andrea.monti escribió:
Nicholas, es una costumbre alemana y anglosajona que vale para todas las mujeres que quieran, no sólo las nobles. Miss Green que se se casa con Mr. Brown puede seguir como Mrs. Brown también después del divorcio.
No es que pueda seguir, es que hay países en los que está casi obligada a seguir siendo Mrs. Brown. En Estados Unidos, por norma general salvo que expresamente decidan lo contrario, una mujer adopta el apellido de su marido al casarse y empieza una nueva vida "legal". La señora Green pasará a ser señora Brown para la Seguridad Social, para Hacienda, para el banco y hasta para el Rosario de la Aurora. El problema es que, cuando se divorcia, no recupera automáticamente su apellido de soltera. Si quiere volver a ser señora Green tiene que iniciar un proceso ante un juez en el que, entre otras cosas, tiene que demostrar que es quien dice ser (se trata de evitar que la gente ande cambiando de apellidos alegremente para confundir a la policía por ejemplo) Después, con la sentencia judicial, empieza un periplo por todos los organismos citados: Hacienda, Seguridad Social, bancos, Dirección de Tráfico (para la licencia de conducir) etc, y tiene que iniciar el proceso de cambio de apellido en cada lugar, con lo que ello supone de pelearse con la burocracia.
Básicamente, es tal el pifostio que se monta y el enorme tiempo que lleva, que la mayoría de las señoras Green optan por seguir siendo señoras Brown y ahorrarse el lío... Hasta que se casen de nuevo y pasen a ser Señora Smith, automáticamente, sin problemas, sin líos ni esperas.
Lo encontré muy absurdo cuando me lo explicaron. Desconozco si en Alemania pasa lo mismo y no se trata tanto de conservar el título con el apellido o de ahorrarse unos trámites infernales.
En Francia en cambio se distingue entre "nombre de nacimiento" y "nombre de uso". El primero es tu nombre de soltera, que nunca pierdes y es el único válido para cuestiones legales, y el segundo es el que adoptas cuando te casas, por el que te conoce tu jefe, amigos o familiares y que aparece en tu dirección de correo postal. Pero no va más allá, para la Seguridad Social francesa sigues siendo quién eras antes de casarte pese a que las cartas se las manden a la "señora de Fulano"
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La expresión suprema de la belleza es la sencillez.
Alberto Durero.