Alicia de Borbón, la infanta más longeva que pudo ser reina de España
Alicia de Borbón, junto a su nieto Rodrigo, en la boda de los príncipes de Asturias. EFE
- La madre del duque de Calabria cumplirá 98 años el próximo 13 de noviembre. Podría haber sido reina si Alfonso XII no tuviera hijos
CONSUELO FONT. Actualizado 30/10/2015 03:40
El 7 de octubre pasado, en la capilla ardiente del Infante Don Carlos en El Escorial, junto a los Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía, se situaba la madre del difunto, Alicia de Borbón-Parma y Habsburgo-Lorena, Infanta de España y también princesa de las Dos Sicilias, además de duquesa viuda de Calabria y de Caserta. Pocos se percataron de la presencia de esta anciana mujer que pudo ser Reina de España si Alfonso XIII y Victoria Eugenia, bisabuelos de don Felipe, no hubieran tenido hijos. Actualmente, Doña Alicia es toda una leyenda viva, ya que este 13 de noviembre cumplirá 98 años.
Nacida en Viena en 1917, fue uno de los ocho hijos del matrimonio formado por Elías I, duque de Parma, y la archiduquesa María Ana de Austria. Se crió en la residencia que sus padres tenían en la Baja Sajonia, donde adquirió su pasión por la naturaleza y la caza, tanto que a los cinco años ya acompañaba a su padre a cacerías, y a los doce logró su primer trofeo abatiendo un corzo. Es la única mujer que posee todos los trofeos cinegéticos ibéricos, incluidos osos, linces y lobos, tanto que todavía, en muchas monterías, se conserva el "puesto de la Infanta" en su honor.
Lejos de Austria, en la corte madrileña de Alfonso XIII, residía en aquellos tiempos un infante soltero, sobrino del Rey Alfonso XIII, al que apodaban "bebito". Se trataba de Alfonso de Borbón-Dos Sicilias, el primogénito de la princesa de Asturias, María de las Mercedes, hermana mayor del monarca, quien fue heredero al trono español hasta que nació el primer hijo varón del Rey Alfonso XIII. Militar de profesión, abandonó su carrera al proclamarse la II República, y dadas las dificultades del exilio, se vio obligado a los 35 años a hacer una boda acorde con su alcurnia. Se concertó su enlace con María Francisca, hermana mayor de Alicia, de 29 años, pero cuando viajó a Austria para conocerla, la cambio por su hermana pequeña, Alicia, de 19, a quien tras su boda, Alfonso XIII concedió el titulo de Infanta de gracia de España.
Una vida en el exilio En el exilio de Suiza, donde residía el matrimonio, nacieron sus tres hijos: Teresa, la primogénita, en 1937, Carlos, el recientemente fallecido duque de Calabria en 1938 e Inés, en 1940. Pero a raíz de la victoria franquista en la guerra civil, el infante regresó a Madrid con su familia en 1941, instalándose en un piso de la calle hermanos Pinzón. Matricularon a sus hijas en el Instituto Beatriz Galindo y el varón, Carlos, fue reclamado por el Caudillo para educarse en la finca Las Jarillas con su primo Juan Carlos de Borbón, hijo del conde de Barcelona, lo que dio origen a la estrecha relación que tuvieron, y llevó al Rey Juan Carlos a hacerle Infante de España.
Doña Alicia, una mujer "de campo" no se amoldaba a la vida urbanita y abandonaron pronto Madrid para instalarse en La Toledana, finca de dos mil hectáreas que adquirieron en Retuerta del Bullaque, Ciudad Real. Allí, la Infanta Alicia daba rienda suelta a su pasión cinegética, y además fundaron la empresa Flor de Lis, que introdujo en España especies caninas, como los Teckel o los Deutsch Drathaar, cuya cría les reportó suculentos beneficios.
Pero el infante Don Alfonso, al convertirse Don Juan en heredero legítimo del trono español, se había quedado en una especie de limbo que no satisfacía sus anhelos dinásticos. Así que no se le ocurrió otra cosa que a la muerte sin hijos en 1960 de su tío, Fernando de Borbón, duque de Calabria y monarca en el exilio del extinto reino de las Dos Sicilias, reclamar sus derechos a este trono, pese a que su padre había renunciado a ellos al casarse con la princesa de Asturias, Mercedes. Lo que desencadenó una cruel batalla fratricida entre Rainiero, hermano del fallecido y Don Alfonso, que duraría medio siglo, y que tras la muerte del marido de la Infanta Alicia en 1964, continuó su hijo, el recientemente fallecido Infante Don Carlos, duque de Calabria. Éste se había casado en 1965 con la princesa francesa Ana de Orleans, matrimonio del que nacieron cuatro hijas y un hijo, Pedro, duque de Noto, intimo de Felipe VI, que acabó firmo la paz con su rival dinástico Carlos de Borbón, duque de Caserta, en enero de 2014.
Su padre ya estaba apartado del protagonismo público a causa de la grave enfermedad neurovegetativa que le llevó a la muerte el pasado 5 de octubre precisamente en la finca La Toledana, el refugio soñado de su madre, la Infanta Alicia, que tuvo que abandonar contra su voluntad al cumplir 90 años. Dicen en su entorno que a su hijo, Don Carlos le preocupaba que residiera en mitad del campo una mujer tan anciana, con achaques de salud y decidió trasladarla a Madrid, instalándola en una residencia y posteriormente en su primitivo piso de la calle Hermanos Pinzón. Otros, sin embargo, aseguran que salió de La Toledana a causa de un rifirrafe con su nuera, Ana de Francia, cuando ya la dolencia neurovegetativa había hecho mella en su hijo. Sea por la razón que fuera, la realidad es que hoy, a sus casi 98 años, vive semiolvidada en Madrid la que pudo haber sido Reina y hoy es la infanta de España más longeva.
Fuente:
http://www.elmundo.es/loc/2015/10/30/56 ... b465b.html
el único "duelo" que nos queda 
