe González cuando estuvo casada con el ex cura Jesús Aguirre, salvó su patrimonio unido en una Fundación Casa de Alba, con la obligación de mostrarla al público y sin que los ciudadanos puedan hacerlo, aunque el palacio de Liria y el de Dueñas estén adscritos a la Asociación de Casas Antiguas y Nobles. “Ahora está en obras”, suele ser la respuesta habitual.
La duquesa de Medina Sidonia se hizo famosa como “progre” en tiempos del franquismo, por su resistencia y apoyo a causas sociales. Mujer errática, conoció la cárcel coqueteó con su archivo en varias universidades españolas y portuguesas. Las relaciones con sus hijos fueron tormentosas; el campanazo final lo dio al casarse con su secretaria y dejarle a ella la dirección de la Fundación. Se sabe que una escritora que viaja a Sanlucar de Barrameda –donde están el palacio y los archivos de la duquesa- con periodicidad le dijo una vez: “Luisa Isabel, tendrás muchos títulos pero te falta el más importante de nuestros días: el título universitario”.
Finalmente la duquesa de Arcos, tiene una larga historia en los Girones, dama de tréboles por genealogía. Andalucía, también Sevilla vuelve a ser sede de su gran palacio. Fue marquesa de Peñafiel antes de heredar a su padre y su puesta de largo fue un acontecimiento como la de Alba, que la hizo en Sevilla para no mezclarse con la de la hija de Franco en Madrid. Fue amiga de Carmen Martínez-Bordiú. La duquesa de Arcos dominaba idiomas y eso le permitía una desenvoltura social enorme. Se separó de su esposo el conde de Adanero con el que había tenido dos hijas. Después se casó con José Antonio Muñiz del que también se separó a un mes del viaje de novios. Tercer matrimonio con Pedro Romero de Solís-Beaumont y nueva ruptura. Su hija es la tercera Angela María de la saga y es condesa de Ureña.
Títulos de nobleza, universitarios y recientes
El libro “Duquesas” termina con un jugoso comentario sobre las obras de arte que albergan estos títulos en sus casas y palacios, venidos de la tradición de sus ancestros. Aunque ellas ya no tienen privilegios ni pasaporte diplomático, como antaño los Grandes de España, guardan en sí pasajes de la historia de su país. Las cuatro mujeres del libro son miembros de la alta nobleza de España y acumulan varios títulos nobiliarios.
“Ya eres uno como nosotros”, dicen que le dijo la duquesa de Alba a Adolfo Suárez, cuando el monarca lo hizo duque. “No, Cayetana –le replico el ex presidente- yo lo soy por méritos propios y tú por los de tu antepasado”.
Adiós a la duquesa de Alba, adiós doña Cayetana, España y Sevilla lloraran tu partida, contigo se va un tiempo de la España que no volverá. Hasta siempre guapa.
|