Los marqueses de Huntly estaban tranquilamente en su casa de campo de Orton Hall en Peterborough cuando recibieron su invitación a la Coronación, donde el mismísimo rey se refiere a ellos como "amado primo", una confianza que el monarca británico tiene la costumbre de extender a los peers del reino.
No dudamos que la marquesa sería la más bella de la temporada de 1894, pero para 1937 la mujer estaba ya de vuelta de todo, como demuestra su cara de "con lo que me ha costado ponerme todo esto el que no me diga que estoy guapa se queda sin cazar dos fines de semana". Estar de vuelta de todo no es obstáculo para colocar bien la capa en la escalera, que la tintorería salió por un pico y hay que lucir.
Como ya nos vamos conociendo, sé que en este foro, por grande que tenga la marquesa el corazón, lo que nos interesa es lo grande que tiene la tiara. He tenido que escarbar en mis archivos para encontrar una foto de los años 20, donde siguiendo la
moda de la época, la marquesa se ha incrustado la tiara hacia abajo todo lo que ha podido, al más puro estilo "flapper". La pena es que, en la lucha por incrustarla lo más posible ha salido perdiendo el peinado, que parece un nido de nutrias. La foto nos muestra a la marquesa esperando a que nazca el peluquero Alexandre.