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Madre Fundadora |
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Registrado: 17 Feb 2008 21:02 Mensajes: 28678 Ubicación: ESPAÑA
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La hermana del Rey Juan Carlos, quizá poco conocida por la gente, es una señora de gran personalidad y carisma con la que merece la pena hablar de lo divino y lo humano, sobre todo de lo humano.La Infanta se manifiesta en pocas ocasiones, pero sus palabras sobre las polémicas declaraciones de la Reina en el libro de Pilar Urbano, nos han llamado la atención y acuden a la conversación.El encuentro que tenemos con ella, en cambio, obedece a otro motivo: la inauguración, el próximo 21 de noviembre, en el Pabellón de La Pipa de la Casa de Campo de Madrid, de una nueva edición del Rastrillo, el popular mercadillo solidario. Detrás de este escaparate de diversión y cita social está la formidable labor de Nuevo Futuro, una ONG dedicada desde hace 40 años a los niños marginados. Su presidenta de honor es Doña Pilar de Borbón, la hermana del Rey...
-Dijo usted que los periodistas decimos chorradas.
-Pues sí, muchas chorradas. Y es que se inventan verdaderos cuentos de hadas. Yo sé que hay personas que no han visto a nadie de mi familia desde hace 30 años y siguen haciendo conjeturas. No quiero ver programas de televisión, me cuentan que se pasan tres pueblos. Tampoco compro ninguno de los libros que han salido sobre mi familia, suelen ser cosas sacadas de contexto que las convierten en una enormidad.
-En Inglaterra la prensa se pasa mucho más.
-Sí, es cierto. Aquí lo que te choca es aquellos que escriben y dicen cosas de mi familia que no las sabe nadie, ni a mí me interesan, que no son ciertas y encima aseguran que lo saben de buena tinta.
-¿Qué le ha parecido el libro de Pilar Urbano?
-No lo he comprado, no lo he leído y no pienso leerlo. Y punto.Y te repito que el Rastrillo empieza el día 21.
Y es que habíamos empezado hablando de Nuevo Futuro, un tema en el que están volcadas doña Pilar y muchas otras señoras de la alta sociedad de toda España, que nada tienen que ver con aquella dame patronesse que ridiculizaba Jacques Brel en una de sus canciones.
-¿Este año se pondrá usted de nuevo un delantal para servir en uno de los bares de El Rastrillo?
-No, ya no se me pide el delantal. Es que tengo ya 72 años y me empiezo a cansar. Ahora te piden que vayas por los puestos de las embajadas, que saludes a la gente.
-Antes la caridad parecía patrimonio sólo de curas católicos.Ahora todo es más humanitario que religioso.
-Lo que siempre me gustó de Nuevo Futuro fue su educación moderna y que fuera aconfesional. No era caridad, era asistencia social.Hemos tenido muchos niños musulmanes y nadie les ha exigido ir a misa los domingos. Con nosotros se acabaron aquellos orfelinatos enormes, con 600 niños, vestidos con cualquier cosa que les quedaba fatal. Así que cuando venían a nuestros pisos, tenían su habitación, su ropa y nos preguntaban: «¿Puedo poner la foto del Betis?».Pues sí hijo, pon la foto del Betis y la que tú quieras, estaban encantados.
-Un talante sorprendente en señoras, digamos...
-Pues sí, conservadoras, tradicionales y capitalistas. Y a mucha honra. Es que yo he tenido una madre muy avanzada de ideas, quizá por esa mezcla de educación sevillana de lo más severa y su paso por París seis meses al año. Pero era muy moderna en su actitud ante la vida. No quería vagos en casa, nos decía. Y le pareció muy bien cuando yo me apunté a mi curso de enfermera, allá en Portugal. A mi padre le gustó un poco menos. Es que papá, le dije, si a ti te va mal, yo tengo que sacar a mi familia adelante.
Doña Pilar nació el 30 de julio de 1.936 en Cannes, el mismo día en que su padre, Don Juan de Borbón, decidía cruzar la frontera española para ofrecerse a luchar en la guerra de España, un gesto simbólico que no tuvo continuidad.
-Tuvimos que irnos de Cannes porque cada noche se manifestaban delante de nuestra casa los del Frente Popular de Léon Blum, así que nos fuimos a Roma, donde nacieron todos mis hermanos .
-Y luego el largo exilio en Portugal, en Villa Giralda, una casa modesta con relación a las mansiones de alrededor. Su vida no fue de princesa de cuento.
-Pues tuve una infancia muy feliz. Vivíamos divinamente aunque no había lujos ni había dinero para comprar cosas. Recuerdo siempre a aquel señor que me trajo mi primera Mariquita Pérez con sus vestidos, el mejor regalo de mi vida. Y cuando vivíamos en Suiza, que soñaba con patinar en la pista de enfrente de casa, con lo patosa que soy, me regalaron una botas blancas con sus patines y dormí con ellas. Luego estuve enferma dos años y me hice muy lectora.
-¿Cuándo piso España por primera vez?
-Habíamos estado en barco por Mallorca pero sin bajar mucho a tierra, hasta que a los 15 años tuve que hacer un trasbordo en Barajas. Sólo era el aeropuerto, pero era suelo español, todo el mundo hablaba español, me emocioné muchísimo.
-¿Cómo se consigue sentirse español, naciendo y viviendo fuera tantos años y hablando cinco idiomas?
-Porque en casa, España era lo primero, nuestra casa era española. Venían amigos y gente a pasar el verano en Estoril. Un día, de jovencita, como yo había nacido en Francia le dije a mi padre que me daban la oportunidad de elegir nacionalidad, que si podía ser francesa. Y bueno, no te puedes imaginar lo que salió por aquella boca. «¡Qué tonterías son esas..!». (Doña Pilar imita el gesto y la voz recia del conde de Barcelona ).
La boda de la nieta de Alfonso XIII y Luis Gómez Acebo en Lisboa, en 1967, con 5.000 personas aclamando a la Familia Real española, fue todo un plebiscito a favor de la monarquía. Antes de dirigirse a la iglesia, la duquesa de Badajoz renunciaba oficialmente a sus posibles derechos al trono de España.
-Es que usted es la primogénita. Hoy sería Reina de España.
-Pues pobre España. De buena se ha librao, -dice doña Pilar, que tiene un español madrileño y castizo. «Si te educan para algo, siempre hay más posibilidades de que salgan bien las cosas, que si no estás educado más que para ayudar -prosigue-. Y mi papel es ayudar donde puedes, en tu parcela. Yo nunca me sentí discriminada por eso, ni por nada. Mis padres tenían un enorme respeto por la personalidad de sus hijos, aunque fueran chicas.Lo que pasa es que sabíamos que mi hermano era diferente y había que educarlo de otra manera. Las familias reales son como un tablero de ajedrez. Está el Rey, la Reina y después todos los demás, los peones, que te van colocando donde haces falta. Entonces sientes que sirves a tu país y tienes una razón de ser.
Luis Gómez Acebo murió de cáncer después de haber luchado muchos años contra su enfermedad. Los cinco hijos de Doña Pilar eran todavía muy jóvenes.
-Es usted una mujer fuerte.
-A veces demasiado. ¡Tengo un genio de vez en cuando..! Pero hace falta para sacar adelante un batallón de hijos. Ahora son todos independientes, pero había que decirles lo que había que hacer. Y he tenido suerte, son estupendos. Discutimos de vez en cuando como todo el mundo, nada importante. La suerte de una familia numerosa es que uno le dice a otro más pequeño, «Oye, tú, que te has pasao». Y te ayuda. Cuando tenía 15 años, uno estampó el coche de su padre y no se mató porque Dios no quiso, una Navidad en Zarzuela con su primo. Pues a ése, la bronca se la echó su hermano cuando volvíamos, yo no tuve que abrir la boca.
-Su marido hablaba con gran cariño del tiempo que pasaron en un apartamento de Nueva York mientras le trataban del cáncer.Usted le enseñó a maquillarse y a pintarse las cejas para que tuviera mejor aspecto.
-Cuando alguien tiene una enfermedad larga y pesada, hay que hacerle la vida lo más agradable posible, pero no fue tan idílico.El piso era pequeño, yo cocinaba, olía mucho a comida y a él le molestaba. El pobrecito estaba hipersensibilizado a los olores por aquella quimioterapia tan fuerte, que a veces se sentía morir.
-A los 60 años apareció usted un día con el pelo totalmente blanco.
-Es que dejé de teñirme porque pensé, ¿para qué voy a seguir poniéndome tintes si ya tengo el pelo totalmente blanco? Probé y me di cuenta que era más fácil y más barato.
-¿Quisieron casarla con Balduino de Bélgica?
-Balduino era una persona encantadora muy inteligente y gran deportista, pero éramos amigos todos desde niños. No lo sé, la verdad. Mis padres intentaron un poco de todo, me pasearon por ahí a ver Luego me casé con quien yo quería. © Mundinteractivos, S.A. - Política de privacidad Avenida San Luis 25-27. 28033. Madrid. ESPAÑA Tfno.: (34) 91 443 50 00 Fax: (34) 91 443 58 44 E-mail: cronica@el-mundo.es
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