Yo, al revés, iba a comentar que es una boda atemporal de cualquier casa real entre el final del siglo XIX hasta los años 90. Los vestidos de las dos consuegras son alta costura de la buena. El vestido de la novia es una maravilla, podría ser de Worth, y hace un conjunto entrañable con esa tiara y el peinado. Desde luego no se ve actual, pero no es él de Sarah Ferguson.
Pero claro, es cuestión de gustos, lo sé que soy uno de los pocos estimadores de la
moda de la época, pero los Ochenta, son los Ochenta, como lo fueron en la
moda todas las décadas anteriores del siglo XX desde la revolución de Paul Poiret. Y los Noventa también.
Hoy en día, desde el cambio de milenio, la mayor revolución de la
moda la liberalización del uso de chandal y zapatillas de deporte, de que un hombre vaya en traje y la mujer a su lado en tejanos y poco más, aunque haya todavía unos creativos maravillosos, pero en la
moda en sí ya no hay cortes nuevos o tejidos por inventar. Quizá nos queda ir en bolas para que algo llame la atención de verdad, como las hombreras en los abrigos de señora de la época.